Fabián “Pepe” Castro, gerente de Estrella de Maldonado, describió la función social de la institución durante la pandemia y destacó la tarea realizada gracias a las donaciones de los socios y sponsors: “Nos sentimos muy útiles al barrio por lo pronto y a la sociedad de alguna forma”. Ahora, con la vuelta a la actividad, planean continuar con la ayuda a través de la entrega de bolsones semanales. Conocé la historia de un club cercano a los vecinos y a los niños.
Uno de los clubes de barrio más conocidos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires fue fundado el 9 de julio de 1934. Actualmente, su sede está en la Avenida Juan B. Justo 1439, en Palermo. Su nombre se debe a que los fundadores notaron que en un bar que estaba debajo del club, tenía en su puerta una estrella.
Su deporte principal es el baby Fútbol, ya que funciona como escuela y además compite en distintos torneos en las categorías más chicas y, también, en el torneo de AFA de futsal. Es el lugar donde nacieron futbolísticamente grandes figuras del país como Marcelo Gallardo, Andrés D´Alessandro y Patricio Toranzo.
Su gerente actual es Fabián “Pepe” Castro, uno de los grandes capitanes e ídolos que tuvo Atlanta en su historia. Además, tuvo un paso por la dirección técnica del “Bohemio”. Hoy en día, ya un poco alejado del fútbol profesional, aporta desde Estrella de Maldonado para las futuras generaciones y da una mano desde el ámbito social.
La pandemia de Covid-19 que azotó al mundo, no dejó atrás al club que, en estos meses de cuarentena, debió adaptarse para poder mantenerse en pie. “Pepe” contó cómo pudo sobrellevar el aislamiento.
–¿Cuánto tiempo el club estuvo cerrado? ¿Cómo subsistió?
-Estuvimos cerrados desde el 16 de marzo, que fue en el momento en que se declaró el estado de emergencia. Al principio todo el mundo creía que iba a ser algo relativamente pasajero, entonces el club sostuvo una normalidad administrativa. Cuando fuimos viendo que venía para largo y con el club cerrado empezamos a tener ayuda de alguno de los socios que seguían pagando su cuota social, pero no su actividad porque no la ejercían. A partir de eso fuimos acomodando algunos números de los profesores, dándole el dinero que se podía. Recibimos la ayuda del Estado con el IFE y el ATP, a la gente que teníamos en blanco se le depositaba, pero no son muchos porque a veces hay gente que trabaja ad honorem o por un viático. Y en ese transcurso de tiempo, el club estaba cerrado, acumulaba deudas de impuestos y servicios. Nos pusimos a funcionar como un comedor comunitario, donde recibíamos algunas donaciones de socios, ya sea mercadería o dinero, que la convertíamos los lunes, miércoles y viernes en una cena. En todo este tiempo habremos dado alrededor de 10.000 platos de comida. Ahora tuvimos que cortar porque el club comenzó a funcionar, con todos los protocolos, pero de una manera relativamente normal.
-¿El comedor siguió funcionando por parte de los socios o recibieron algún aporte por parte del Estado?
-Tenemos algunos amigos que manejan sindicatos, algunos de los sponsors de futsal siguieron colaborando con esta causa. No iban a poner plata en el mantenimiento normal del club, sino que habían decidido que, si no podían figurar en la camiseta, porque no se realizaba el campeonato, que querían seguir colaborando con nosotros, pero dentro de este fin dándole de comer a las familias del barrio, a la gente en situación de calle. Con los muchachos nos pusimos a cocinar y a servir. Nos sentimos muy útiles al barrio por lo pronto y a la sociedad de alguna forma. No nos ponía contentos, pero sentíamos que estábamos haciendo algo. Ahora que terminamos estamos viendo de qué manera entregar bolsones de comida, porque todavía nos sobró bastante mercadería, más que nada arroz, fideos y polenta, entonces estamos tratando de coordinar con las familias que venían a comer, para hacerles una entrega una vez por semana de un bolsón que los ayude a sobrellevar esta situación. Nosotros seguimos recibiendo donaciones de los socios y de quienes quieran. Con el club abierto es mucho más fácil, encima la gente pasa y le comentás lo que estás haciendo, ellos se suman, donan ropa, algún juguete, libros, medicamentos. Es la función que tenemos y así funcionamos desde que tengo uso de razón. Siempre al servicio del barrio y de los chicos.
-¿Cómo está el tema de los socios que no pudieron pagar la cuota y quieren volver a las actividades?
-Tenemos problemas pero que se solucionan. Hay un par de cuestiones importantes que se pueden explicar. Mientras no generábamos ingresos por actividad, había que generar dinero para pagar las obligaciones que tenemos, ya sea empleados, impuestos, servicios, no dejar caer el club. Porque un lugar que no funciona en seis meses se hace difícil, hasta nos han salido plantas en la cancha. Es un indicador que nos da una tristeza bárbara. Lo que estamos haciendo es, que todo el mundo empieza la actividad, a pesar de que no haya pagado en todo este tiempo, no se le va a impedir realizar las actividades, sino que estamos al habla con ellos para estipular de qué forma pueden abonar lo que no pudieron en este tiempo, ya sea con un plan de pago o lo que se pueda y se adapte a la economía de ellos. Creo que seríamos muy injustos con todos los que han pagado si con éstos hacemos borrón y cuenta nueva. Hubo mucha gente que hizo sacrificio para seguir pagando la cuota social al día, entonces no nos hace sentir justos. Tratamos de que nos entiendan y nosotros de adaptarnos a las posibilidades económicas, entendiendo que no es un período normal. Hay mucha gente que ha perdido su trabajo, entonces creo que, con buena voluntad de ambas partes, nos vamos a sentir bien.
