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Julio Chávez: “Hoy en televisión es más interesante ver a panelistas que se putean”


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El actor y formador de artistas abre la puerta de su atelier en Palermo para regalar un poco más de su intimidad. También habla de la pantalla chica, el teatro y sus peleas.


Aquel adolescente rebelde que supo forjar su carácter para realizar una carrera brillante, que se destacó tanto en teatro como en cine y televisión, prepara un nuevo proyecto. Julio Chávez, el gran maestro de actores y ganador de numerosos premios, reflexiona acerca de su vida, la contemporaneidad  y el nuevo consumo cultural.

-En alguna ocasión contaste sobre tu enorme colección de DVD y muñequitos, ¿sentís que guardar el objeto en sí es una manera de atesorar un momento o sentimiento de tu vida?

Me gusta el objeto, acumular, es una manera de establecer vínculo con lo vivido, con lo enseñado, con lo deseado. Porque cuando yo era chico, no podía tener   mucho porque no tenía nada. Entonces, un libro significaba un montón, y ahora imagínate que una biblioteca es increíble. 

-¿Qué pens de esta nueva generación, de la velocidad con la que viven? Especialmente en el ambiente artístico, donde de repente encontramos a un influencer como protagonista de una novela, conduciendo un programa o en un rol que antes pedía de mucho estudio.

-No he visto ninguna película hecha por un influencer, pero si hubiese, trato de evitar el resentimiento y la nostalgia. Me tengo que bancar que en este momento en el que vivo hay algo que a mí me gusta que tal vez se ve menos, pero eso no significa que no exista.

-Una forma de aceptación…

-Entiendo que no es grato cuando tu teatro tiene mitad de la sala llena y otros están repletos con doble función. Es cuando debo preguntarme: “¿Estoy haciendo el espectáculo que quiero hacer? Y en ese sentido, no sé, vamos a ver a dónde va la contemporaneidad, la gente joven, los influencers, la rapidez. Yo tengo un mal presentimiento para la humanidad.

Sos un referente para muchos. ¿Cuál es el tuyo?

-Estoy lleno. Soy fan de muchas personas, desde mis maestros hasta un artesano que hace rejas hermosas. Admiro la dedicación y el amor que se pone en las cosas bien hechas. Y yo no sé si soy tan admirado, tan querido, ni tan respetado. Lo escucho y mi silencio me avergüenza. Es la cercanía por lo que se llama un prestigio ganado o anda a lo de Chávez. Es como aquellos libros que uno obtiene en la biblioteca creyendo que los tiene que leer, y lo hace cada tanto, pero, en verdad, a escondidas lee la revista de chismes. 

-No te gustan las biopics, pero ¿aceptarías que hagan la tuya?

-Nadie va a hacer la mía porque no tiene ningún interés. 

En relación a los programas que son biografías, yo he elegido la ficción. Me gusta mentir y hacerlo sin joder a nadie. Creo que es muy complicado realizar la vida de un ser humano. ¿Y si hago tal cosa y me tocan el timbre? Y es una señora Marta que dice fui pareja de quien vos estás contando y no fue así, ¿qué hago? 

-Una gran responsabilidad…

Tengo problemas con eso y también con la alegría de parecerte a alguien, porque al hacerlo surge algo un poco promiscuo que parece ser que te estás metiendo en la cama y estás viendo lo que no te mostró. Somos pornográficos. Está bien, no pasa nada, yo soy chusma, pero a mí no me gusta trabajar de eso. 

-Hay muy poca ficción argentina en TV. ¿Qué pensás al respecto?

-No se puede pensar, digo qué suerte que yo hice once programas en veinte años ininterrumpidamente, porque estoy pipón. Hablan de las plataformas que deja fuera a muchísimos, pero también el oficio siempre lo hizo, no es una novedad. ¿Cuál es la diferencia con Netflix en este sentido?

-Un ambiente complicado…

-Yo tampoco quiero como ser humano hacerme, vengo de un momento en que, generalmente, la mayoría era tratada como una mierda. Es, ha sido y, muy posible, será. 

-Los realities, como GH, Bake Off, Survivor, han copado el prime time de estos últimos tiempos. ¿Creés que el consumo cultural está cambiando?

-Seguramente, desde hace mucho digo ¡señores, estamos en peligro!, porque hoy en televisión es más interesante ver a panelistas que se putean. La pregunta es cómo vamos a recuperar el gusto del relato a través de lo que es la ficción. Gran problema para nosotros, los actores, las actrices. 

-En un streaming Alfredo Caseros contó que se retiró de la ficción con Farsantes por tu culpa. ¿Es así?

-Que Casero no me quiere y no le gustó trabajar conmigo ya lo sé. Yo le dije que me encantaba Cha cha cha, pero que estábamos realizando Tratame bien. Y en esa tira el capitán, el perro alfa, era yo. Parte de la condición y del talento que uno tiene que desarrollar es entender en dónde estás laburando. 

-Dos personalidades muy fuertes…

-A mí no me gusta no gustarle a alguien, pero siempre voy a hacer lo que creo mejor. Aunque él patalee, rompa vidrios, y todo lo que hace, que es parte de su gran talento y de su encanto. Él puede sobrevivir a no quererme, y yo también. 

-Comenzaste a ensayar Ballena, la próxima obra que estrenará en 2025. ¿Podés contar algo al respecto?

Ballena es una obra de teatro que se convirtió en una película famosa, en la que el protagonista lucha contra la obesidad. Aunque no he visto el film y no lo haré, no quiero que me condicione, me interesa el tema de las decisiones de vida y su impacto. 

¿Te queda algo pendiente por hacer en lo laboral? Millones de cosas, todo. Es tan vasto todo lo que hay y tan corta la vida, que vos decís ¡Puta madre!, qué cosa maravillosa es.


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