La nueva camada de escritores y escritoras mantiene las tramas socio-políticas de antes, aunque con una nueva forma de explorar: experimenta con la subjetividad femenina y le da un rol protagónico en sus historias, sin dejar de lado el tono sarcástico, las argumentaciones fuertes y la ciencia ficción.
La población estimada del último censo 2022 arrojó que la población estimada de Argentina es de 46.234.830 personas, de las cuales hoy un 51% lee, un 7% más que en el 2017, según las mediciones de la Encuesta Nacional de Consumos Culturales. Es decir, más allá de la inflación y la crisis económica en territorio nacional, se incorporaron hábitos de lectura. Pero, ¿qué es lo que se lee en esta segunda década del siglo XXI?
Lo que predomina es la narrativa con un 54%. La escritora Elsa Drucaroff expuso en su libro “Los prisioneros de la torre” (2011) que es “realmente mentira” que a la literatura argentina “no le ocurre nada interesante desde la década del 70”. Por el contrario, sostiene que a comienzos del siglo XXI ha surgido una nueva estética literaria, es decir, una nueva producción que ella misma denominó “Las Nuevas Narrativas Argentinas” (NNA) o “Narrativa de las generaciones de postdictadura”.
Está forma de producción literaria surgió en los 90, y alude a escritores y escritoras que nacieron en la década del 60 y sus obras se consagraron en la última década del siglo XX. Las novedades que introdujeron fueron tratar los problemas socio-culturales en una entonación más socarrona que seria. Lo que antes estaba ligado a las vanguardias europeas, la NNA se nutre de la escuela norteamericana, con un relato más lineal y un lenguaje cuidado.
Es entonces no solo un nuevo género literario, sino que es una nueva forma de producir textos: se escribe sobre el realismo, se escriben historias urbanas que hacen hincapié en lo cotidiano donde los héroes son personas comunes y tienen problemas comunes, con los que cualquiera se puede identificar.
Aunque también hay narradores donde de pronto hacen aparecer lo fantástico mezclado con lo político, el lenguaje que utilizan es coloquial y directo. En este contexto, se cuestiona la realidad de una forma filosófica, de un modo desopilante y extremo, a diferencia de los escritores como Jorge Luis Borges y Julio Cortázar.
Este grupo de escritores de la NNA se enfrenta al menemismo, ponen en conciencia y cuestionamiento la injusticia social y la política, pero tampoco tienen una única verdad. Su visión es crítica al mundo y tienen como principal elemento causar desencanto, algo que lleva a la reflexión y el asombro.
Escritores de la Nueva Narrativa Argentina
La NNA se divide por camadas de escritores que continúan surgiendo y en contínuo cambio. La primera se inició cuando Juan Forn estuvo a cargo de la colección “Biblioteca del sur” de Editorial Planeta desde donde editó libros como “Historia argentina” (1991) de Rodrigo Fresán, “El mal menor” (1996) de Charlie Feiling, “El Dock” (1993) de Matilde Sánchez, “Larga distancia” (1992) de Martín Caparrós, “La mujer en la muralla” (1990) de Alberto Laiseca, “Muchacha Punk” (1990) de Rodolfo Fogwill, y “Nadar de noche” (1991) de Forn.
Otros autores que son de esta etapa pero que publicaron por fuera de la colección son Sergio Bizzio, Leopoldo Brizuela, Martin Kohan, Fabián Casas y Ricardo Piglia.
Después, surgió una segunda ola de escritores que tiene como hecho político-social la crisis del 2001. Sus libros además exploran nuevos géneros de la literatura moderna y el cine: como son el policial negro, thriller, aventuras, la ciencia ficción, terror y el gore. Este grupo se encuentra conformado por Leonardo Oyola, Patricio Pront, Félix Bruzzone, Juan Terranova, Pedro Mairal, Olivio Coelho, Mariana Enríquez, Samantha Schweblin, Washington Cucurto y Iosi Havilio, entre otros.
Luego, los autores que se sumaron como una tercera camada de representantes de esta nueva narrativa fueron Sebastián Robles, Selma Almada, Agustina Bazterrica, Luciano Lamberti, Sebastián Mavrakis y Mariela Ghenadenik. Estos últimos y contemporáneos tienen además una escritura más bien híbrida para escribir sus novelas.
