Tres cuartos de los gamers globales creen que los videojuegos brindan estimulación mental y alivio del estrés y un 64 por ciento también consideran que les aportan una salida saludable a los desafíos cotidianos y una ayuda para sentirse más alegres según la Asociación Española de Videojuegos.
La forma de la felicidad
Era de noche, un cálido y ruidoso viernes, un joven de 21 años llamado Lautaro Luciano Indaburo estaba trabajando como bartender en el boliche Molly Disco en Niceto Vega al 5534 de Capital Federal de Buenos Aires. Estaba agotado, venía de un día largo y tedioso. Empezó con un parcial de la facultad en el que, con suerte, consiguió responder uno de los cuatro puntos que le tomaron. En el gimnasio, la máquina de espalda que necesitaba se rompió en pleno ejercicio y tuvo que dar explicaciones de que no la había dañado, por lo que salió tarde del gym y en consecuencia también al trabajo.
“Jaja no puedo creer que día de mierda estoy teniendo, encima estoy cagado de hambre, no merendé nada antes de venir”, le comentó con frustración a su compañera que llevaba las copas. “Esa noche pareciera que todos estaban de mal humor, malas palabras, clientela con respuestas desubicadas, actitudes despectivas, pero como trabajador no les puedo decir mucho siendo bartender, uno se la tiene que comer”, dijo.
Con el sol en el horizonte y con la barra cerrada, Lautaro estaba exhausto, además de un altercado en el que necesitó llamar a la seguridad porque un grupo de amigos hicieron quilombo en la barra. “Bueno, ese día pasaron muchas cosas”, dijo con un suspiro. Lo único que lo motivaba a seguir era su más preciado hobby: los videojuegos. Ser bartender lo obliga a mantenerse despierto durante toda la noche y reponer esas horas al dormir durante el día. Al llegar a su casa a las seis de la madrugada y siendo sábado, a sabiendas que no tenía que ir a la facultad ese día, decidió comenzar su pequeño ritual de paz: aprovechar que recién le daría sueño a las diez de la mañana y comenzar a jugar sus videojuegos favoritos: “Cuando me conecto a la pc es el momento en el que al fin me puedo desconectar de los problemas”, dice Lautaro. Los videojuegos son la terapia de los que no van a terapia.
La industria del videojuego ha crecido de forma exponencial en los últimos años, el cual logró trascender de ser un pasatiempo de nicho a un fenómeno cultural global. Según estadísticas recopiladas por la plataforma Play to Earn Games, se estima que en 2023, 3.260 millones de personas en todo el mundo, aproximadamente el 41 por ciento de la población mundial, participan activamente en los videojuegos. Solo en Estados Unidos el 76 por ciento de los menores de 18 años y el 67 de los mayores de edad, son jugadores activos de videojuegos. “Los videojuegos son cultura”, afirma el sociólogo y escritor, Daniel Muriel.
Al igual que Lautaro, Franco Schievenin, un mecánico de 20 años que trabaja en el taller de su padre y estudia en la UBA, encuentra en los videojuegos un respiro de su ajetreada vida. Sin tiempo para relajarse con amigos, Franco se conecta online para jugar y divertirse. “Los videojuegos son una forma de descansar de los números y las maquinarias pesadas, y pasar un buen rato”, dice.
Desconectar para conectar
El Oxford Internet Institute (Parte de la Universidad de Oxford dedicada al estudio de la web y las redes sociales) realizó un estudio en 2020 que sugiere que jugar videojuegos puede beneficiar la salud mental y el bienestar de las personas, basándose en el tiempo dedicado a jugar. En el estudio participaron 3.247 jugadores mayores de 18 años y los resultados indicaron que aquellos que juegan durante largos periodos de tiempo están más felices que los que no lo hacen.
El estudio se llevó a cabo en colaboración con Electronic Arts (EA) y Nintendo, utilizando datos reales de comportamiento de juego, a diferencia de investigaciones anteriores que se basaban en estimaciones. Los investigadores encuestaron a jugadores de dos títulos populares y de distintos géneros, Plants vs Zombies: Battle for Neighborville y Animal Crossing: New Horizons, siendo uno un juego de disparos y otro un simulador de vida respectivamente, evaluando su bienestar, motivaciones y satisfacción durante el juego. Los resultados mostraron una relación positiva entre el tiempo de juego y el bienestar porque los jugadores que dedicaban más horas a jugar, expresaron sentimientos más positivos. Esto va en línea con estudios que destacan los beneficios de los videojuegos como una actividad de ocio que contribuye a la salud mental.
