En el marco de la celebración por el Día Internacional del Orgullo LGBTTIQ+, se llevó a cabo durante la tarde del sábado un encuentro de grupos disidentes en un espacio colaborativo del barrio Alta Córdoba, donde mostraron cifras de los constantes hechos de violencia que sufre su comunidad.
Bajo el lema “No todo es color del arcoíris”, los colectivos Libres y Diverses, Tarde Marika y Escándalo Travesti expusieron gráficos de los numerosos ataques y crímenes, registrados por el Observatorio Mumalá a partir del año 2018, que sufre cotidianamente la comunidad LGBTTIQ+, a pesar de contar con leyes que penalizan estos hechos.
Entre los datos más alarmantes, según explicó la coordinadora de Libres y Diverses Córdoba, Alejandra Mansilla, se encuentran los ataques efectuados por las fuerzas de seguridad como policías, militares o penitenciarios, los cuales representan un 26% de la totalidad de los hechos, mientras que en un 23% de los casos, los agresores fueron desconocidos o transeúntes. “El 34% de los hechos de violencia se producen en la vía pública, y esto nos lleva a pensar que la característica de ‘pública’ no es tal para nuestra comunidad, si corremos con estos peligros”, manifestó Mansilla.
Betty LaCueva recibía a los visitantes en la vereda y les entregaba escarapelas con los colores del arcoíris, usando un largo vestido lleno de dibujos de animé, una peluca negra que le llegaba hasta la cintura y un maquillaje que llamaba la atención junto con sus casi dos metros de altura. Betty es dragqueen y socia fundadora de Tarde Marika, y es también otra víctima de la sociedad en la que vivimos: “Nos siguen matando, maltratando y negando atención médica y laboral, porque las leyes que deberían defendernos, como la de identidad de género, matrimonio igualitario o cupo laboral travesti-trans, no alcanzan”. De fondo, algunos agreden desde sus autos al pasar, claro ejemplo de lo que explica Betty.
El encuentro se llevó a cabo en una casona ubicada en la calle Mariano Fragueiro al 1500, donde funciona Agenda de Diseño, un espacio colaborativo que cuenta con talleres para emprendedores y showroom, pero que también abre sus puertas para este tipo de acontecimientos. En la fachada del local se pegaron cientos de papeles, formando con sus colores la bandera de la comunidad LGBTTIQ+. Cada papel llevaba un mensaje: “SOY MUJER”, “SOY BI”, “SOY HETERO”, “SOY FELIZ”, “SOY”. “¿PODEMOS VIVIR SIN ETIQUETAS?”, pregunta otro de los papeles. Ese es el objetivo de estos grupos, de estas personas: generar un cambio en la sociedad que les permita sentirse parte, llevar su bandera sin miedo y, sobre todo, con orgullo.
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