Los británicos tocaron fondo en 2012, ante los All Blacks y hoy están en su mejor momento. La historia de un seleccionado que intentará ganar su primera Copa del Mundo. Integrará el grupo junto con el local Japón, Escocia, Samoa y Rusia.
Por Tomás Ricardo y Matías Rodríguez
A lo largo de la historia se ha visto a Irlanda mostrar equipos competitivos en la Copa del Mundo. A pesar de eso, nunca consiguió meterse entre los cuatro mejores. Cuartos de final parece ser su. Hasta allí llegó en seis oportunidades: 1987, 1991, 1995, 2003, 2011 y 2015. Sin embargo, en 2018 venció a los All Blacks dos veces consecutivas. Así, llegó a conseguir estar en el puesto 1 de la clasificación mundial. Logró resurgir.
La mala racha comenzó en 2012, después del Mundial de Nueva Zelanda 2011. Si bien consiguió llegar a los cuartos de final, ahí empezó la cuesta abajo. El 23 de junio de 2012 perdió ante Nueva Zelanda por 60 a 0, en condición de local. Esta caída se transformó en la peor de la historia. La afición y la prensa sólo tenían críticas. “Recuerdo que la gente hizo una marcha a las afueras de la organización con la intención de que den explicaciones”, expresa Brendan Mullan, asistente del embajador de Irlanda en Argentina. A partir de eso, los jugadores hicieron una reunión entre ellos con la intención de modificar todo lo sucedido. La comisión directiva decidió cambiar de entrenador y apostar por uno nuevo: Joe Schimidt. Su pasado como jugador y su compromiso a la hora de trabajar fueron las principales causas de la elección. Asumió en 2013 e intentó llevar a cabo su nuevo plan de juego.
Al principio, costó. La idea principal era consolidarse con una buena defensa, la cual trabajó día y noche junto con Andy Farrell, experto en tácticas. Su jugador estrella era Brian O’Driscoll, el capitán del equipo al comienzo del ciclo. Pero el centro estaba en los últimos momentos de su carrera. Cuando dejó de ser profesional, en 2014, la capitanía pasó a ser de Rory Best, hooker experimentado que pasó por varios equipos de Gran Bretaña. Él fue quien se encargó de adoctrinar a la nueva generación y establecer un nuevo espíritu de competencia. “Brian es muy querido. Que sea considerado uno de los mejores de la historia es algo que Irlanda no olvidará”, expresa Brendan. Además, agregó: “Rory es nuestro nuevo referente. No tenemos nada más que amor y respeto”.
Las victorias con las ideas plasmadas en cancha tardaron en llegar. A principio de 2014, el equipo ya demostraba de lo que era capaz. Ganó 5 de los 8 encuentros que disputó en los amistosos y se preparaba para el mundial que se encimaba. En el Mundial de Reino Unido de 2015, quedó primero en su grupo y en cuartos de final, Los Pumas les rompieron el sueño al vencerlos por 43-20.
El momento más difícil que tuvo que enfrentar Irlanda fue en 2016. Dos de sus jugadores, Paddy Jackson, de 26 años, fue acusado por la Fiscalía norirlandesa de dos cargos relacionados con una agresión sexual y una violación, mientras que Stuart Olding, de 25, hacía frente a un cargo de violación. Los dos estuvieron alejados de la Selección por un tiempo hasta fines de 2017, cuando se aclaró la situación y finalmente en 2018, los dos fueron absueltos de todo cargo.
Hoy, Irlanda está más vivo que nunca. Ganó dos veces consecutivas ante Nueva Zelanda y buscará por primera vez quedar en la historia de uno de los deportes más queridos en el país.
La lista de convocados por el entrenador para integrar el plantel en Japón 2019 cuenta con Rory Best (c), Tadhg Beirne, Jack Conan, Sean Cronin, Tadhg Furlong, Cian Healy, Dave Kilcoyne, Iain Henderson, Jean Kleyn, Peter O’Mahony, Andrew Porter, Rhys Ruddock, James Ryan, John Ryan, Niall Scannell, CJ Stander, Josh van der Flier.Backs: Bundee Aki, Joey Carbery, Jack Carty, Andrew Conway, Keith Earls, Chris Farrell, Robbie Henshaw, Rob Kearney, Jordan Larmour, Luke McGrath, Conor Murray, Garry Ringrose, Jonathan Sexton, Jacob Stockdale.
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