Portadas de los juegos que se utilizaron en el estudio
El equipo de Mordor Intelligence, plataforma dedicada a brindar informes de investigación de mercado, establece que el tamaño del mercado de videojuegos se estima en 272,86 mil millones de dólares en 2024, y se espera que alcance los 426,02 mil millones en 2029, creciendo a una tasa anual de 9,32 por ciento. “Debido a los bloqueos internacionales implementados a causa de la pandemia de COVID-19 recurrieron a plataformas de juegos para pasar el tiempo. Así, estas últimas atrajeron a cientos y miles de nuevos visitantes al tráfico online”, afirman los de Mordor Intelligence.
La página explica que los continuos avances tecnológicos en la industria del videojuego están impulsando significativamente el crecimiento de esta. Las empresas están mejorando la forma en la que se crean juegos y mejorando la experiencia general de los usuarios. “La creciente conectividad a internet, la creciente adopción de teléfonos inteligentes y la llegada de la conectividad de red de gran ancho de banda, como 5G, han aumentado aún más la demanda del mercado de los juegos en todo el mundo” explican los de Mordor Intelligence.
¡HAPPY GAME DAY TO YOU!
El día de hoy es especial, Franco llamó a todos sus amigos para invitarlos a una celebración ¿Qué se festeja? La semana que viene es su cumpleaños. Como no todos tienen plata para salir, están organizando un pequeño torneo de un juego que todos jugaron en su infancia, llamado Dragonball Budokai Tenkaichi 3 de la pasada consola PlayStation 2, “Un símbolo de la infancia de todos los chicos de los años 2000 ”, dice Fran. “La cultura es como tal todos esos elementos que nos influyen como sociedad, en la forma en la que nos relacionamos con esta y cómo vemos el mundo, el cómo actuamos en él y con los demás. Los videojuegos son un producto cultural de nuestro tiempo que influye a todo el mundo, que enseña y también educa”, dice el doctor en sociología y escritor del libro Identidad Gamer, Daniel Muriel.
Con las llamadas ya realizadas, sólo le quedaba un pequeño inconveniente, el primo pequeño de Franco, que se quedó en su casa durante las vacaciones de invierno. Él estará presente en su cumple el domingo y va a querer jugar con los demás. El problema era que los juegos viejos raramente eran traducidos y en su mayoría se encontraban en inglés. Cómo ese era el caso, Franco tenía esa semana para enseñarle a su primo por lo menos lo mínimo de inglés para entender y así poder jugar. “Los videojuegos son una herramienta de aprendizaje”, afirma la doctora en Ciencias de la Educación Maricel Occelli, quien trabaja estudiando las actitudes de sus alumnos con referencia a jugar aprendiendo.
Todos los días después de cenar y tras largas jornadas de trabajo, Franco y su primo jugaban un par de horas durante la noche. “El taller está en mi casa, a veces entraba para tomar agua o usar el baño y me lo encontraba jugando en el living. Yo pienso que eso es mejor a que esté todo el día con el celular”, dice Franco orgulloso de su primo. “Si me preguntan a mi que es preferible entre mirar la televisión, consumir youtube, estar en redes sociales o jugar videojuegos, yo siempre prefiero que se juegue un videojuego porque el rol de la persona no es pasivo, tiene un rol activo al estar interactuando y haber una actividad cognitiva en base a eso. Además que se expande la creatividad de uno, esa es la diferencia de otros tipos de consumos tecnológicos”, expresa la doctora Maricel.
“Yo opino que siempre se puede aprender de los videojuegos, en mayor o menor medida pero siempre se puede aprender algo, aunque también depende mucho del juego que juegues y de la persona que esté jugando, hay personas que entienden las mismas cosas de distintas maneras y lo aprecian de forma diferente”, expresa el primer invitado Lautaro Indaburo; “Lo que me gusta de los videojuegos es que sirven para desestresarme, conectarme por ahí con la gente, buscar un espacio de interacción que justamente es el principal rasgo de los videojuegos, eso que los diferencia de otros tipos de entretenimientos, porque también podría ponerme a leer pero eso ya sería interactuar de otra manera y no es lo mismo”.
