Julia Mengolini fue viral en los medios por las agresiones que recibió en redes sociales. Su postura política y sus convicciones le valieron desde comentarios de odio hasta fake news sobre su vida. Desde si blanquea o no a sus empleadas domésticas hasta etiquetarla de manera despectiva con algún partido político. Julia estuvo en el ojo de la tormenta sobre todo en la red social X (ex Twitter). Recientemente, publicó un libro en el que analiza todo ese proceso.
A pesar del odio recibido desde hace tanto tiempo, Julia ha buscado diversas maneras de lidiar con ello. Su firmeza y la contención recibida por parte de sus colegas y seres queridos, permitió que pueda seguir manifestándose sin problema a través de los distintos medios. “Yo hace mucho tiempo deje de ver mis menciones, miró para otro lado cuando se me ataca, mi fortaleza son las convicciones. Hay mucha gente a la que le arruinaron la vida y le quebraron la voluntad para que se retiren del debate público”, detalla.
La periodista tiene claro que el odio y la violencia en los medios se volvió algo habitual para la época que estamos atravesando y que tiene que ver también con las actitudes que manifiesta el Gobierno actual que se replican en las redes sociales, sobre todo desde el Presidente Javier Milei en la plataforma X, de la cual es un usuario bastante activo. Durante el año, periodistas, actores, influencers, científicos y gente no pública, ha sido víctima de insultos, difamaciones y ataques virtuales, por hablar de manera crítica sobre las políticas de este gobierno.
“Yo lidio con el hate desde el año 2012, tengo otro entrenamiento. Como ahora le está cayendo hate a varios periodistas que eran impolutos o nunca lo habían sufrido, yo estoy un poco aliviada porque pienso ‘bueno muchachos, ¿vieron? Esto no es joda’. A muchos no les importó ni se preocuparon por su existencia sistemática por medio de granjas de trolls, pero como se fue todo a la mierda, ahora se alarman. Yo lo vengo advirtiendo desde hace mucho, porque el odio se está organizando desde hace mucho tiempo”, remarca.
Julia Mengolini estudió periodismo en TEA y abogacía en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Sobre sus estudios para la formación periodística expresó que han cambiado mucho las formas de redactar notas y de comunicar. “Antes en las notas había un título informativo y en el primer párrafo contestabas las 5W, ahora el título suele ser “baitero” y el contenido de la nota no existe y no se usa más la norma de las 5W”, analiza.
La periodista menciona también que anteriormente los medios guardaban cierto respeto por los datos y las formas, a pesar de que existía una gran concentración de medios que operaba para cierto sector de la política. Sin embargo, en la actualidad esto ha cambiado en tanto los datos y las formas ya no importan y la concentración mediática continua. “Los hechos y los datos, casi no importan. Siempre en función de lo que ellos quieran argumentar, van a falsearlos a niveles que antes no se veían”, alerta.
Creación de Futurock
Durante las elecciones 2015, en la instancia de balotaje, Julia Mengolini junto a otros colegas (Fede Vázquez, Sebastián Vázquez y Matías Messoulam) fundaron la radio Futurock, para continuar y hacer perdurar su voluntad de seguir trabajando en radio. Intentaron conseguir una antena para poder seguir de la manera tradicional, pero al no poder, optaron por la forma más innovadora para ese momento que era a través de internet. De esta forma se convirtió en una de las primeras emisoras radiales en transmitir de manera online.
Previo a la fundación de la radio, Julia trabajó en la Radio Nacional Rock, donde realizó el programa Segurola y Habana. Tras la creación de Futurock, el programa comenzó a emitirse en este nuevo espacio junto a Pedro Rosemblat, que más tarde pasaría a tener su programa propio. La radio tuvo un rápido apoyo por parte de la gente y no tardó en formarse una enorme comunidad que sería también el soporte económico del emprendimiento: la Comunidad Futurock.
Futurock también es una importante red de contención para la periodista, porque a través de la radio conoció nueva gente que la apoyaría al momento de recibir el odio en las redes sociales. Una de estas personas es Magu Puente, quien se insertaría en la radio como productora en el verano de 2017.
