En una semana en la que se extrañó a Alejandro Sabella (tras cumplirse 2 años de su fallecimiento) se pueden citar sus palabras y volver a decir: “pasamos el Rubicón”. Argentina es uno de los cuatro países que se disputarán el derecho a jugar el partido más importante del torneo. En frente quedó Croacia que demuestra, desde 2018, su capacidad para superar rivales difíciles.
Argentina lo hizo de nuevo, otra vez la ilusión y el sufrimiento en un tramo de tiempo muy corto. De nuevo agarrar fuerte la camiseta (que no está puesta porque hace mucho calor) y pedir a algún dios (o D10S) que nos dé una mano. La incomodidad, la tensión y para algunos unas lágrimas. Había historia mundialista en el encuentro contra Países Bajos y fue, literal, repetir la más reciente. Pero además había una anécdota, de los días previos al partido, que le aplicó una dosis de potrero a un Mundial que sigue regalando grandísimos momentos.
El entrenador Louis Van Gaal analizó el partido mientras ambos equipos se preparaban para jugarlo y se tomó algunas licencias para, además, compartir su opinión sobre el juego de Lionel Messi: “No juega mucho con el rival cuando (el rival) tiene la posesión del balón”. Entre 90 y 120 minutos por partido en prácticamente toda la era Scaloni (y los últimos 17 años de la selección), de un jugador que con 35 años sigue siendo el eje del equipo, avalaron cierta bronca por parte del capitán.
Antes de que las cosas se complicaran con un empate que llegó en el minuto 56 del segundo tiempo (¿Cuánto dura un fútbol?) Messi y el equipo activaron el modo Maradona, que alguna vez supo decir: “La bronca es mi combustible” (1995). A la de la previa se le sumó la del arbitraje del español Mateu Lahoz, que dirigió su último partido en el Mundial, igualando el récord en tarjetas amarillas de toda la historia de los mundiales (Fueron 16 como entre Países Bajos y Portugal de Alemania 2006).
De ese partido quedará la camiseta Nº10, esta vez celeste y blanca, haciendo el “Topo Gigio” al poderoso Van Gaal, después de meter un gol de penal. Quedará en la memoria de Nahuel Molina y los otros millones el gol de uno más de los pibes que debutaron en Qatar, que supo estar en el momento justo y el lugar preciso (teniendo en cuenta que Messi ve sin mirar). Seguiremos repitiendo el “qué mirás bobo, anda pa’ allá” que los más cipayos calificaron de vulgar. Y por supuesto quedarán, de nuevo, las dos salvadas del Dibu Martinez que, en tanda de penales, estiró todo el cuerpo, sacó las dos pelotas más importantes y bailó, porque es indescifrable lo que pasa por su cabeza.
Quedan 4 partidos del Mundial (¡Cuatro!). Argentina eligió como canción del Estadio “Luz Delito”, de Wos, que un momento dice: “Tengo mil maneras de avivar el fuego” y, después de semejante demostración, a eso nos seguimos aferrando. Croacia viene de dejar fuera de competencia a Brasil y tiene todo, más Luka Modric, para prometer una tarde dura, pero de mucho fútbol. Del otro lado de la llave un partido cargado de historia: Francia contra Marruecos, el actual campeón del mundo, contra el “Rocky Balboa” del mundial, como dijo su técnico Walid Regragui.
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