Adult vibe
Uno de los invitados es Kyle D´Langostino, otro joven de 21 años que intenta salir adelante. En sus propias palabras él describe su situación como: “Un trabajo, un emprendimiento, la facu y pocas esperanzas de vida”. En su agobiante cotidianeidad Kyle, al igual que Lautaro y Franco encuentra un respiro de aire fresco en aquel mundo digital que se abre ante él cada vez que prende su vieja computadora para jugar videojuegos.
Él se esfuerza para mantener a flote su pequeño negocio de impresiones 3D. Durante los largos días en los que no llegan clientes, Kyle disfruta de jugar juegos del género de novela visual con los que se distrae y reflexiona sobre sus acciones y consecuencias dentro del mismo: “Hay muchos juegos que a pesar de tener tramas ficticias o fantasiosas mantienen muchos aspectos realistas o puntos de vista que se pueden asociar de algún modo a la realidad, además hay muchos otros que son especializados en transmitir algún tipo de enseñanza de algún tema en particular, por eso siempre vale la pena jugar algo cada que se pueda”.
Los sábados también trabaja, por eso los domingos son los únicos días de descanso para él y, aunque normalmente los usa para pasar tiempo con su familia, no podía estar más emocionado de volver a ver a sus amigos de la secundaria. Sin embargo, Franquito lo invitó a participar en un torneo de un juego que no recuerda cuándo fue la última vez que lo tocó. Kyle era un jugador de computadoras nato y no había jugado en una consola desde hace 6 años: “No quería que los demás me trataran de muerto, así que me puse las pilas”, dijo. Desempolvó su antigua PlayStation y la instaló en su monitor con un adaptador para practicar.
Durante sus escasos veinte minutos de almuerzo un joven de 25 años de pelo pajoso oscuro y barba descuidada, recibió una llamada que le alegraría el día, él era Tomás López y acababa de ser invitado al cumpleaños. Tomás conoció a Franco y los demás en secundaria, él fue el recursante del grupo. No es un jugador regular pero cuando tiene tiempo no duda en disfrutar un poco de los videojuegos en sus ratos libres. Explica que jugar de vez en cuando le ayuda a distanciar la mente de sus problemas y del trabajo, que hay momentos en su vida en los que simplemente le gustaría poder despegarse del mundo real para descansar un poco.
Alejandra Bruno, una diseñadora de videojuegos, guionista y escritora de la desarrolladora Bicho Raro Games, explica el proceso creativo y la forma en la que sus juegos buscan apelar a las emociones de sus jugadores: “Las emociones que intento transmitir son emociones que tienen que ver con inclusión y respeto. muchas veces hago videojuegos educativos porque me interesa también que haya como una pata de aprendizaje ahí y me gustan mucho las sensaciones que tienen que ver con eso, con provocar un poco de maravilla y de sorpresa y con conectar a los jugadores con sensaciones positivas en general”. “Las emociones más negativas como el odio y la violencia y demás no están involucradas, al contrario, y si están involucradas es para reflexionar sobre eso y sobre cómo el mundo debería ser distinto”, agregó.
Por eso, él es un gran fanatico de los juegos de temática histórica, dónde se involucra en un mundo con personajes reales y sucesos trascendentales y siente que además de distraerse, aprende. “Se pueden aprender muchas cosas de los videojuegos porque hay muchos que de cierta forma te entrenan en algún ámbito en específico, por ejemplo no podes jugar un juego de supervivencia sin aprender algún que otro truco. Además hay muchos videojuegos que están ligados a algunos momentos históricos realistas o están en otro idioma o tienen alguna temática específica, todos ellos te van a terminar enseñando algo aunque sea mínimo lo quieras o no”, dijo Tomás.
