Acoso, insultos, comentarios hirientes, mentiras y fábulas. Todo es parte del fenómeno hater (odiadores) e inundan los perfiles sociales de artistas mujeres como Tini o Emilia Mernes que tienen millones de seguidores. Cómo les afecta y lo que todavía falta hacer para cortar con la tendencia.
Barcelona. El estadio Palau Sant Jordi, exuda euforia mientras ella, sentada en la punta del escenario, con el público a sus pies y una cámara siguiendo cada uno de sus movimientos, sonríe con esfuerzo e intenta seguir cantando, pero no lo logra. El micrófono rosado entre sus manos, deja oír su respiración agitada y lo que ya no puede ocultar.
Martina Stoessel, a.k.a. Tini, actriz infantil devenida en exitosa cantante pop, se vio envuelta en fuertes especulaciones y acusaciones sobre su vida personal y sentimental, las cuales desataron una avalancha de interacciones violentas en sus redes sociales a lo largo del 2023. Aquella misma noche, en Barcelona, la artista se sinceró con sus fans sobre la difícil situación que estaba viviendo en cuanto a su salud mental.
También lo hizo en una entrevista para el medio español Telemundo, ese mismo año, en noviembre. Contó que creyó que no sería capaz de llevar a cabo su gira por España y Estados Unidos debido al cuadro depresivo causado por el acoso y hate incesantes que recibía.
¿Qué es lo que sucede con las redes sociales y sus usuarios que vomitan hate desmedido hacia los artistas?
Según un estudio realizado por la Fundación MAPFRE y la Universidad de Deusto en el 2022, para conocer los comportamientos de ciberacoso en redes sociales y sus efectos psicológicos en las personas, de un total de 2.520 participantes, 312 afirmaron haber hecho comentarios violentos a terceros. Siendo Facebook, X, Instagram y YouTube las redes sociales más utilizadas para estos actos.
¿El motor? La bronca. Y según declaró RESMA (Red de Salud Mental Argentina) la combinación de factores como el anonimato, la falta de consecuencias visibles para el ejecutor y la viralidad con que se reproducen este tipo de comentarios que contribuye a la normalización y amplificación del odio virtual dan rienda suelta a los haters en línea.
EPÍGRAFE: Comentarios negativos según la edad. Fuente: Fundación Mapfre; por Ana Estévez, Milena López Montón, Janire Momeñe, Iker Pastor López, Asier González Santocildes y Borja Sanz Urquijo. 2022.
Emilia Mernes, cantante pop nacida en la provincia de Entre Ríos, Argentina, y que ha sabido ganar reconocimiento a nivel internacional, es foco de constantes actos de acoso cibernético y hostigamiento por los más diversos motivos.
En el primer show de su reciente “.MP3 Tour” en el estadio Movistar Arena, se refirió al tema: “Me he sentido muy abrumada, muy cansada por todo el odio que he recibido en las redes sociales. Es un lugar donde puedo compartir e interactuar con ustedes y es hermoso. Recibo mucho amor, pero, también, a veces se transforma en un lugar muy hostil y por eso les pido disculpas si desaparecí en algún momento” -expresó y continuó- “Si yo no hubiese hecho un trabajo por mí, si no hubiese hecho mi terapia, no sé si hubiese sido posible que hoy esté acá parada junto a todos ustedes”.
De esta manera, la artista exhibió su evidente malestar con respecto a los ataques y compartió dos maneras en las que ella lucha y se protege: a través de la terapia psicológica y el resguardo temporal de las redes sociales.
Micaela Romero, asesora de imagen digital para artistas, recalca la importancia del acceso a terapia para cualquier artista “mainstream” (anglicismo utilizado para referirse a lo que es tendencia o de la cultura popular y masiva), ya que es necesario que aprendan a lidiar con el impacto de la opinión de terceros. Y marca la necesidad de crear un “protocolo de acción” ante situaciones de presión social y odio con cada artista de acuerdo a sus necesidades.
“Cuando hay una ola de hate, vos sabés que lo último que tiene que hacer esa persona es estar en redes sociales, aunque eso signifique estar inactiva por determinado tiempo. Que lo haga. Es muy importante. Muchos equipos están corriendo detrás de la zanahoria y eso quita la presencia de lo humano, porque el artista primero es persona”, añade.
La especialista hace visible algo que todos sabemos y puede parecer muy obvio, pero que parecemos olvidar a la hora de atacarlos con saña virtual: su condición de seres sintientes. Las declaraciones, tanto de Emilia como de Romero, tienen puntos en común y dejan en evidencia la necesidad de un accionar urgente para la protección de la salud emocional de estas jóvenes figuras.
Ante estas situaciones de bullying, ambas artistas, Tini y Emilia, se han pronunciado al respecto públicamente, exhibiendo sus propias vulnerabilidades e invitando así a una reflexión profunda sobre esta temática. Abogando por tratos más respetuosos y empáticos, no solo hacia otros artistas, sino también, hacia cualquier persona que sea sujeto de acoso y maltratos en redes sociales.
Otros datos a tener en cuenta arrojados por la investigación de Fundación MAPFRE indican que los comentarios violentos, de odio y acoso provocan más inseguridad en mujeres que en hombres. Y según la encuesta, “Haters y Discurso de Odio en Redes Sociales e Internet” realizada por U-Report para Unicef en Buenos Aires, en jóvenes de entre 19 y 25 años durante el 2021, se descubrió que: el 26% afirma haber tenido una actitud hater, en contraposición al primer estudio citado en el cual se concluyó que la franja etérea más involucrada en la producción de hate, es de entre 35 y 45 años de edad. Invalidando la creencia popular de que los jóvenes son los más asiduos a estas prácticas negativas.
Actualmente, existen varias iniciativas en relación al control de las interacciones dañinas en las redes sociales pero están enfocadas, mayoritariamente, hacia niños y/o adolescentes. Como, por ejemplo, la iniciativa de la empresa de telefonía, Movistar y la ONG Faro Digital, de generar distintas acciones con el fin de promover un uso responsable de las tecnologías en adolescentes llamada “Domino”. O, también, “Healthy-Young-Minds”, campaña que se dedica a proteger la salud mental de la juventud norteamericana en el mundo digital.
Sin embargo, existe un gran vacío en las medidas implementadas para la protección digital de las figuras que niños, adolescentes e incluso adultos, reproducen en YouTube una y otra vez. ¿Llegará el momento en que ellas y otras artistas, puedan “apagar la tv” para dejar de sentir ese incesante hate por un rato?
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