“Se daba una dinámica típica en la que yo mediante Twitter les contestaba a las consignas que planteaban en el programa, y de ahí me reconocían por ser usuaria activa con ellos. En el verano, yo estaba en la búsqueda de un trabajo y le mandé un mensaje a Julia, preguntando si en Futurock, por casualidad, había algún puesto de trabajo”, afirma Puente.
“Me gustaba mucho el proyecto, la línea que tenían y me interesaba ser parte. Julia me dijo que había un reemplazo para una productora que se iba de viaje, y comencé a trabajar”, afirma Magu Puente. Respecto a Mengolini, Puente afirma que es una persona muy intuitiva, atenta y capaz de “descubrir en el otro las potencialidades y ver para dónde puede decantar tanto una persona en particular como el rumbo de los proyectos”.
La exproductora de Segurola y Habana y creadora de contenido describe a Julia como una persona valiosa, inteligente y como una mujer con muchas responsabilidades como comunicadora, que habla desde un lugar que es incómodo para la época que estamos atravesando. “La tienen de punto en las redes sociales y gente de la política y ella se la re banca, y eso se ve representado en el trabajo. La persona que se ve al aire y de forma pública es la misma que se ve cuando está en su día a día, es generosa y humilde”.
Vida personal
“Yo nací en Bariloche. Mi papá era un montañés y mi mamá, paisajista. En mi casa no se hablaba de política, lo cual a mí me hace pensar que hay algo con lo que uno viene, nadie me metió una ficha”, narra Julia Mengolini. Cuando llegó a Buenos Aires, su interés por la política la llevó a estudiar la carrera de Ciencias Políticas, que luego, al considerarla como una carrera “bastante abstracta”, optó por empezar la carrera de Derecho en la UBA. “Mientras estudiaba Derecho me dí cuenta que me gustaba mucho la comunicación, entonces me puse a estudiar Periodismo en TEA en paralelo”.
Cuando estuvo en la UBA, también comenzó a militar, donde allí pudo formarse más respecto a la política. En contraste con la vida en Capital Federal, Julia recuerda que su infancia estuvo bastante conectada con la naturaleza. Su familia se conforma por Federico Vazquez, su esposo y socio del proyecto Futurock, y su única hija, Rita. “A mi hija todavía no le hablo de las redes, porque considero que es bastante chica aún, pero sabe lo que es internet, ya que ve películas”.
Julia confiesa que le gusta que su hija preste atención al escuchar historias largas, además de tener un vocabulario e ideas profundas. “Lo estoy logrando, es tan fácil como proponérselo, digo esto porque hay veces que la gente cree que no puede ir contra la época”, comenta. La periodista, de forma cómica, confiesa que le prohíbe a su hija el uso del celular “más que una brasa caliente”.
“No es verdad que los nenes ya no puedan prestar atención, el punto es que, si vos les das un teléfono desde que tienen dos años, para que vean cosas cortitas y fragmentadas, después no van a poder prestar atención. Pero como yo (a mi hija) le pongo películas desde esa edad, las ve completas y las entiende, y ya adquiere la capacidad cognitiva para comprender la historia, los personajes y los valores”.
Tampoco le permite a su hija ver videos en YouTube, para evitar el contenido fragmentado y vacío, que puede resultar muy azaroso. Respecto a las redes sociales y el hate, la hija tiene claro que “a su mamá hay gente que la quiere y gente que no”, porque su mamá hace cosas y tiene una incidencia en la vida pública. “De eso ella se tuvo que enterar porque camina conmigo en la calle”, comenta la periodista.
“Lo que también le digo es que en este momento nos gobierna un señor malo y que es malo porque aumenta los precios y la gente no puede hacer lo que le gustaría hacer. Y también le digo que en algún momento le vamos a ganar, y ella está convencida de que eso va a pasar. Eso es algo que le falta a varias personas, cuando asumimos la angustia de la época y pensamos que de ésta no vamos a salir. Como a veces pasa en las películas, a veces los malos ganan y, a veces, pierden”, asegura Mengolini.
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