Level UP
Aparte de los beneficios psicológicos de los videojuegos, éstos también pueden ayudar al desarrollo de ciertas actitudes y aptitudes, ya sea mejorar la velocidad de procesamiento, fomentan la creatividad, la motivación y la interacción social como avalan estudios científicos realizados por la Universidad Politécnica de Madrid en 2022. Por otro lado Germán Beneditto, psicólogo y especialista en tecno-adicciones explica que hay estudios en donde se han puesto grupos de personas que no jugaban con personas que sí y dependiendo de las características de estas y el tipo de videojuego que esté jugando es posible desarrollar algunas habilidades y competencias. Por ejemplo, explica que hay videojuegos en donde uno tiene que ejercitar la toma de decisiones, la tensión, la memoria, procesos cognitivos, reflejos o hay algunos que están más orientados a los puzzles o los tipos de razonamiento.
Santino Fontanella es joven, delgado y bajo de estatura, tiene 19 años y fue excluido por los que él llamaba amigos en secundaria. Por eso comenzó a jugar juegos online donde buscaba refugio de la situación que vivía. Así jugando diario, conoció a Franco, con el que rápidamente se volvieron amigos. “Volvía de la escuela y pasaba horas jugando con Fran, después él empezó a invitar a sus amigos a jugar y todos nos terminamos amigando”, dijo.
Él vió a Franco por primera vez en su fiesta de cumpleaños. Fran era un año mayor y a pesar de haberse conocido online, se comportaban como si fueran amigos de toda la vida. Por eso Santino estaba muy feliz de que ahora Franco era el que lo estaba invitando a su cumpleaños, y de paso, por fin le pondría rostro a aquellas voces con las que reía cada vez que jugaba. “Obvio que estaba emocionado de conocerlos a todos”, expresó.
Santino explica cómo se sintió al haber hecho nuevos amigos a través de videojuegos online: “Las emociones que siento generalmente al jugar son muchas veces de felicidad, en específico en los juegos online, osea, juegos en donde jugas con otras personas, porque ¿Quién no está feliz de ganar? Pero también tengo mi parte justa de enojo y de frustración, muchas veces las personas se pueden comportar de manera irritante o tonta solo para molestar. Entonces, para mí, jugar videojuegos implica tener un buen control sobre las emociones de uno mismo, aunque a veces igual te enojas y terminas gritando, pero eso se siente hasta terapéutico a veces”.
Más allá del nicho
Aparte del uso terapéutico que tienen, los videojuegos realmente ocupan un papel importante en el mundo de la medicina convencional. Hay una creciente evidencia de que las intervenciones basadas en juegos de ordenador ayudan a la gente a lidiar con problemas muy específicos como la ansiedad social, así lo explicó el experto en videojuegos del departamento de psicología de la universidad McGill de Canadá, Mark Baldwin, en una entrevista.
Por otro lado hay consolas que ayudan a los lisiados a ganar batallas físicas a través de la ciber rehabilitación, donde el paciente ejercita su cuerpo tras una lesión por medio de un juego de ejercicios. Por allá en el 2006, una consola de Nintendo llamada Wii tuvo una increíble popularidad por esto último, por ser una consola en la que te tenías que mover para poder jugar. La movilidad, coordinación o equilibrio pueden recuperarse más fácilmente y con menos dolor si se hace compitiendo en un juego. De hecho, se ha demostrado que en sesiones de rehabilitación largas, el dolor se reduce de sesenta a catorce minutos si se hace a través de un videojuego, dada la concentración y diversión de las misiones virtuales, según ha explicado el psicólogo austríaco del instituto de psicología clínica de Viena Mario Lehenbauer.
Germán Beneditto da una reflexión final que no sólo arroja luz sobre los beneficios potenciales de los videojuegos en la salud mental, sino que también nos invita a reconsiderar nuestras percepciones sobre esta forma de entretenimiento. “En un mundo donde el estrés y la presión son constantes, los videojuegos emergen como un refugio, una forma de escape que no solo proporciona diversión, sino también una serie de beneficios cognitivos y emocionales”.
Es viernes a la noche y el caos reina en un grupo de WhatsApp llamado Cumple Fran, cinco jóvenes que no se ven desde hace tres años han logrado hacerse un tiempo para poder volver a reunirse como lo solían hacer antes, sin importar los problemas personales, las tareas laborales, o hechos externos. Este domingo, cinco personas se reuniran para celebrar aquello que más les gusta y les genera alegría. “El regalo no importa chicos, ustedes solo vengan, juguemos a ser felices”, escribió Franco Schievenin.
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