El encuentro de los huesos fósiles de mamíferos de hasta ocho toneladas en territorio nacional conmovió a todos. Cómo fueron los hechos que hace 14 años cambiaron la vida de los vecinos de Marcos Paz.
Un reservorio prehistórico oculto por el velo de la naturaleza esperó al menos 10 mil años para ser encontrado. Ese secreto desenterrado, que actualmente sirve para reconstruir cómo era la vida en el pasado, aguardó una casualidad para encontrarse con el presente. Fue en 2010, cuando un vecino de una localidad bonaerense denunció que había descubierto huesos en una tosquera donde hoy se ubica la reserva paleontológica “Francisco P. Moreno”.
Tras el llamado, expertos en el asunto constataron que esos restos pertenecían a un pariente extinto de los elefantes. Los siguientes trabajos abrieron un prolífico caudal de material de ese mamífero fósil hallado y hoy, ese confín del conurbano, exhibe en sus credenciales una leyenda con su nombre. Desde ese día fortuito, aquella ciudad pasó a tener la denominación: “Marcos Paz, tierra de mastodontes”.
La criatura -la primera joya desempolvada de ese cofre invaluable para la paleontología y la geología- fue la especie más grande que reinó en esa zona milenios atrás: una mole que pesaba entre seis y ocho toneladas, con una altura de hasta tres metros y dos característicos dientes incisivos. Aunque no hay certeza de por qué desaparecieron, su extinción se asocia con la del resto de la megafauna. Tanto los cambios climáticos como la cacería humana son considerados los principales factores de su ocaso en la naturaleza.
Los primeros hallazgos que se hicieron en la cantera situada a metros de la Ruta Nacional N° 3, kilómetro 48, donde antaño dormían los vestigios de más de 50 especies, abundaron varios individuos de mastodontes, “algo poco común” según señalan los especialistas. Algunos ejemplares de ese grupo de animales eran juveniles de tamaño muy pequeño.
“La reserva es muy importante, ya que es la más grande de la provincia de Buenos Aires”, indica Victoria López, licenciada en Biología y directora del Museo Municipal. El yacimiento fosilífero -donde década atrás ya se habían hallado huesos de especies menores- está conformado de una superficie aproximada de 15 hectáreas y unos 15 metros de profundidad sobre la margen del río Matanza. En el lugar se montó un taller donde se depositan los fósiles para su posterior tratamiento y mantenimiento.
El anuncio histórico de Marco Paz
El intendente Ricardo Curutchet, acompañado de paleontólogos, encabezó una conferencia de prensa el 31 de mayo de 2011 en el Concejo Deliberante donde dio a conocer a la comunidad el memorable acontecimiento. “Hoy compartimos esta noticia que ya tuvo su impacto en el mundo científico, con nuestros vecinos de Marcos Paz. Sabemos que es un tema que puede causar mucha sorpresa, pero es importante que como comunidad seamos conscientes del valor que tiene este hallazgo”, expresó el jefe comunal en esa oportunidad.
Por su parte, el periodista local Jorge Recaite también recuerda ese momento: “Cuando se dio a conocer fuimos con el móvil hasta ese punto que está en un límite con el partido de La Matanza. Nos encontramos con la gente que estaba trabajando en esa cantera, donde ya se habían encontrado también restos de un gliptodonte y garras de un tigre dientes de sable”.
El también locutor destaca la labor desarrollada a lo largo de este tiempo en el área, donde se realizaron charlas, observaciones, excursiones y visitas guiadas con jóvenes y niños que “se asombraron al ver lo que se encontraba en ese lugar”. En ese sentido, Recaite remarca la posibilidad de “contactarse, acercarse y de observar algo que conmovió a todos y que hizo que Marcos Paz se transformara en esta tierra de mastodontes”.
La relevancia que tuvo el suceso para el distrito llevó al Municipio a crear una Dirección Paleontológica. Por otra parte, el Honorable Concejo Deliberante, a través del decreto 17/2013 declaró a la cantera “Vignona III”, espacio de la reserva, de “interés municipal” por “la importancia histórica y científica de los yacimientos de restos fósiles de animales que habitaron la región”. A su vez, la ordenanza 49/2023 contempla a la cantera como una de las “Áreas Naturales Protegidas Municipales (ANPM)”.
Esos testimonios de seres que ya no existen, archivados por el tiempo bajo capas de tierra y rocas, fueron valorizados como el tesoro que realmente representan.
Los hallazgos paleontológicos de Marcos Paz
Un artículo publicado en 2016 por la Facultad de Ciencias Naturales y Museo (UNLP) destaca “la buena preservación de los restos, ya que se han conservado desde pequeños dientes hasta elementos articulados del esqueleto de megamamíferos en posición de muerte”.
“Apenas pudimos recorrer el yacimiento encontramos restos de gliptodontes, toxodontes, macrauchenias, osos prehistóricos, también de animales de tamaño mediano a pequeño como roedores, aves, peces, entre muchos otros”, precisa David Piazza, paleontólogo del Museo Argentino de Ciencias Naturales, y que también trabajó como director de la reserva y del Museo local.
Los fósiles encontrados pertenecen a un plazo muy extenso de tiempo que va de los 8 mil hasta unos 40 mil o 100 mil años. A lo largo de ese período, la zona experimentó cambios numerosas veces. Al respecto, Piazza explica que el sitio atravesó climas cálidos y húmedos, con abundancia de pastizales altos, aunque también por intervalos más secos y fríos más parecidos a los de la estepa patagónica.

El especialista, quien actualmente asesora a la municipalidad marcospasense en cuanto a la temática, menciona además que junto con un equipo de investigadores del Museo de La Plata efectuaron diferentes estudios y comprendieron la importancia de esa fauna que, por si fuera poco, también incluía invertebrados marinos.
Esos trabajos revelaron que el mar cubrió buena parte de la Cuenca del Río Matanza -que hoy abarca 14 municipios, entre ellos Marcos Paz- y que formó lagunas de agua salobre (con más sal que el agua dulce, pero menos que la marina) donde habitaba una fauna típica de esos ambientes, como ostras y corvinas negras. Hoy de todo ese paisaje abundante, solo queda el pasado.
El Museo de Ciencias Naturales de Marcos Paz
Los descubrimientos también impulsaron la creación del Museo de Ciencias Naturales “Lucas Kraglievch”. Allí se encuentran expuestos algunos de los restos fósiles recolectados de la cantera, otros están en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata y algunos en el Bernardino Rivadavia de la Ciudad de Buenos Aires. “En Marcos Paz tenemos los más pintorescos, los que sirven más de exhibición, y los de estudio o los más valiosos están guardados, ya que son únicos en la colección”, detalla López.
El espacio se encuentra en el casco urbano de la ciudad en una edificación, que hasta hace pocos años era una casa particular, en la calle José C. Paz 146. En la primera sala, al ingresar, se muestran fósiles, réplicas, infografías y maquetas de los distintos animales que residieron en la región en una lejana etapa pretérita.
El lugar tiene unos pocos metros cuadrados, pero es de gran valor. Sirve además como morada para el descanso de los restos de aquellos seres que ayer fueron parte de la vida animal prehistórica y que hoy pertenecen al patrimonio, la ciencia y la cultura del partido.
*Estudiante de la carrera de Periodismo y Producción de contenidos a distancia.
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