Hace 17 años fundó su banda Eruca Sativa, en la que es cantante y guitarrista. Y este año publicó “Julian, el escribidor”. La artista habla de todo con ETERDigital.
Luisina “Lula” Bertoldi nació en Sunchales, provincia de Santa Fe, y es licenciada en Relaciones Internacionales. A sus 11 años comenzó a tocar la guitarra, y ahora es parte de una de las bandas más conocidas de nuestro país.
-La cultura en nuestro país está atravesando un momento muy difícil. ¿Cómo se vive desde el lugar de cantante, que tiene el poder de llegar a más gente, no solo en los shows, sino en las redes?
-Es una situación de privilegio total, hacer lo que me gusta que es la música, en un país tan complicado. Tengo la posibilidad de tener un micrófono y decir lo que pienso, hasta el momento con completa libertad, ojalá que siga siendo así. Siento la responsabilidad de ayudar a otras personas a hacer lo que les gusta. Como lo del “Ciclo Bestias”.
-Un momento de no bajar los brazos…
-De desafío y de no claudicar, de seguir adelante. Yo creo que es importante que no nos asusten en esto que muchos llaman “la batalla cultural”. Por todos lados te bombardean, y te nace quedarte quieta, desde un lugar de pasividad ante la cantidad de cosas que están pasando y no sabés hacia donde disparar. Mi energía la pongo en construir.
-Justamente con respecto a construir, ¿interfiere en las letras de Eruca Sativa?
-¡Si! En el décimo disco de Eruca, que sale el año que viene, no nos pudimos quedar callados, había que decir cosas. Que también es un hacer, porque nosotros desde el decir, también hacemos. En este caso un disco.
-Además del disco nuevo, ¿que se viene?
-Ahora tenemos fecha en octubre, hacemos Córdoba y el “Festival Bandera” en Rosario. El 29 de noviembre es nuestro cierre de año en el “Teatro Flores”, ya estamos tocando temas del disco nuevo.
-Venís haciendo el Ciclo Bestia, la presencia de artistas en escenarios. ¿Cómo nació la idea?
-Con la intención de generar un poco de comunidad y de trabajo, ir rotando a las participantes, las instrumentistas, las cantautoras que obviamente está todo compuesto por pibas. Covers, la técnica y la gráfica está hecha por mujeres. Comenzamos este año, hicimos una primera edición en agosto, hacemos la segunda el 23 de octubre en el Centro Culturan Moran (Pedro Moran 2147, Villa Devoto) a las 21hs, y la última en diciembre como cierre de año.
-Estás en un lugar más de productora, muy distinto a lo que venias haciendo, ¿cómo lográs adaptarte?
-Lo hago realmente por la causa, no es que a mí me guste producir, no es mi pasión. Le pongo todo el amor desde mi experiencia de hacer shows con “Eruca Sativa”, pero realmente acá lo que pesa es la causa. El fin no es la producció en sí misma, sino el ciclo de que las pibas estén cómodas.
-Siempre en alguna entrevista o presentación del libro, mencionás a Maria Elena Walsh, una artista que atraviesa a todes en algún momento.¿Por qué está tan presente en tus shows si tiene un género totalmente distinto?
-Hay canciones que trascienden. Como María Elena Walsh y su género mal llamado infantil, porque en realidad en su momento hacía música folclórica, tiene el estilo marcado. Las composiciones son muy personales y sin embargo hay coplas, serenatas, chacareras, gato o vidala. Si sacás la voz de Maria Elena y la interpretás desde otro lugar, la canción sigue siendo poderosa, con un mensaje que trasciende la época, lamentablemente. “El país de no me acuerdo”, “El mundo del revés”, “Serenata para la tierra de uno”, que dice: “Me duele si me quedo, pero me muero si me voy”, hablando del exilio, de nuestro país, nuestra casa, que la vamos a defender con uñas y dientes. Ella nos habla a través de la historia, siempre con las palabras justas.
-Hay una nueva faceta más tierna como escritora de un cuento infantil, Julian, el escribidor. ¿Sabías que esa dedicatoria te iba a llevar a publicar un libro?
-Es una dedicatoria a mi hijo Julián, que empezaba a escribir con lapicera en 2022. Me salió hacer un cuento cortito y me gustó tanto que lo subí a Instagram. Al tiempo me escribe una chica que no conocía, Natalia Martínez, ilustradora y cordobesa, y me propone hacer un libro. Así a lo largo de un año lo armamos juntas, y al poco tiempo apareció Sudestada para editarlo. No fue algo muy planificado, pero ahora que estoy en las presentaciones del libro me siento cómoda en ese rol. Abrió una linda puerta.
-En las redes, en los shows y ahora en la presentación de tu libro, te vemos más acompañada por Julián y Milo. Ellos vienen de una familia de músicos, no solo Nico y vos, sino por tu hermana Marilina. ¿Cómo vivís la maternidad desde el lado de inculcarles el arte desde chiquitos, que crezcan entre música?
-No es que se hace adrede, es lo que sucede en mi casa. Lo más común para ellos es que vengan a tocar amigos, ir a shows, nos movemos con esa naturalidad y tratar de no ponerle ningún valor agregado. De todos modos ellos son libres de elegir lo que les guste.
-Marilina y Lula juntas. ¿Llegará en algún momento este dúo esperado?
-Con Maru tenemos una relación hermosa, nos juntamos todo el tiempo, viene a ver a sus sobrinos que los ama y ellos a ella. Puede llegar a suceder, como no y está todo bien, no es algo que estamos pendientes. Nos adoramos, nos cuidamos mucho y sabemos que si en algún momento nace de una forma genuina y sale una canción o decimos componer, va a salir.
-¿Es más espontáneo todo?
-Se disfruta desde otro lado, cuando me invitó al Luna Park, fui la única. O cuando ella vino a cantar al Estadio Obras con Eruca para el aniversario, algo hermoso. Ella estaba disfrutando porque nos ama como banda también. Si hubiera un montón de cosas sucediendo todo el tiempo entre nosotras, no serían tan valiosas.
-Hace unos meses venís haciendo gira con La Bruja Salguero, ambas hacen géneros distintos, pero se complementan muy bien. ¿Que viste en ella para decidir que era una buena idea empezar a hacer shows?
-Me la presentaron en 2018 en una entrega de los Premios Gardel. Alguien me dijo: “Vos tenés que hacer algo con La bruja Salguero”. No sabía quién era, y cuando la busqué me enteré que era una eminencia del folklore. Nos pusimos a guitarrear y pensé: “No puedo creer lo que es esta mujer”. Y así empezó nuestra amistad. La invitamos al Cosquín Rock, después ella nos llevó al Cosquín Folklore, y un día me propuso hacer algunos shows juntas, pero al poco tiempo terminaron por la pandemia. Después grabamos su último disco y empezaron a salir un montón de shows.
-¿Es algo nuevo para vos, no?
Sí y lo disfruto un montón. No es que con Eruca no la pase bien, pero estoy más en mi salsa. Con la Bruja estoy completamente salida de mi zona de confort y es un desafío, tengo que tocar el bombo, cantar chacarera, chaza. También hay mucha exploración, experimentación, y el proyecto de Eruca se nutre mucho de lo que yo pueda hacer por fuera.
Agregar comentario