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PROMESAS INCUMPLIDAS CON LA CIENCIA


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Los debates entre candidatos presidenciales son fundamentales para que la sociedad se interiorice sobre los planes de gobierno de cada candidato. Además, con el tiempo, el debate se convierte en un elemento fundamental para el análisis de gestión. A pocos días de un nuevo debate entre los candidatos presidenciales de la República Argentina, Eslabones repasó las promesas y los planes destinados a la ciencia y tecnología en contraste con la actualidad del sector.

Por Juan Manuel Ferrera y Agustín Palmisciano

Un promedio de 54.8 puntos de rating alcanzó, el domingo 15 de noviembre de 2015, la transmisión en vivo del debate entre los candidatos presidenciales Mauricio Macri y Daniel Scioli. En el Salón de actos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, a las 21, Scioli candidato del Frente para la Victoria y Macri de la coalición Cambiemos, debatían de cara a la segunda vuelta de las elecciones. Entre los tópicos de exposición establecidos se encontraba la cuestión científica y tecnológica.

Scioli.- La agenda de la ciencia y la tecnología, es hoy una política de Estado. Macri, cuando se creó Arsat y se puso en marcha un programa de ciencia y tecnología, dijo: “¿qué sentido tiene este despilfarro para invertir en ciencia y tecnología?”. Yo les pido humildemente a los científicos y a toda la comunidad que le dé la respuesta en las urnas.

Macri.- Convoco a nuestros científicos y al buen trabajo del Conicet para que tenga un mayor impacto social. Jamás he estado en contra de la ciencia y tecnología, siempre lo que he rescatado de este gobierno ha sido eso, Daniel.

La cuestión científica servía como pilar fundamental del discurso macrista anti grieta. En este sentido Macri prometió desde un posteo en su cuenta de Facebook “duplicar la inversión en ciencia y tecnología”.

Cuatro años más tarde, el primer mandato del gobierno de Cambiemos, se encuentra en su etapa final y el presupuesto asignado a la ciencia y la tecnología no solo no fue duplicado sino que disminuyó del 0,65% del producto bruto interno en 2016 al 0,5% presupuestado para el 2019, además el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva fue convertido en Secretaría, reduciendo su capacidad en la toma de decisiones. La comunidad científica, que había escuchado con atención las promesas de Macri, se encuentra en alerta por el desfinanciamiento y la posibilidad de encontrar una solución sólo por intermedio del Aeropuerto Internacional de Ezeiza.

Promesas de crecimiento, presupuestos ajustados

Al tercer día de imponerse sobre Scioli en el balotage, el flamante presidente definió el gabinete de ministros que lo acompañaría a partir del inicio de su mandato. En el Ministerio de Ciencia y Tecnología ratificó a Lino Barañao, quien mantuvo su puesto a pesar del cambio de gobierno. “Ha tenido una gestión exitosa y la Presidenta está de acuerdo”, fue la explicación que dio el Jefe de Gabinete Marcos Peña sobre la designación. El primer paso del gobierno en el sector era coherente con el discurso y presagiaba la profundización de las políticas implementadas durante el gobierno kirchnerista.

El diputado Roberto Salvarezza es vicepresidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados de la Nación. Ademas, fue presidente del CONICET del 2012 a 2015, cuando decidió renunciar. “Los mandatos de Menem y De la Rúa, dejaron en claro qué pasa con la ciencia y la tecnología cuando son gobiernos neoliberales los que están al frente del Estado. Percibí que el gobierno de Cambiemos aplicaría las mismas políticas regresivas y cuatro años después puedo afirmar que no estaba equivocado, porque todo ha sido un retroceso en ciencia”. El sucesor de Salvarezza al frente del instituto científico más importante del país fue Hermenegildo Alejandro Ramón Ceccatto. “En 12 años el personal prácticamente se cuadriplicó. En la próxima década no vamos a seguir creciendo al mismo ritmo”, anticipó en una de sus primeras entrevistas como máxima autoridad del CONICET. Las ideas de continuidad y profundización del desarrollo en ciencia y tecnología estaban heridas de muerte antes de nacer.

