Un camino con pruebas que resultaron más complicadas de las que parecían ser. Argentina no podía ser campeón de la Copa América, se hizo desear en Chile y en Estados Unidos, pero el destino quiso que sea en Brasil.
Volver a intentar, suena fácil. Pero cuando uno intenta lo mismo más de tres veces ya se hace tedioso. Una generación entera de jugadores de la Selección argentina lo sabe: derrota en la final del Mundial 2014, las finales perdidas ante Chile en 2015 y 2016, el Mundial 2018 con todas las polémicas que se sucedieron. A la Albiceleste no se le daba, pero llegó Lionel Scaloni con un nuevo plantel y las cosas empezaron a cambiar.
Tras el doloroso Mundial 2014, Argentina intentó cambiar de chip con Gerardo Martino como DT, en vez de Alejandro Sabella y empezó a pensar en la Copa América 2015 en Chile. Una copa en la que Argentina mostró su jerarquía y llegó a la final ante un Chile que todavía no había salido campeón. La Selección del “Tata” Martino no tuvo suerte y perdió por penales 4-1, tras la igualdad en cero. Chile logró algo histórico al salir campeón por primera vez. Mientras, Argentina seguía con su mala racha en las finales.
El conjunto argentino se levantó y fue en busca de revertir esta situación. En 2016, se jugaba una Copa América más: las del Centenario del certamen, esta vez, en Estados Unidos. Argentina logró avanzar de fases, Chile lo mismo y se volvieron a encontrar de vuelta en la final. Tal como había pasado un año atrás. Era la revancha. Luego de un partido muy pobre en el juego casi sin remates al arco de los dos equipos, se volvieron a ver las caras en los penales. Increíblemente, volvió a suceder. Chile campeón, Argentina subcampeón. Llantos y mucha tristeza en el seleccionado albiceleste. “Se terminó para mí la selección. Son cuatro finales, no es para mí. Lo busqué, no se me dio, pero creo que ya está”, nos sacudió Lionel Messi post partido. Una declaración inolvidable que seguía dejando preocupaciones para la Selección. Luego, reflexionó y volvió.
Argentina continuaba con obstáculos en su camino y para el Mundial 2018, llegaba con mucha incertidumbre: La clasificación por la ventana, el poco juego que ofrecía la Selección con Jorge Sampaoli al mando, entre otros. Como era de esperarse, la Selección albiceleste se despidió temprano de la Copa del Mundo en Octavos ante Francia y a partir de ahí, todo cambió. Sampaoli dejó el cargo y lo asumió un DT, que, hasta ese entonces, era el DT interino: Lionel Scaloni. El nacido en Pujato hizo un recambio importante en el plantel y permitió que el juego de la Selección comience a mejorar.
Su primera prueba era la Copa América 2019 en Brasil, en la cual, no había arrancado bien. Clasificó a Cuartos, pero todavía faltaba un poco de química en el plantel. Ese seleccionado quedó eliminado en la semifinal ante Brasil en un encuentro muy polémico. El conjunto brasileño logró ganarle al conjunto de Scaloni por 2 a 0, pero sin superarla en el juego e incluso con algunas polémicas arbitrales en contra de los nuestros. Lionel Messi, post partido, declaró: “Ojalá que la Conmebol haga algo, porque nosotros hicimos un sacrificio enorme. Igualmente, no creo que haga nada porque maneja todo Brasil”. No obstante, se reflejaba un aire distinto en la Selección argentina: había ganas de volverlo a intentar, una vez más.
Luego del coronavirus, la Selección argentina comenzó a disputar las Eliminatorias para el Mundial de Qatar 2022. El equipo fluía y comenzaba a ilusionar: se venía la Copa América 2021. Esta competición se iba a llevar a cabo en Argentina y en Colombia, pero por motivos diferentes, se trasladó para Brasil. Junio 2021: todo listo. Argentina compartía grupo con Uruguay, Paraguay, Chile y Bolivia. La Selección terminó esta fase en lo más alto del podio con 10 puntos. Luego, superó a Ecuador en Cuartos de Final, venció a Colombia en la semifinal y en la final, tocaba Brasil. Ni más ni menos. Era la final soñada por todo futbolero. Una arenga realmente emocionante de Lionel Messi en la previa del encuentro. La figura mundial exclamó: “Esta copa se tenía que jugar en la Argentina y Dios la trajo acá, para que la levantemos en el Maracaná. Para que sea más lindo para todos, así que salgamos confiados y tranquilos que esta nos la llevamos a casa”. Después de escucharlo, el miedo en la cabeza desaparece y así fue. Argentina luchó cada pelota como si fuese la última y gracias a un verdadero golazo de Ángel Di María, Argentina gritó campeón de una vez por todas. El árbitro terminó el encuentro y desahogo total. Un abrazo eterno al capitán, llantos por todos lados, festejos por doquier. Argentina logró lo que siempre buscó desde aquel Mundial 2014.
Esta vez, Lionel se iba del estadio con una sonrisa de oreja a oreja. Y no era cualquier estadio: era el Maracaná, el mítico Maracaná. Allí, donde Brasil es casi invencible y donde Messi había perdido la Copa del Mundo 2014 frente a Alemania. Pero eso ya es historia, ya es pasado. Apareció Fideo con su emboquillada, Argentina se sacó la mufa de encima y volvió a levantar una Copa. Y ahora, no es el turno de una revancha más. Es el turno de defender la corona, de buscar el bicampeonato, de buscar y ganar la Copa América 2024 en Estados Unidos.
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