Las escritoras de la Nueva Narrativa Argentina
El empleo cultural y creativo que marca el último indicador de Mujeres en la cultura realizado por el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología en 2017 precisa que los empleados de los sectores culturales son 37% mujeres y 63% varones, un 26% menos. Esto también se ve en la literatura donde todos los libros iniciales de las NNA estaban escritos por varones. La literatura de mujeres tenía pocas probabilidades de ser tomada en serio y lograr ser publicada. Recién las escritoras de la década del 90, tuvieron la oportunidad de editar y visibilizar sus escritos o conseguir repercusión en el siglo XXI -como son Patricia Suarez, Alejandra Laurencich, Pía Bouzas, Patricia Ratto, Anna Kazumi Stahl y Fernanda García Curten. Por el contrario, en la actualidad, todo cambió porque las mujeres que están en boga.
Enríquez volvió este 2024 con 12 cuentos de terror compilados en su libro “Un lugar soleado para gente sombría”. Apenas con dos semanas en las librerías logró siete ediciones en el mundo y dos en Argentina. No obstante, este fenómeno de ventas ocurre desde hace rato: “Nuestra parte de la noche”, tiene 34 ediciones; y, según la encuesta de la Feria de Editores (FED) en 2023, llevada a cabo en el complejo C Art Media, lidera el ranking de las autoras más leídas.
Si bien la autora crea atmósferas oscuras y angustiosas, escribe sobre las relaciones familiares, la sociedad patriarcal y corre a la mujer del supuesto estereotipo literario. Es decir, un personaje femenino puede ser astronauta, colectivera o banquera, y no solamente la que espera ser rescatada de algún desastre, pueden ocupar el mismo rol protagónico que ellos.
Esto sin dudas tiene que ver con la nueva sociedad que se está conformando con la “voz femenina”, algo que también se ve representado en la perspectiva de género de los lectores: las mujeres tienen un 48% y los varones son el 53%, según la Encuesta nacional de consumos culturales 2023.
Ghenadenik, por su parte, compartió que estas nuevas obras de literatura tienen a la mujer en el centro desde distintos aspectos como “la relación laboral conflictiva entre mujeres, el cuestionamiento y elecciones de vida por sobre los mandatos, la opresión sobre los cuerpos y la distopía”. “Muchas veces se estereotipó lo que supuestamente quiere una mujer y lo que quiere leer en los libros y con eso yo no concuerdo”, reflexionó la autora de “Desde el aire”, “Una felicidad posible” y “Odisea del hambre”.
La escritora admitió que, si bien le gusta la comedia romántica, no es lo único que representa al colectivo de las mujeres. Es por esto que, desde sus libros, intenta plantear otras problemáticas por fuera de lo que sería el “estereotipo femenino”, ya que esto es lo que marca las NNA. “Con mis historias trato de naturalizar que tenemos el mismo universo que cualquier otra persona, no es que por ser mujeres tengamos un mundo distinto en literatura o tan recortado”, aclaró.
Formas de producción de las NNA
Las formas de producción de las Nuevas Narrativas Argentinas tienen como principal característica la regresión, dado que “el trauma por el pasado reciente invade los imaginarios del futuro”, así lo explica Lucía Soledad Vázquez, becaria del CONICET y magister en estudios literarios.
Estas producciones cada vez más utilizan como elemento a la ciencia ficción “para reflexionar sobre su propio presente, consecuencia de un pasado traumático”, escribió Vázquez en su trabajo “La ciencia ficción en la narrativa argentina del siglo XXI: el trauma del pasado, el futuro como regresión” (2020).
El rango etario que más lee son los adolescentes de entre los 13 años y 17 años en un 77%, luego los adultos de entre 18 y 29 años en un 58%. Sin embargo, según la encuesta de 2017, quienes aumentaron en los últimos años fueron los adultos en un 50%. La narrativa sumaba un 48% y ahora creció un 6%, logrando llegar a un 54% en cuestión de elección de títulos.
Por supuesto que este género incide en la producción de libros (tanto en papel como digital) y se observó en el informe de producción del libro argentino 2023 hecho por la Cámara Argentina del Libro (CAL), que hubo 34 mil novedades, entre las que se desglosan 25 mil libros en formato físico y 9 mil libros electrónicos.
La clasificación temática de las nuevas publicaciones va en tendencia de las NNA: en primer lugar, entran las biografías, literatura y estudios literarios con un 17% y en segundo lugar los libros infanto-juveniles, didácticos, ficción y temas afines con un 16%.
Si bien estos números son alentadores en la actualidad existe una gran incertidumbre en la producción y adquisición de libros producida por la crisis que atraviesa Argentina. Ante las políticas del Gobierno de Javier Milei, sumado a cómo afecta el proyecto de Ley de Bases en la industria del libro, en lo que va del año cayó las ventas de los libros y la tan esperada Feria del libro en su edición 48 sufrió entre el 30% y 40% en caída de las ventas.
*Estudiante de la carrera de Periodismo.
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