Y un día la sequía se cortó. Con gol del Tigre, la Selección volvía a deleitar un sabor que no probaba tras 13 años: ganarle a Brasil. Fue en la Copa América de 1983, 1-0 en el Monumental. Roberto Mouzo lo recordó para Eter Digital.
En el amistoso del 4 de marzo de 1970, Argentina había derrotado a Brasil por 2 a 0. Aquella Albiceleste se impuso ante la incipiente selección brasileña que a los pocos meses fue la campeona del mundo en México. Pero nadie imaginaría que a partir de allí comenzaría un intervalo de 13 años sin poder derrotar a la Canarinha. Luego de ese encuentro, pasaron 14 enfrentamientos: 8 caídas y 6 empates. La Selección no podía encontrar la manera de llevarse un triunfo. Hasta el día de hoy es la racha más larga de la historia sin poder ganar un clásico sudamericano. Pero esa sequía llegó a su fin…
En 1983, se disputaba la Copa América, que no fue en un solo país, sino que se repartían las localías, como en las eliminatorias mundialistas. El seleccionado argentino, dirigido por Carlos Bilardo, había debutado en Quito con un empate 2-2 frente a Ecuador. Dos semanas más tarde, le tocó medirse con el otro rival del grupo B, Brasil. Fue el 24 de agosto en el Monumental ante 70 mil espectadores. El Doctor armó el equipo con Ubaldo Matildo Fillol; Oscar Garré, Roberto Mouzo, Enzo Trossero y Juan José Camino; Miguel Ángel Russo, Alejandro Sabella y José Daniel Ponce; Jorge Luis Burruchaga, Alberto Márcico y Ricardo Gareca. Mientras que el conjunto de Carlos Alberto Parreira comenzó con Emerson Leão; Toninho Carlos, Carlos Mozer, Júnior y Paulo Roberto; China, Jorginho, Tita y Renato; Careca y Roberto Dinamite.

El árbitro uruguayo Juan Daniel Cardelino dio la orden para iniciar el juego. En el primer tiempo, ambos tuvieron un desempeño parejo: hubo chances claras para que anotaran. Lo destacable fue la neutralización de Dinamite por parte de Mouzo. El defensor de Boca había sido convocado por Bilardo porque éste buscaba a un central que se desempeñara como stopper y así no permitir que el atacante brasileño fuera una amenaza. “Bilardo me dijo: ‘Necesito que marques a Roberto Dinamite por este partido. No te voy a volver a convocar’. Sin dudas acepté la propuesta, era la selección y Carlos fue muy sincero”, recordó Mouzo, quien gracias a su rendimiento se dio el lujo de jugar el siguiente partido ante Ecuador.
La paridad se rompió a los 10 minutos del segundo tiempo. Gareca inició la acción con pase en diagonal hacia atrás dirigido a Burruchaga, para eludir la doble marca que tenía encimada. Burru devolvió para que el Tigre –ya desmarcado- y el goleador definió de derecha con un tiro alto, imposible para el arquero Leão. Aquella lucidez de la delantera argentina se celebró en todo el estadio. Gracias a esa recordada definición, Argentina volvía a ganarle a su clásico eterno luego de 13 larguísimos años. Resulta increíble señalar que, en ese periodo negativo, la celeste y blanca vivió su momento más importante hasta aquel entonces: la obtención de la Copa del Mundo de 1978, en la que ante los brasileños terminó 0-0 en Rosario.
El Tigre Gareca luego fue el autor del gol -también en el Monumental- que clasificó a la Argentina para México 86. Fue en el 2-2 ante Perú. Sin embargo, Bilardo no lo llevó a la Copa del Mundo.
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