Al frente de la Selección de Uruguay y en vísperas de la Copa América, ¿podrá el técnico argentino ratificar su estilo y obtener el título?
En los pasillos del fútbol se cuentan historias del director técnico que tiene más discípulos y reconocimientos que títulos deportivos. Un DT de esos que hablarán en las escuelas de comunicación por décadas. Un DT cuyos equipos hacen transpirar a los camarógrafos por el vértigo de su juego. Un DT que hace trabajar a los editores gráficos por lo cambiante y abultados de los resultados. Un DT que marca huella en cada uno de sus dirigidos y, sobre todo, un DT que genera el respeto y admiración de los más importantes referentes de la conducción técnica.
Marcelo Alberto Bielsa dirige al combinado uruguayo y tiene en esta Copa América 2024, que se disputará en los Estados Unidos de Norte América, una cita con el destino.
Las eliminatorias rumbo al Mundial 2026 lo tienen detrás del campeón del mundo, Argentina, a solo dos puntos. Victoria de local sobre Brasil y de visitante sobre Argentina. Un plantel plagado de estrellas de las ligas más poderosas como Darwin Núñez, Fede Valverde, Rodrigo Bentancur, Sergio Rochet y Nicolás de la Cruz, entre otros, posiciona a los charrúas como serios aspirantes al título continental.
Se habla de sus planteos tácticos. Verticales, vertiginosos, vorazmente rígidos al punto de no ceder la iniciativa bajo ninguna circunstancia, ni siquiera para mantener un resultado que lo acerque al éxito. Para Marcelo Bielsa, éxito y felicidad no funcionan como sinónimo. “La obligación que tiene todo ser humano es rentabilizar sus opciones para ser feliz. El éxito es una excepción y, aunque nos desarrollemos, nos esforcemos, ganamos de vez en cuando, muy de vez en cuando”, dijo alguna vez Bielsa.
“Las evaluaciones no deben hacerse en función de lo que se obtiene sino en función de lo que se merece”, sostuvo también y en esa dirección recordó sus inicios en el barrio: “Valorábamos el sacrificio y el esfuerzo de la gente de barrio que compraba su humilde primer auto en base al esfuerzo y no un Mercedes Benz producto de un golpe de suerte”.
Alabado por uno de los mejores directores técnicos de la historia como Pep Guardiola y subido a la elite de los “ismos” argentinos, el Bielsismo acompaña en las mesas de discusiones futboleras al Bilardismo y al Menottismo. Bielsa tiene este año una nueva oportunidad de hacer historia, de agrandar su leyenda. Y, aunque nada de lo expuesto lo moviliza, hay un punto que sin lugar a dudas lo impulsa. Marcelo Alberto Bielsa está convencido de que mantener y ratificar, cómo lo hace en cada partido, su estilo de juego, lo llevará al éxito. Y que cualquier otro atajo, le restaría valor a su empresa.
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