La autora —o como prefiere que la llamen, cuentahistorias— habla sobre las dificultades de escribir sin prejuicios y el peso de las críticas.
Por Martina Lescano
La literatura se volvió muy popular entre la juventud en los últimos años, y la curiosidad por crear historias propias despertó la creatividad de aquellos que tienen algo para contar. Jazmín Riera, una de las escritoras jóvenes más exitosas del momento, se alegra del lugar que se le está dando a los autores de su generación, destaca la importancia de la lectura porque “enriquece el alma” y aconseja buscar la libertad al momento de escribir. No dejarse llevar por los prejuicios, hacerlo desde el corazón y no desde lo que los demás esperan de uno.
“Siempre combatí frases como, ¿en serio escribís vos los libros? No parecés escritora“, cuenta Jazmín, que no entiende por qué la gente no puede vincular su personalidad con su trabajo. Quizá piensan que alguien joven no puede tener la capacidad de hablar de temas sensibles, de crear una historia en la que el drama y el erotismo se complementen, de llegar a tantos lectores que una de las editoriales más importantes del país quiera tener su pluma bajo su ala.
Fueron muchas las veces en las que se sintió juzgada. Desde personas cercanas a su círculo que le daban a entender que su intelecto “no daba para poder escribir un libro”, hasta comentarios que se hacían en las redes sociales. Y para Jazmín, lidiar con ese tipo de críticas no fue fácil. Aún más teniendo en cuenta lo expuesta que se siente al publicar el contenido erótico que, con el tiempo, llegó a caracterizar parte de su esencia en el mundo de la ficción juvenil. Sin dejar de lado el envión de valentía —que después se convierte en alegría— que le supone enviar un documento a su editora, o apretar la opción publicar en la plataforma que llevó su nombre a las librerías: Wattpad, una aplicación (y página web) gratuita destinada a autores y lectores. Quienes aman escribir, pueden compartir su historia —que se lee de la misma forma que un libro digital— para que cualquier usuario no sólo pueda acceder, sino también likear y comentar.
Ahí nació su primera novela, Las Reglas del Boxeador, que cuenta la historia de un amor que se destaca por su pasión y dramatismo, porque así es ella: dramática. Jazmín entiende que se trata de una ficción que puede no gustar, porque “al igual que cualquier pieza de arte, no le tiene por qué gustar a todo el mundo”. Pero ver a tanta gente juzgando su historia y “desmembrando a los personajes con total desfachatez”, le dolió, porque fue un proceso que le llevó tres años y al que le dedicó su tiempo y creatividad.
Wattpad la vio nacer con aquella primera novela, y la vio volver con los primeros capítulos de lo que será su séptimo libro.
—¿Cómo surgió la idea de volver a Wattpad?
—Surgió a partir de mis ganas de querer leer algo corto, sin mucho conflicto y, obviamente, súper erótico. Lo que me pasó es que sentí que cuando empecé a publicar y en el libro aparecía “Jazmín Riera”, no tenía dónde esconderme. En Wattpad tenía la libertad de escribir anónimamente lo que yo quería, y eso desapareció un poco. En la parte erótica —aunque nunca fue lo central, siempre fue más un condimento— me empecé a restringir muchísimo y a sentir más vergüenza. Así que dije, quiero algo divertido y que me saque de mi zona de confort.
—¿Sentís que, al haber vuelto, te estás volviendo a permitir la libertad que tenías antes?
—No se siente igual. Antes tenía una libertad completa. Pensé varias veces en abrirme otra cuenta de Wattpad y empezar a escribir todo lo que me estoy reteniendo, que tampoco estoy segura qué es. Tengo la libertad, pero yo no me doy ese lugar. Me da mucha vergüenza. Siento en algún punto que, de repente, todo el mundo me ve desnuda.
Fresas con Chocolate es la historia que marcó el regreso de Jazmín a Wattpad, con la que intenta recuperar un poco más de la libertad que alguna vez tuvo. Es tímida y muchas veces la paraliza el miedo y la inseguridad, pero no le impiden seguir adelante. Al momento de publicar, deja atrás los pensamientos que la retienen y “se manda”, porque ella es así. Piensa e imagina así.
De todas formas, sin importar la timidez y las repercusiones, no tiene pensado abandonar el camino de las novelas románticas con los gajes eróticos que trazan su espíritu autoral, porque son parte de su personalidad. No sabe si es algo que eligió, pero tiene la imaginación, así que aprovecha cada idea que se dibuja en su mente y la transforma en palabras. “Si quiero leer, me pongo a escribir. Es como que me hago el libro para mí, todo muy egocéntrico”, dice en tono de broma.
Aficionada por el arte y con la creatividad a flor de piel, Jazmín se empezó a desenvolver también en el mundo de la música, porque siempre le atrajo contar historias en diferentes tipos de plataformas. Compone sus propias letras, aunque hay algunas veces en las que tiene que sortear ciertas costumbres que le dejó la literatura; achicar ideas, adaptar metáforas y dejar volar su imaginación sin sentir que hay un dedo que la señala.
La tildaron de incapaz y juzgaron sus historias, pero su nombre se refleja en sus melodías y está impreso en las portadas de varios libros juveniles: Las Reglas del Boxeador, Las Reglas del Destino, Hoffland: Mis Reglas, Amor de Verano, Amor de Invierno, Cambria, y contando…
Agregar comentario