La selección venezolana buscará dar el golpe en la Copa América y trasladar su muy buen presente en las Eliminatorias a la competición continental a disputarse en los Estados Unidos.
El conjunto “vinotinto” llega a Norteamérica con grandes aspiraciones dado su presente futbolístico. Comparte el grupo B junto con México, Ecuador y Jamaica. La selección dirigida por Fernando Batista hará su debut el sábado 22 de junio ante Ecuador en el Levi’s Stadium de Santa Clara, California.
En las presentes eliminatorias para el mundial de Estados Unidos 2026, Venezuela se ubica en la cuarta posición. De esta manera, se mantiene en zona de clasificación directa, relegando a grandes equipos como a Ecuador y, sorpresivamente, a Brasil que son sus inmediatos perseguidores.
Tras un arranque con el pie izquierdo dónde perdió en su presentación ante Colombia de visitante, Venezuela no volvió a caer derrotada. Cosechó 9 puntos distribuidos en 2 victorias y 3 empates, donde se encuentra el valioso resultado que se trajo en su visita a Brasil igualando con esa selección 1 a 1 en la tercera fecha.
Con el poder de fuego de Salomón Rondón y Josef Martínez, la creatividad de Yeferson Soteldo y el despliegue de Tomás Rincón, la selección caribeña tiene argumentos como para hacer un buen papel en esta edición de la copa. Sus figuras aportan su cuota de experiencia y calidad. Combinados con la frescura que le brindan sus juveniles, hacen que los venezolanos vean posible dejar el mote de selección débil para subir sus aspiraciones, no sólo en este torneo, sino con vistas a objetivos a largo plazo. Su gran objetivo como equipo y deseo de todo un país: lograr la clasificación al próximo mundial.
El técnico: Fernando “Bocha” Batista
Fernando “Bocha” Batista es el encargado de llevar a la selección venezolana a dar la sorpresa en este certamen. El argentino dio sus primeros pasos como ayudante de campo de Claudio Úbeda en la Sub 20 de Argentina en el 2017. Luego tuvo un paso fugaz por las Sub 18 de Armenia. Volvió a la Argentina y se hizo cargo de la dirección técnica Sub 20. Dirigió a las selecciones juveniles en torneos sudamericanos, en Juegos Panamericanos, Preolímpicos y Juegos Olímpicos.
Hasta que en 2021 emigró a Venezuela. José Nestor Pékerman arribó a la dirección técnica de la selección mayor y Batista formó parte del cuerpo técnico como ayudante de campo. Luego de disputar las Eliminatorias al Mundial de Qatar sin haber podido clasificar, el experimentado entrenador argentino dejó su cargo en 2023.
El hermano menor del campeón del mundo, Sergio “Checho” Batista, tuvo nada más ni nada menos que su gran oportunidad. En ese mismo año los directivos de la Federación Venezolana de Fútbol le ofrecieron quedar a cargo de la selección mayor, a lo que Fernando Batista aceptó.
Si bien el seleccionador argentino tuvo un buen arranque en las Eliminatorias Sudamericanas ubicándose en el cuarto puesto y en zona de clasificación, el horizonte le presenta un nuevo desafío. La Copa América lo encuentra con una selección venezolana que viene de menor a mayor y buscará reafirmar su buen momento en el certamen continental.
El delantero: Salomón Rondón
Se desempeña como delantero y actualmente juega en el C. F. Pachuca de la Primera División de México. Se coronó campeón con el Pachuca en la Concachampions y terminó como el MVP de la final con dos goles, además de ser el máximo goleador del torneo con nueve tantos.
En su infancia ya sabía que quería ser jugador de fútbol, cuando era niño vivía abrazado a una pelota y les pedía a sus padres que lo anotaran en un club. Por ello, sus primeros pasos fueron en el Club juvenil San José en su ciudad natal de Calasanz, donde tuvo la oportunidad de interiorizarse más con el deporte y desde entonces no paró.
Tiempo después, cuando estaba en secundaria, Salomón decidió preguntarle a su padre si podía dejar los estudios para dedicarse de pleno al fútbol, con esas intenciones de seguir fue a probarse en el Club Deportivo Gulima en el cual terminó fichado. Debido a su gran rendimiento logró destacar en los juveniles y al poco tiempo de aquel gran paso llegó la propuesta del club Aragua de Maracay, la cual aceptó. Toda esa preparación lo llevó a debutar a los 17 años en primera división de Aragua.