En 2017, el primer presupuesto presentado por el gobierno de Cambiemos asignaba al Ministerio de Ciencia y Tecnología 1.433 millones de pesos menos que en 2016. “Estamos preocupados pero no angustiados”, reconoció Barañao. La reacción de la Comisión de Presupuesto de Diputados apuntalada por la comunidad científica logró un incremento para las asignaciones al ministerio, al CONICET, a la CONAE y al INTA. “Multiplicidad de reuniones”, le impidieron a Danil Filmus, miembro de la Comisión de Ciencia y Tecnología, dar su parecer. “Es positivo que la comunidad científica reaccione y se preocupe. Que tenga peso en la opinión pública porque gracias a este esfuerzo de jerarquización, estamos logrando que el ciudadano común se interese”, analizó Barañao tras el primer desencuentro entre lo prometido y la realidad.

Para el Diputado Nacional Eduardo “Wado” de Pedro: “El recorte que realizó el gobierno de Cambiemos en el sector es evidentemente una decisión política ya que el ajuste significa muy poco para el presupuesto general pero a la vez, daña profundamente al sistema científico. El modelo de Macri condena a la desaparición a la ciencia nacional y como consecuencia nos condena como país al subdesarrollo.”.

En términos absolutos, el aumento asignado para el 2017 al Ministerio de Ciencia y Tecnología significó un incremento de presupuesto del 10,5% con respecto al 2016. El aumento tan solo representaba la mitad de la suba establecida por las paritarias acordadas para los empleados estatales. “Desde el año 85, yo he sido más tiempo gremialista del Conicet que Ministro y si sigo estando acá es porque tengo el apoyo de la comunidad científica que sabe que voy a defender el salario. Sabemos que los salarios están desfasados respecto de otros países y obviamente siempre hay que negociar”, explicaba Barañao quien creía contar con el respaldo de la comunidad científica, sin embargo las renuncias de científicos como Salvarezza y Jorge Aliaga en puestos claves del Ministerio y del CONICET presagiaban un cuadro de situación menos optimista. Para el Diputado Salvarezza “Barañao fue un buen gestor cuando había un gobierno con la decisión política de apostar al desarrollo tecnológico y científico. Hoy es un excelente ajustador. No tiene ningún tipo de convicción personal sobre la ciencia. Solo quiere ser funcionario”.

La situación no mejoró en los siguientes presupuestos, más bien todo lo contrario. Los “incrementos” para el sector dispuestos en cada uno de ellos solo alcanzaban para cubrir los “aumentos” en los salarios de los trabajadores a través de paritarias que siempre estuvieron porcentualmente debajo de la inflación. Lo que en un principio fue expectativa por las promesas de Cambiemos y algunas actitudes más estéticas que concretas, se transformó en descrédito y escepticismo. La comunidad científica no tardó en alertarse y alzar la voz para luchar ante el nuevo escenario de ajuste que propició las condiciones para un éxodo científico similar a la década del `90. Para el Diputado de Pedro, Secretario de la Comisión de Ciencia y Tecnología e Innovación Productiva, “las mayores dificultades que tiene hoy el sector de ciencia y tecnología, son producto de las políticas del gobierno. Se ha iniciado un nuevo ciclo de fuga de cerebros”.

Según los datos oficiales del INDEC, el salario de un trabajador del CONICET está por debajo de la línea de la pobreza. Los becarios y becarias doctorales de entre 25 y 36 años perciben un sueldo de $22.700 y los becarios posdoctorales $28.000. El ajuste no solo se evidencia en la depreciación salarial sino también en la baja de calidad en cuanto a las investigaciones. Fabricio Ezequiel Castro, becario del CONICET, explica: “el instituto ya no financia proyectos en los cuales se tengan que comprar libros, mucho menos la participación de los científicos en los congresos internacionales”. Como consecuencia muchas investigaciones están interrumpidas y muchas otras fueron suspendidas. “En ciencias sociales nos faltan las tres patas necesarias para el desarrollo. Cada vez hay menos capital humano, menos infraestructura y menos producción” resumió Castro. Un nuevo intento de contacto para conocer la opinión del Diputado Filmus se vio frustrado. Su quehacer como docente universitario lo dejó sin tiempo para respuestas.

En mayo de este año, la participación de la científica Marina Simián en el programa “¿Quién quiere ser millonario?” de Telefe, instaló el tema mediáticamente. Sin embargo, el gobierno, a través del Ministro Rogelio Frigerio intentó desactivar el conflicto de raíz: “Es muy importante ponerse de acuerdo en cuáles son las prioridades de la Argentina”, declaró en una entrevista radial. La receta del Fondo Mundial de Inversiones cocinó la promesa de duplicar la inversión en ciencia y tecnología.

