En el cuadragésimo aniversario de una de las fechas más dolorosas del país, las historias golpean casi tan fuerte como los bombos de las murgas que protestan ante la visita del presidente norteamericano, Barack Obama.
El 24 de marzo atraviesa todos los rincones de la sociedad. La Plaza de Mayo es el reflejo de una sociedad que aún se siente herida y que, cuarenta años después, sigue exigiendo memoria, verdad y justicia.
A 40 años del último golpe militar en Argentina la organización se movilizó masivamente. Por Bruno Alberotanza, Johanna Sierra y Damian Stazzone Si bien en los últimos días La Cámpora manejó la posibilidad de concentrarse en la ex Esma y no donde convocan cada 24 de marzo los organismos de Derechos Vamos, finalmente la agrupación que lidera Máximo Kirchner se juntó en Avenida de Mayo y 9 de Julio para ir, como siempre, de allí hacia el frente de la Casa Rosada.
Una vigilia nocturna en repudio a la presencia del presidente norteamericano, la re-pintada de pañuelos en el Centro Cívico y una marcha por primera vez dividida fueron los principales acontecimientos que atravesaron la ciudad de San Carlos de Bariloche este 24 de marzo tan particular.
El oficialismo privilegió la agenda protocolar de los distintos ámbitos del Estado para conmemorar las cuatro décadas del último golpe, incluida la visita al Parque de la Memoria de Macri con Obama.
El colectivo La Poderosa plantó bandera en las esquinas de Avenida de Mayo y las de Diagonal Norte, desde la 9 de julio hasta la Plaza de Mayo.
Se realizó otra edición de la competencia que recuerda a Miguel Benancio Sánchez, un atleta argentino desaparecido en 1978.
Por primera vez desde su creación en 2004, el Espacio para la Memoria fue sede de uno de los actos.
A 38 años del último golpe cívico militar, Eter Digital reconstruyó la historia de tres víctimas de la dictadura que pudieron contar su verdad en 2013.