Actual co-conductor de Hay Algo Ahí, el columnista y productor en Blender repasó su éxito, su pasión por el peronismo y la clave para afrontar su trabajo.
“Ruffo” trabajó en Radio Nacional en Caricias Significativas y Nacional Rock de la mano de Tomás Rebord. Hoy atraviesa uno de los momentos de mayor popularidad en Blender, donde se luce en Hay Algo Ahí. En Eter Digital no dejó respuestas interesantes.
—Blender se caracteriza por ser un medio irónico, teatral. ¿Por qué surge esa forma particular de ver la política y la coyuntura?
—Es la única forma que tengo de ver a la política. Uno no decide cuándo se ríe. Un chiste bien colocado llega antes que la razón, y la solemnidad no es algo que me caracterice. No convence a nadie. Si veo que el Presidente de la Nación no sabe bailar, o no diferencia soplar una vela de una bengala, me río. En un momento donde abunda la violencia, yo siempre quiero poder ejercer el derecho de reírme, y en el mejor de los casos, generarlo para otro.
—¿Qué temas son los que más disfrutás hablar y cuáles te conectan más con la audiencia?
—La música es algo que me atraviesa, es el lugar donde soy feliz. Me gusta la difusión, si hay un artista que a mí me rompe la cabeza, yo necesito que se la rompa a alguien más. Amo lo que se cataloga como “cosas de chico”: la cultura pop, el cine, los cómics, los superhéroes. Pensar “che, esto es una cosa impresionante”, sobre temas que no surgen todos los días.
—Tenés una carrera bastante abarcativa: trabajaste en radio, sos productor, hasta fuiste asesor político. Pero, ¿cómo pasaste de trabajar en la industria metalúrgica a donde estás hoy?
-Cuando salí del secundario con 17 años no tenía ni idea qué hacer con mi vida. Trabajaba en la empresa metalúrgica de mi familia, por eso creía que Administración de Empresas era lo que me gustaba, pero me la pasaba escuchando radio en el viaje ida y vuelta de Caballito a Lanús para cursar. Fue cuando decidí entrar a un curso de Producción de Radio en ETER, y me enamoré de ese universo. Y me puse a estudiar Comunicación Social.
—Tus dos pasiones son Racing y ser peronista. ¿De quién lo heredaste?
-Son una pasión, absolutamente. De Racing por toda mi familia, eso estuvo siempre. Respecto del peronismo, fue algo muy anecdótico: lo heredé de mi otro abuelo, que fue militante toda su vida. En el colegio no se hablaba de la dictadura, y mucho menos del peronismo. Una vez, estábamos estudiando el radicalismo, y fui a buscarlo para decirle que yo era radical porque en el colegio me decían que defendían a la clase obrera. Y él me dijo: “Los radicales no defienden a nadie. Ese es el peronismo”. Creo que el peronismo, más allá de una postura dialéctica, en el “yo soy peronista”, primero hay una cuestión pasional.
—¿Alguna vez sentiste que por generar contenido que le guste a la audiencia no estabas haciendo algo bueno para vos?
—Mi mejor versión tiene que ver con lo genuino. En el disfrute colectivo es donde surgen los mejores contenidos, y es por eso que si hay algo que me genera dudas, dejo de hacerlo, porque sé que va a salir mal.
—¿Qué rol cumple la comunidad para mantener a un medio como Blender?
—No es lo mismo una audiencia que una comunidad. La audiencia es el primer paso. Ahora, la construcción de una comunidad es más difícil de generar, pero cuando ocurre es hermoso. Para nuestra comunidad trabajamos con muchísima pasión y entrega todos los días, todo el tiempo. Es un poco milagroso, un poco inexplicable y un poco mágico.
—Mirando hacia atrás, con todos los espacios que conformaste, ¿preferís estar frente al micrófono o detrás?
—Todo tiene sus beneficios. El rol de co-conductor es donde más cómodo me siento. Me gusta la idea de ser un 9 dentro de la cancha, esperar en el área para el gol. En especial con Rebord que es un conductor del carajo. Hay Algo Ahí se armó en base a la dinámica que formamos juntos. Por otro lado, producir, sentarse a escribir un guión o a pensar contenido, es mucho más solitario.
—Trabajaste en Radio Nacional en Caricias Significativas y Nacional Rock. ¿Cómo viviste con tus compañeros la decisión del Gobierno nacional de cerrarla?—Muy triste. Los medios públicos, como proyecto político, tienen una misión: tener altísima calidad, propuestas artísticas interesantes, distintas. Por eso a mí me enorgullece tanto haber trabajado allí, reafirma la identidad de un pueblo. Para mí, el “hecho en Argentina” es sagrado.
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