La exlegisladora porteña por el Frente de Izquierda reflexiona sobre el negacionismo, el gobierno de Jorge Macri, la situación de las mujeres y cómo mejorar la imagen del socialismo.
Alejandrina Barry nació en un centro clandestino de detención. Sus padres eran militantes montoneros y la dictadura los persiguió en el exilio en Uruguay para asesinarlos. Desde adolescente milita por los derechos humanos. Se volvió socialista y se integró al partido por el que fue legisladora durante dos mandatos. En diálogo con ETER Digital, reflexiona sobre el primer año de Jorge Macri y Javier Milei en el poder, la reivindicación que hace el gobierno de la dictadura, la situación de las mujeres ante el ajuste y la estrategia de la izquierda para captar votantes descontentos con el gobierno.
-¿Qué sentís cuando escuchás a funcionarios del gobierno llamar terroristas a tus padres y al resto de desaparecidos?
-La lucha contra la impunidad en Argentina fue muy dura. Cuando entré a la secundaria y me enteré de que era hija de desaparecidos quise ser parte del movimiento de Derechos Humanos. Los 90 fueron muy difíciles porque reinaba la impunidad, los militares estaban libres. La memoria de los 30.000 como grandes luchadores es algo que fuimos construyendo. El punto de vista del gobierno de Menem era que mis padres eran terroristas y existía un gran consenso sobre eso. Victoria Villaruel me llevó a aquel momento tan difícil de pelea.
-¿Recibiste amenazas en este tiempo por ser hija de desaparecidos?
-En las redes sociales hay una catarata de gente que amenaza con que me van a desaparecer. Me ponen cosas como “vos callate, montonera hija de terroristas” o “Falcon verde”. Hay mucho dinero dedicado a trolls bien pagos. Esa gente siempre estuvo, pero ahora siente que puede hacerlo con la legitimidad y la aprobación del gobierno.
-¿Existe la posibilidad de que Milei pueda indultar a los represores y darles un lugar en su gobierno?
-No,la lucha contra la impunidad logró un eco en un sector muy importante de la población. Me puso contenta que hubo un repudio muy grande a la visita a los genocidas. Opinaban que podían impulsar el proyecto para darles impunidad y les salió mal. El 24 de marzo fue masivo, hacía muchos años no se veía una marcha tan grande. El problema es que no todo el mundo se está movilizando. Hay sectores de la oposición que no tienen una política de enfrentar al gobierno. Milei va a avanzar en tanto y en cuanto se lo permitan del otro lado.
-Como militante feminista, ¿qué es lo que más te preocupa de la situación de las mujeres y diversidades en este gobierno?
-Me preocupa su política de recorte absoluto en todas las políticas de género. Han decidido tener enemigos y uno de ellos somos las mujeres, tanto por los valores reaccionarios que ellos representan como por el miedo a lo que fue nuestra organización en la marea verde, un movimiento enorme que comenzó desde abajo con el Ni Una Menos.
–¿Qué rescatás de ese movimiento?
-Que conseguimos el derecho al aborto no confiando en la rosca parlamentaria sino viendo que la fuerza para imponerse era desde abajo. Es una idea completamente distinta al individualismo que propone este gobierno, el “sálvese quien pueda”. De esa manera organizada podemos enfrentar a Milei y su política misógina y patriarcal.
-¿Cómo explicás que muchas mujeres que pelearon por el aborto legal hayan votado a Milei?
-El gobierno de Alberto Fernández fue una estafa, dijo que había terminado con el patriarcado y hoy tiene denuncias por violencia de género. Eligió no meterse con los poderosos y desplegar una fuerza muy grande hacia los de abajo. Eso se paga, la gente se enoja y terminan sucediendo estas cosas.
-¿Cuál es tu balance de este primer año del gobierno de Jorge Macri en la ciudad de Buenos Aires?
-Ha sido un gobierno que se alineó totalmente con las políticas de Javier Milei: ajuste a los sectores más vulnerables de la sociedad, represión a la protesta social y criminalización de la pobreza. Lo único que hizo con la gente en situación de calle fue decir que había que echarlos, sin proponer ninguna política para solucionar un problema tan grave. Pone la excusa de que “no hay plata”.
-¿Es cierto eso?
-Es evidente que hay plata pero la ponen en función de sus intereses. Antes de irme presenté un informe sobre Roberto García Moritán, uno de los voceros de Milei en la Legislatura. Nos trataba de ñoquis y después se conoció que destinaba 400 millones de pesos por mes a los sueldos de gente de su círculo que había contratado.
-¿Tenés pensado volver a postularte en las elecciones legislativas de 2025?
-Todavía falta. Ahora hay que luchar porque la cosa va a estar mucho peor. Decirle a alguien que espere a que te presentes en 2025 y veas lo que podés hacer es extorsión social. Es un momento de coordinar todas las peleas fragmentadas. En el Frente de Izquierda logramos una bancada importante, pero siempre dijimos que la pelea no era por ahí. Los votos se compran y se dan vuelta y para impedir eso es importante la movilización extraparlamentaria.
-¿Cuál es la estrategia de la izquierda para captar los votos de quienes están descontentos?
-Queremos mostrar que existe un camino que no es resignarse al ajuste de Milei como plantea el peronismo y esperar a que llegue un gobierno menos malo. La juventud es muy importante para nosotros. La derecha supo llegarles a través de las redes sociales. Inauguramos el canal de streaming y el Chat PTS para contestar preguntas con inteligencia artificial y llegar a ellos. Milei critica al comunismo y ellos quieren saber qué es y vean que no es tan malo, que habla de una sociedad igualitaria y propone valores mejores que los de Milei.
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