“La asignación presupuestaria para el 2019 es horrible, un desastre. Venimos denunciando el fuerte recorte en lo que respecta a las áreas de ciencia y técnica y el atraso de los valores por la inflación en todos los organismos”, sentenció Salvarezza.

Sergio Wisky es Secretario de la Comisión de Ciencia y Tecnología, ocupa el cargo más alto dentro de la Comisión para un diputado perteneciente al Pro. “Declino responder sobre el tema”, fue la tajante respuesta del Diputado ante la consulta sobre la situación actual del sector científico.

Según el análisis de “Wado” de Pedro, el presupuesto para 2019 “consolida un nuevo ajuste para el sistema científico”. Entre 2015 y 2019 los fondos para el sector cayeron un 30% en términos reales. “Macri nos hizo retroceder 14 años en materia de inversión científica en relación con el PBI. Durante la gestión de Macri, la ciencia y tecnología perdió US$ 800 millones”.

El achicamiento del Estado

El conocimiento como factor fundamental para el desarrollo. Sobre este cimiento simple pero contundente fue creado en el año 2007 el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. El mismo Estado, que por intermedio del súper Ministro Domingo Cavallo había mandado a los científicos a lavar los platos, 13 años después parecía enmendar su error y devolver al conocimiento y a la investigación a un lugar de privilegio con la creación de un organismo inédito en la historia de Argentina. A través de la aplicación del “Plan Nacional de Ciencia y Tecnología e Innovación: Argentina Innovadora 2020” se logró incrementar en más de 2.500 la cantidad de ingresantes en la carrera de Investigador Científico y Tecnológico desde la creación del ministerio hasta el 2014. A su vez durante el mismo período también aumento en más de 3.000 la cantidad de becarios que lograron ingresar al CONICET. Otro de los planes estratégicos exitosos del creado Ministerio fue el programa RAICES (Red de Argentinos Investigadores y Científicos en el Exterior) por el cual se otorgaron más de 5.000 pasantías y becas para la formación e investigación en diferentes áreas del conocimiento. Los estudiantes de ciencia, los investigadores y los científicos ya no tenían la necesidad de buscar nuevos horizontes para poder desarrollar sus actividades. Si algún científico tuvo que lavar los platos solo fue por una necesidad personal. “Ahora no nos mandan a lavar los platos, ahora los trolls del Gobierno en redes sociales atacan a los científicos, becarios e investigadores acusándolos de ñoquis. Nos atacan y ni Barañao ni Ceccato nos salieron a defender. Al contrario, hablaron de la ciencia útil y la ciencia inútil”, analizó Salvarezza, quien ingresó al sistema científico en 1977 para desarrollarse como físico químico. Un último intento por conocer el sentir de Filmus sobre la realidad de uno de los sectores de los que es parte se perdió en la indiferencia.

En Septiembre de 2018 por intermedio del decreto 801 del poder ejecutivo el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica fue absorbido por el Ministerio de Educación a cargo de Alejandro Finocchiaro. Otro clavo más en el ataúd de la promesa multiplicadora de Mauricio Macri. “Uno de los discursos del Gobierno de Cambiemos es que en los países desarrollados la inversión viene de los privados y no del Estado. Pero se olvidan que eso es una consecuencia del crecimiento que decidieron frenar”, explicó Jorge Aliaga quien realizó su Doctorado en Física gracias a una beca del CONICET ganada en 1985. Tras 29 años dedicados a la docencia y a la investigación, comenzó a trabajar en el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva primero como asesor y luego como Subsecretario de Evaluación Institucional hasta el 2015. Para él, la estructura de ministerios no es tan importante como el apoyo que cada Gobierno le da a la ciencia y la tecnología. Durante el gobierno de Macri este apoyo ha sido prácticamente nulo. Más allá de esta nueva reforma del Estado, la inversión en ciencia y tecnología no es menor solo desde lo porcentual con respecto al PBI, sino que es el mismo producto bruto interno el que pasó de 600 mil millones a 500 mil millones de dólares. El Gobierno justifica el ajuste comparándose con los países desarrollados, donde el aporte estatal es bajo y son los privados los que permiten potenciar el desarrollo científico y tecnológico. Para el ex Subsecretario de Evaluación Institucional “en los países no desarrollados la inversión la tiene que realizar el Estado, porque si no lo hace en este ámbito y no tracciona la inversión de los privados el sistema no arranca. En los países desarrollados, es al revés, justamente porque tienen empresas nacionales de ciencia y tecnología”. En Argentina lo que aportan los privados es solo el 0,15% del PBI mientras que en países desarrollados como Corea del Sur, Alemania, Francia o EE.UU el aporte privado se triplica.

