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Gregorio Martínez: “Argentina tiene desventajas físicas, pero el crecimiento en los últimos tiempos fue notable”


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El director técnico de la seleccción femenina de basquet habló con ETER Digital sobre Las Gigantas, su título de campeonas en el torneo Sudamericano y cuál es la estrategia para el Mundial 2026.


“Entré por primera vez al club Unión Florida a los 6 años para estudiar guitarra y, como faltaban chicos para completar el equipo de básquet, me llamaron”, recuerda hoy, 54 años después, Gregorio Martínez, entrenador de la selección nacional femenina de este deporte.

Jugó en ese club, en Sportivo Pilar, en 17 de agosto y en el Club Villa Adelina. Luego volvió a sus orígenes y dirigió el equipo femenino de Unión Florida. En 2020, dejó de preparar al equipo masculino de Obras Basket en la Liga Nacional para ser el DT de Las Gigantas, quienes salieron campeonas de la Copa Sudamericana este año tras ganarle nada menos que a Brasil y ahora sueñan con tener su lugar en el Mundial 2026.

-¿Cuáles son las características que buscás en una jugadora al momento de elegirla para la selección Nacional?

-Depende mucho de la posición en la cancha. Argentina tiene desventajas físicas respecto a otros equipos, como Brasil, África o, como por ejemplo, cuando fuimos a Europa nos dimos cuenta que había una gran diferencia entre las jugadoras de ahí y las nuestras. Así que busco jugadoras que acepten que este es un juego de conjunto, que entiendan esa importancia y que puedan pertenecer a un grupo, además de que entiendan que todos dependemos de todos y que las 12 jugadoras, tanto como las que están en cancha como las que no, tienen una importancia.

-¿Es diferente elegir jugadoras para la Selección a hacerlo para el equipo de un club? 

– En la selección tienen que estar las mejores, entonces uno trata de ser más tolerante. Pero no solo uno, el grupo también tiene que ser más tolerante. Cuando uno hace un equipo en un club, piensa en 10 meses de convivencia. En cambio en la Selección es mucho más corta, son solo 40 días juntos. Y en ese tiempo se trata de amalgamar las características individuales, de amoldar dentro de los parámetros y límites que uno cree que un equipo debe permitir. 

-¿Notás un crecimiento del equipo en la cancha en este último año?

-Sí, el crecimiento fue notable, especialmente en la parte ofensiva, creo que donde más evolucionamos fue ahí. Igualmente, me parece que jugamos muy bien en ataque, cosa que antes también era un poco una asignatura pendiente. Esta mejora nos dio el salto de calidad que necesitábamos.

-¿Cómo se logró?

-Es fundamental que la comunicación sea efectiva. Lo que uno comunica tiene que ser convincente y bien interpretado. También es crucial que todos los miembros del equipo estén predispuestos para recibir el mensaje. Cuando se entrena con un grupo grande, no todos interpretan igual el mismo mensaje. Ahí es donde el entrenador debe ser ingenioso para asegurarse de que la comunicación llegue a cada jugador de manera adecuada.

-¿Cómo manejás la presión de ser el sostén del equipo?

-La presión es parte de la competencia. Aunque a veces puede ser abrumadora, en cierta medida se disfruta. Cada día, en cada entrenamiento y partido, hay presión y como entrenador eso es aún más evidente. Es fundamental acostumbrarse a ello y, en lo posible, encontrar placer en esa presión. Es parte de nuestra función.

-¿Cómo aprendiste a convivir con ella?

-Está claro que uno debe aprender a convivir con la presión que implica ser entrenador. Este puesto siempre conlleva un grado de presión, sin importar la categoría o el torneo que dirijas. Para mí, la presión que sentí en la final contra Brasil es comparable a la que experimenté en la final de la liga con Unión Florida o en un Final Four con Obras.

-¿Cuáles son los objetivos a futuro ahora?

-Estamos en camino al clasificatorio del Americano, que se juega el próximo año en Chile, allí vamos a buscar un lugar para el Mundial de Alemania 2026. La preparación es clave, aunque el tiempo es limitado, ya que solo vamos a poder juntarnos en junio del año que viene. Sin embargo, es importante seguir el desarrollo de las jugadoras durante el año.

-¿Cómo ves la continuidad de la Liga Nacional de básquet con el contexto económico actual?

-Creo que estamos avanzando en un contexto económico muy difícil. Es casi un milagro que este año podamos jugar la Liga Nacional por octavo año consecutivo. Para mí esto refleja un nivel de profesionalismo que, sin duda, contribuye a la mejora de los jugadores. 

-¿Cómo ves el futuro del básquet femenino en Argentina?

-Lo veo bien. La continuidad de la Liga Nacional permite que cada vez más chicas puedan dedicarse al básquet. Aunque no es completamente profesional, hay muchas jugadoras que ya viven de esto, lo que mejora el nivel del deporte. Estoy convencido de que el crecimiento de la liga se traduce en un mejor rendimiento del equipo nacional.

-¿Qué significa para vos ser el entrenador de la selección Nacional?

-Y para mí el entrenador tiene un papel muy importante, o al menos a veces lo suele tener. Yo me siento importante para el equipo y siempre está bueno poder estar a la altura del mismo, sobre todo cuando el resultado va bien, así uno puede saber que hizo un buen trabajo. 


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