–¿Cuáles son las actividades que vuelven?
-Todas las actividades vuelven, arrancamos con baby fútbol, patín, gimnasia artística, crossfit, boxeo y natación. Tenemos algunas restricciones en cuanto al natatorio porque involucra gente muy grande y también muy chica, pero está al caer la autorización. También contamos con los protocolos, el tema de las personas por metro cuadrado, los profesores todos con barbijo y sanitizados antes del ingreso: se les toma la temperatura y utilizan alcohol en las manos. Los profes, sobre todo de fútbol, viven con el alcohol en la mano para que cada vez que para el entrenamiento se ponen ellos y a los chicos. Cada uno de los jugadores utiliza su propia botella de agua, entran y salen con barbijo. Los padres no entran, así que nos vamos adaptando. Ojalá todo vaya teniendo otra normalidad.
– ¿Recibieron algún instructivo por parte de la Ciudad o de la Nación?
-Recibimos un protocolo por parte del Gobierno de la Ciudad para poder adaptarlo de acuerdo a las superficies que tenemos. En primer lugar, fueron los descubiertos y rápidamente se autorizaron el tema de los gimnasios. En gimnasia artística solíamos meter 25 personas y ahora sólo ocho. Hay muchas familias que lógicamente decidieron todavía no arrancar, que también uno cree que podía llegar a pasar, cosa que entendemos. Era muy importante para nosotros poder arrancar porque este es un lugar muy importante en el aspecto formativo de los niños, desde el punto de vista deportivo, social y sanitario es muy importante. Estar funcionando es una alegría que hace rato no sentíamos.
-¿Se mantuvo el contacto entre los chicos dentro de los mismos equipos? ¿Hubo seguimiento de los profes?
-Los profes siguieron con las clases vía Zoom, entraban los chicos que querían, en una etapa donde el Zoom era para todo: colegio, entrenamientos, cumpleaños. Es un poco cansador, pero se han mantenido contactos por las redes, se hicieron sorteos, se pasaron videos de lo que hacemos habitualmente en el club o de otra época para que la gente lo tenga presente. Hay vínculos que son más cercanos, por los grupos de WhatsApp de los mismos chicos, que hacen que se mantengan en contacto. Hay que tener en cuenta que, al ser un club barrial, muchos de los chicos se mantienen en contacto también por el colegio, entonces dentro de todo demostramos tener una cercanía. Es importante funcionar porque también es un lugar que el chico no puede perder y este año se perdió mucho el contacto social, la educación, las posibilidades de hacer deporte. Yo siempre fui coordinador de futbol femenino y, el tema de que no haya Inferiores, hace que esos años sean perdidos. Este año con el tiempo nos vamos a dar cuenta de lo nocivo que ha sido, porque hoy uno hace más hincapié en el encierro y en la posibilidad de no hacer actividad, pero es más profundo. Son años que el día de mañana cuando tengas que contar de tu vida, te vas a tener que hacer una cruz. Esto es algo que a mis 55 años nunca pensé que iba a vivir, pero te digo algo, esto es mucha pérdida, no sólo por lo laboral con consecuencias económicas, sino las pérdidas de objetivos, de sentirte vivo, las cosas que hacías normalmente, valorar poder ir a tu club, participar de un encuentro con tus amigos.
-Los ingresos del club estuvieron por debajo de lo habitual, generando pérdidas. ¿La venta de pelotas y merchandising del club son una medida nueva para generar ingresos?
-El tema de la venta de pelotas y gorras era una medida que teníamos para generar ingresos desde incluso antes de la pandemia. En épocas normales, se compra mucha indumentaria cuando arranca el año, porque los chicos vienen más grandes, compran las camisetas, pantalones y medias que se rompen, sacamos alguna ropa de entrenamiento y botineros. Con la pandemia empezamos a vender por internet todo esto, más algunos artículos que sacamos. Hemos vendido comida a familias con motivo del cumpleaños del club, aceptamos donaciones por el “Día del niño”. Hoy por hoy lo más trascendente es que los papás empiecen a pagar por las actividades que realizan y eso va a ayudar en la economía del club sin ningún tipo de duda.
El pasado 9 de julio, el club, en su cumpleaños 86, decidió festejarlo realizando la venta de locro criollo, haciendo que la gente pueda acceder al mismo, y que los empleados les lleven la comida a la casa de manera gratuita.
-¿Qué sacás de positivo de todo esto?
-Lo más importante que se puede sacar es que se le tiene que dar valor a las cosas que no se le dan. Todo eso que te parecía habitual y no le dabas el valor que se merecía y hoy te das cuenta de eso, nos va a hacer mejores personas empezar a reconocer esto, ser más tolerantes, menos trágicos. Estar con un amigo, hacer deporte, tomar una cerveza, conocer a una pareja, son cosas que no se le daban valor porque lo hacíamos todos los días.
Estrella de Maldonado ha abierto sus puertas nuevamente, y desde su página web oficial (http://estrellademaldonado.com.ar/) hizo visible el protocolo para las personas que quieran acercarse a realizar las actividades que ofrecen. De igual manera, en la web siguen figurando los productos que venden y las noticias diarias que rodean al club.
Agregar comentario