Emprendedurismo científico

En marzo de 2019 Cambiemos publicó un informe analítico sobre sus primeros años de gestión. El documento, confeccionado por los equipos técnicos del gobierno, está dividido por los siguientes ejes temáticos: Cultura democrática, seguridad ciudadana, integración en el mundo, economía para crecer, desarrollo humano e infraestructura y energía. En lo que respecta al sistema científico el documento es elocuente: “En estos tres años fortalecimos el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación y potenciamos su eficacia y su eficiencia. Impulsamos la cultura emprendedora y la innovación para generar un nuevo perfil productivo competitivo centrado en la agregación de valor, la generación de empleo de calidad y la incorporación de conocimiento”. Sin embargo para De Pedro: “Durante el Gobierno de Macri no hay logros en materia de Ciencia y Técnica. La actual gestión suspendió el Plan Federal de infraestructura de ciencia y tecnología, y no se han iniciado nuevas obras en los últimos 4 años”. Los técnicos de Cambiemos no explicaron por qué las subas de presupuesto siempre fueron detrás de la inflación, ni por qué el Ministerio se degradó a Secretaría. Para Aliaga: “Solo algunos de los proyectos que venían de la gestión anterior no se cortaron. No se cortó el satélite SAOCOM 1A que ya puso en órbita y se está trabajando en el satélite SAOCOM 1B que debería funcionar en conjunto y se va a poner en órbita el año que viene. En el caso de la Comisión de Energía Atómica, lo único que sobrevivió fue la construcción en Ezeiza del RA10, un reactor nuclear multipropóstio, cuya licitación fue adjudicada por la constructora de Caputo”.

El Diputado Salvarezza entiende que se ha retrocedido en todos los frentes y que la apuesta por el fortalecimiento del emprendurismo no es suficiente. “Esta idea que plantean del investigador empresario se cae porque no lo podes sostener con nada. No es lo mismo hacer software que biotecnología o nanotecnología, se necesitan equipamientos muy costosos para llevarlo a cabo este tipo de proyectos. Este gobierno promueve la adquisición de equipos y a la vez te quita las oportunidades de hacerlo”.

Zona de promesas

En menos de un mes se realizarán en Argentina las elecciones primarias que determinarán quienes serán los próximos candidatos presidenciales de todas las fuerzas políticas. Las campañas publicitarias invadirán los medios de comunicación con propuestas y promesas que posicionen a sus candidatos ante la opinión pública. Según de Pedro “hay que recuperar el camino de crecimiento y expansión del sistema científico-tecnológico para el desarrollo nacional. Recomponer la inversión pública para de manera progresiva llegar al 1,5% del PBI. En ese sentido se presentó un proyecto de ley que fue aprobado en comisión pero que el oficialismo nunca quiso tratar en la Cámara”. El 40% de las investigaciones del país se realizan en conjunto con cooperativas internacionales, con lo cual la mayoría de los laboratorios tienen contactos con el exterior. Esto produce que los científicos argentinos consigan mejores oportunidades fuera del país ante una situación como la actual. En los últimos años el sistema científico ha vuelto a ser expulsivo. El desafío consiste en frenar el éxodo de los científicos con oportunidades de desarrollo y salarios que estén por encima de la linea de pobreza. Los institutos y las universidades deben contar con presupuestos acordes y no afrontar inconvenientes como los de no poder contratar con servicios de limpieza y de seguridad. Para el Diputado Salvarezza, aun en un contexto de crisis, es posible impulsar el desarrollo científico y tecnológico. “En el 2004 el país estaba en llamas y para evitar la fuga de científicos, el gobierno otorgó un aumento del 50% en los salarios y duplicó la cantidad de becas para ingresantes. No hay país del mundo que sea competitivo sin una pata científica, si la eliminas va a ser un fraude”. Mientras que para “Wado” de Pedro “hay que retomar el plan federal de infraestructura totalmente paralizado por Macri y desarrollar un plan nacional de federalización del sistema científico para incrementar las actividades de ciencia y tecnología de forma equilibrada en todo el país”. El futuro de la ciencia y la tecnología en una Argentina en crisis dependerá de la decisión política del candidato vencedor en octubre.


Nota originalmente publicada en www.eslabones.wordpress.com


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