En la actualidad, El Gladiador, tras su paso en River, llegó al equipo mexicano en enero del 2024. Con 34 años es una de las figuras más importantes para el seleccionado vinotinto, participó en las ediciones de Argentina 2011, Chile 2015 y Estados Unidos 2016.
Frente a esta nueva Copa América, Rondón buscará convertirse en el máximo goleador de Venezuela, quien cuenta con cuatro goles en la Copa América. Hasta el momento, el mayor anotador es José Luis Dolgetta con seis goles en la edición de 1993.
Yeferson Soteldo, el bajito que se convirtió en grande
Otro de los jugadores claves en el conjunto Vinotinto es Yeferson Soteldo. El jugador de 26 años es toda una delicia futbolística en el arte venezolano y una joya destacada para Batista. Considerado para muchos como ‘’el nuevo Messi’’ en su momento e implantado notoriamente como tal en su país, intentará llevar a su país a las instancias finales y demostrar que la calidad de juego del seleccionado ya es potencia.
El actual jugador de Gremio nació en Acarigua y su infancia, más la adolescencia, no fueron las mejores. Venía de vender en el mercado, de trabajar y de hacer cosas que le disgustaba únicamente para poder ayudar a su familia, su madre especialmente, y aportar en lo económico. ¿Lo más especial? Sólo tenía 14 años. Ahora, con su carrera futbolística prometedora, ya no tiene de qué preocuparse y puede salir adelante a ayudar a su familia y, precisamente, a sí mismo. Su madre, desde arriba, estará orgullosa de ver a su hijo en lo más alto del fútbol venezolano.
En lo deportivo, su calidad desataba gritos esclarecedores en toda la afición, pero lo perjudicaba una cosa: su altura. Sólo por ese pequeño motivo, los ojeadores preferían no seleccionarlo. Si supieran que un tal Lionel Messi manejaba la misma situación, no lo dudarían tanto. Sin embargo, Noel Sanvicente, en ese momento técnico del Zamora, lo vio jugando un partido defendiendo los colores del Estado de Portuguesa y no dudó en elegirlo y quererlo para su club, pese a su pequeña estatura que hoy sólo alcanza el metro sesenta.
Soteldo es el mismo que en las noticias se divulgó que tenía que utilizar botines de talle para niños y que, en su adolescencia, los pantalones para su categoría le llegaban hasta los pies. Ese mismo que, pese a las dificultades, supo salir adelante y mostrar su destreza en la velocidad y el regate a todo el mundo.
Es el mismo que también el fútbol le salvó la vida. En una entrevista con Grupo Reforma, él mismo lo dijo: ‘‘La mayoría de mis amigos en la juventud están muertos o presos, donde crecí había mucha delincuencia e incluso yo llegué a estar en malos pasos, pero como siempre digo a mí me salvó el fútbol y ellos decidieron seguir en camino incorrecto’’. Su rebeldía aprendida en su barrio y la calle se hacía notar también en las canchas. Era incluso capaz de discutir mano a mano con su entrenador y plantearle la contra, recibiendo castigos disciplinarios, no graves, pero igual de aplicables. El profesionalismo fue también un proceso importante para el venezolano, no sólo lo deportivo, sino también lo mental y en lo psicológico. Ese carácter y personalidad lo mantuvo fuerte y lo llevó a los más altos equipos sudamericanos.
Yeferson supo pasar por equipos como Zamora, Huachipato, Universidad de Chile, Santos, Toronto, Tigres y Gremio, donde hoy se encuentra. A nivel clubes disputó 363 partidos, convirtió 66 goles y brindó 80 asistencias. Con su selección, debutó en 2016 con la mayor y nunca más salió. 52 encuentros, 10 tantos y 11 contribuciones para el venezolano.
Ahora, junto a sus compañeros y su técnico, buscará seguir los pasos de su ídolo, Lionel Messi. Es que la similitud de sus historias hizo que lo llegara a admirar. Hasta le puso a su hijo Thiago Mateo, en referencia a los dos mayores de Leo. Y claro, para copiar su historia, tendrá que cumplir su objetivo: llevar a su amado país a las instancias finales y consagrarse en la gran copa.
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