Luego de 13 años en los medios, la panelista de lengua filosa es considerada una referente en las primicias del espectáculo y respetada por su trabajo.
Yanina Latorre empezó a trascender en los medios como la mujer de un exfutbolista que publicaba en Twitter (hoy X) chimentos sobre la farándula argentina. Sin embargo, su manera de comunicar impactó de tal manera que se convirtió en una de las más buscadas por los portales de televisión. Aunque los momentos más difíciles de su vida fueron exhibidos al público, considera que todo lo malo como lo bueno no la afecta, sino que por el contrario la hace cada vez una mujer más fuerte. Entendió que debe trabajar por y para ella, no callarse para satisfacer a los demás y que tiene la capacidad de hablar sobre lo que desee, sea espectáculo, economía o incluso política.
La crianza de la familia matriarcal que construyó su madre, Dora Paulina Caamaño, y su experiencia en el mundo de la comunicación, la ayudaron a formar su carácter.
-¿Cómo describirías a tu mamá?
– Es todo lo que está bien en el mundo, la mujer que más admiro y quisiera ser un cuarto de lo que ella fue para sentirme realizada. Mi fan número uno, hizo que seamos una familia matriarcal por su fuerza y eso me lo heredó.
-¿Te afectó la vida profesional futbolística de tu marido, Diego?
-Ya era famoso cuando lo conocí pero no me gustó, decía “yo con los futbolistas, no”. Como era una chica de Belgrano no me veía botinera, pero después de un año de novios, me convenció y está bueno, no reniego eso.
-Al tener personalidades distintas, ¿se complementan?
-Gracias a eso duramos 30 años, porque si fuéramos iguales nos matamos. La pareja no es lo utópico o lo perfecto como cuando tenes 20 años, se transforma en un compañerismo y no se vive uno arriba del otro.
-¿Hubo algún momento de tu carrera que te haya afectado como para dudar en dejar los medios?
-Nada, porque me encanta lo que hago, ni las cosas malas o buenas que me pasaron en la vida me molestan porque es difícil que algo me doble. Además si más quilombo tengo, más fuerte soy.
–Cuando buscás información para tu trabajo, ¿ya lo tomás como una obligación o sigue siendo gusto?
-Me gusta hacerlo y me divierte, pero igualmente llega un momento en que las cosas te vienen solas. Como siempre digo, no somos detectives privados, todo lo que contamos es porque el famoso quiere que se sepa.
-¿Qué es LAM para vos?
-Es mi vida, hace 10 años que estoy y creo que algún día se va a terminar como todo y me va a costar mucho porque sería como un divorcio.
-En una entrevista para La Nación dijiste que solamente te irías de LAM si fuera con Ángel de Brito como productor. ¿Es tan así?
-Tengo una dependencia con él, en el buen sentido, y es una de las pocas personas que realmente me conoce en la tele. Es como mi marido televisivo y me enseñó a ser. Soy una tipa con un carácter muy fuerte y a él no le jode eso. Generalmente los conductores no quieren una panelista que tenga protagonismo pero él me dejó, me fue aplacando al principio y ahora me sabe llevar.
-Este año empezaste el programa de streaming “Bondi”, con tu marido, luego tus hijos Dieguito y Lola. ¿Tienen algo pactado sobre qué decir de la vida privada?
-Mi marido ahora ya no está más porque el trabajo no lo deja, quedé sola con el matrimonio joven, el standupero y la actriz, Dario y Sol. En cuanto a lo que decimos o no, no tenemos nada pactado, nosotros somos lo que ves.
-Cuando salen chimentos sobre tus hijos, ¿aflora el instinto de madre o medís para no involucrarte?
-Al principio me metía mucho porque me jodia pero ahora ya no y a ellos tampoco. Nacieron así con el papa conocido y después empecé yo a trabajar en los medios, ya todo es natural. Igual cuando termina el trabajo no llevo el quilombo a mi casa, ahí soy la mamá de mis hijos y tenemos una vida normal, no se habla de lo que hacemos en los medios.
-Sos una persona que le gusta decir lo que quiere. ¿En algún momento te quisieron prohibir mostrarte así ante la cámara?
-Me banco todo, da la sensación que no tengo filtro pero algo de filtro todavía me queda y el que cree que yo cuento todo tipo “loquita” es porque no me entiende. Siempre me quieren parar pero no lo hago. Me fui de América cuando trabajaba con Marcelo Polino porque querían que borrara un tuit que hice sobre Maru Botana. No lo hice y preferí irme. Yo trabajo para mi, no laburo para nadie.
-¿Por qué en su momento no votaste a Javier Milei?
-Porque me parece un hombre que tiene unas formas muy particulares de expresarse y le tenía miedo a su estructura política. Es un año difícil pero creo que está bien que Milei sea Presidente. Es lo que necesitábamos para ver si podemos salir de este quilombo de corrupción.
-¿Apoyas por completo todo lo que hace?
-No, para nada, pero entiendo que la mayor parte de las cuestiones económicas van por buen camino, no quiere decir que a la Argentina le este yendo bien.
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