Un grupo de socios autoconvocados del club All Boys presentó junto con la institución, un proyecto de ley para hacer uso de un predio abandonado hace ocho años.
No todo es una pelota de fútbol.
Al llegar a la esquina de Jonte y Mercedes, se ve a un grupo de personas llevar un antiguo aro de basquet portátil hasta una camioneta Ford F 100 roja. Luego, otro aro y, continúan con colchonetas, arcos de baby fútbol y varios elementos que sacan de un depósito del club. La camioneta está completa, cierran la compuerta trasera, le dan unas palmadas que indican que pueden arrancar y eso hacen. Toman por avenida Álvarez Jonte en un paso lento para que los elementos no se caigan ni rompan nada y, apenas recorren tres cuadras, giran hacia la izquierda en la calle Segurola para llegar a destino tres
cuadras después. El nuevo sueño de All Boys está ahí, en la intersección de las calles Segurola y Elpidio González, en el predio Manuel Rocca.
El lugar está vacío y sin vida pero un grupo de hinchas autoconvocados se reunieron y, de a poco, comenzaron a darle forma a un sueño que podría refundar el club y al barrio, mediante actividades deportivas, culturales y de inclusión social. El “Rocca” ocupa dos manzanas en el corazón del barrio porteño de Monte Castro donde durante décadas funcionó un Instituto de Recuperación y Clasificación de Menores con régimen cerrado que está bajo la órbita del gobierno de la ciudad de Buenos Aires pero en sus comienzos, también fue una escuela. “En los años cincuenta era un colegio con algunos pupilos, de hecho, mi padre estudiaba, desayunaba, almorzaba y merendaba en este lugar”, recuerda Gabriel De Bella, hijo del ex presidente de la institución, Sebastián De Bella en el período 1988 – 1992.
Juntaron firmas, buscaron el apoyo de comerciantes y clubes de la zona, recorrieron diferentes sectores de la comuna diez de la ciudad y pintaron murales en las paredes que envuelven la ex cárcel para niños. Pero el proyecto no se reduce a una cadena de acciones simbólicas para obtener un predio tan deseado para muchos negocios privados. Es un propósito de gran envergadura que incluye una fusión junto a los vecinos como protagonistas.
Comienzan a bajar los artefactos de la camioneta e improvisan un pequeño escenario en la esquina y a lo largo de la cuadra, sobre la avenida Segurola, distribuyen los aros de basquet, las mesas para la junta de firmas, otras para enseñar ajedrez y dos arcos de fútbol para realizar actividades. El motivo es preparar un festival para celebrar los cien años del predio y
hacer visible frente a los vecinos, la intención de que pueda pasar a manos de All Boys en su totalidad.
El proyecto
El viernes siete de junio se hizo la presentación ante la Legislatura Porteña contando con la asignación del expediente N° 1621-P 2024 del proyecto de ley para el otorgamiento del predio a manos de la institución.
”El club All Boys no pide un espacio en uso, sino que pide la cesión de un espacio ocioso desde hace 8 años, que no cumple la voluntad del donante benefactor, Don Manuel Rocca, y que
necesita para ampliar su oferta educativa, social, deportiva y cultural”, expresó un miembro de la subcomisión de Grupo predio Rocca para All Boys (GRAB). El legado era que allí funcione un hogar donde pudieran educarse “entre 80 y 100 chicos”, según contó el historiador Arnaldo Miranda.
Yamil Taha, miembro de la subcomisión del GRAB(Grupo Rocca para All Boys), aclara que al club le significaría un crecimiento sostenible y a los vecinos un lugar que no tienen y que ningún otro se lo va a ofrecer. El proyecto es “muy sólido” y consiste en amalgamar lo deportivo, social y educativo mediante la construcción de una escuela, un auditorio, una biblioteca en red, una huerta, canchas de fútsal, hockey, estacionamiento y otros sectores más que se están estudiando.
-¿Los Vecinos están de acuerdo? ¿Qué opinan?
-No hay disputa con los vecinos. De las veinte mil firmas que tenemos, diecinueve mil son de ellos. Casi no tuvimos actividad los días de partido. La percepción de estar en la calle militando todo el tiempo es esa. Este es un proyecto para los vecinos en conjunto del club.
“La cesión del predio sería la vuelta a la calle donde siempre estuvo”, dijo Pablo Desimoni, miembro del GRAB, que estudió toda la historia de All Boys y está preparando un trabajo junto al museo del club que recorre su vida ligada a la avenida Segurola. Desde la fundación de la institución en 1913 en la intersección hasta los tres estadios que estuvieron sobre esa arteria.
Desde la comuna diez de la ciudad, Gustavo Licastro afirmó que “no hay una postura definida y consensuada entre todos los
comuneros” con respecto a la cesión al club en un cien por ciento y ”hay muchas posiciones distintas”, cerró el miembro de la Junta Comunal.
El rol social en la actualidad
Actualmente frente al estadio, la institución está construyendo un jardín maternal dentro del predio “Don Fernando Sanchez” ubicado en la calle Chivilcoy 1951. Además, funcionan dos Centros Educativos de Nivel Secundario (Cens) debajo de la tribuna que está sobre la calle Miranda, y tiene jornadas de asesoramiento jurídico gratuito, oficina de violencia de género, durante la pandemia fue utilizado como centro de testeo.
“El vecino siempre se acerca al club y hay un montón de programas donde el Estado busca estos espacios y se apoya en clubes de barrio como el nuestro”, agregó Yamil.
La música suena de fondo en la calle Segurola, la gente firma el petitorio, juegan al ajedrez, al básquet sobre la vereda. El sueño de este grupo de socios para seguir creciendo tiene el aval de los dirigentes del club. “Nosotros acompañamos, tenemos que hacer entender que no es sacarle un predio a la ciudad para un club, es un lugar abandonado que el club puede transformarlo para que la sociedad lo disfrute”, afirmó Nicolas Cambiasso, presidente del All Boys sobre un pequeño escenario montado en la esquina.
El evento se apaga de a poco, la gente se dispersa por las calles del barrio y los miembros del GRAB, vuelven a poner los elementos en la Ford F 100 para devolverlas al club y seguir soñando en grande.
El club es de los socios
No es la primera vez que los hinchas sueñan con hacer crecer al club. En el año 1972, por iniciativa de un grupo de socios y vecinos constituyeron la subcomisión de obras para la construcción del microestadio “Pedro Firtsz” donde se desarrollan diferentes deportes infantiles y juveniles.
En el año 2000, un viento de cola se llevó puesto a varias instituciones que vieron la faja de clausura cerca de ser pegada en sus puertas. Racing, un caso emblemático, Deportivo Español y Talleres de Remedios de Escalada, estaban al borde de la quiebra. El mismo caso lo fue para All Boys. En aquel tiempo, tres directivos hipotecaron sus casas para que la institución siguiera abierta.
En el año 2001 con la intención de construir una tribuna detrás del arco de la calle Miranda, que en esa época estaba ocupado por dos canchas de fútbol cinco, en plena crisis social en el país formaron el “Grupo Miranda”. Se organizaron, hicieron rifas y socios e hinchas donaron desde dinero hasta bolsas de arena y cemento. Su manera de solventar el proyecto fue a pulmón. Lo mismo que la creación del “Grupo Chivilcoy” para la construcción del actual predio frente al estadio en conjunto con el club.
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