La central de Lanús comenta su situación actual y cuál es su proyección a futuro.
Por Karen Sánchez
Desde los cinco años que jugaba al baby con los niños, Magalí Molina, conocida por todas sus compañeras y por la hinchada como “Chela”, desarrolló su afición por el fútbol. Siempre apoyada por su padre, llegó hasta la cancha de Boca, donde fue parte del plantel por catorce años. Hasta que decidió mudar sus botines a Lanús.
—¿A qué se debió el cambio de club?
Hice muchos sacrificios durante estos años, por lo que decidí aflojar un poco en el fútbol y ponerme a estudiar, arrancar con el profesorado en Educación Física.
—¿Por qué esta decisión?
Elijo estudiar porque quiero un futuro mejor, porque el día de mañana, a los 30, voy a dejar de jugar al fútbol, formar mi familia y quiero poder decirle a mi hijo que tengo un titulo para entrar a una cancha como directora técnica o preparadora física.
—Te lesionaste previamente a que se profesionalizara el fútbol femenino ¿Cómo fue tu recuperación?
Tuve la misma recuperación que los jugadores de Primera. En Boca hacía triple turno de kineseología. Llegó un momento en que mi rodilla no daba más y volví a necesitar otra operación. Me operé tres veces por la rotura de ligamentos. Ahora me salió un quiste al costado de la rodilla y me volverán a operar para el verano.
—Te reintegraste recién al equipo ¿Ese quiste no te molesta para seguir jugando?
Al no estar en actividad la rodilla me duele, pero al empezar a entrenar como que se ablanda, deja de molestar.
—¿Cómo fue volver a la cancha?
Jugué de titular. Aguanté los 90 minutos. Me cansé al final. Nos falta ajustar un poco en el medio, como lo mencioné en el entrenamiento a mis compañeras, pero creo que estamos bien y podemos generar unos buenos resultados, jugar por la clasificación e ir por la Libertadores.
—¿Esperas el llamado de la Selección?
Sí, y para eso debo trabajar más, ser compañera, porque es un factor importante. Me gustaría que me llamen. Ya estuve representado a la Argentina en varios torneos sudamericanos. Decidí no ir al Mundial de Japón por la exigencia. Cuando me volvieron a convocar el año pasado me había lesionado la rodilla, pero estoy segura de que voy a volver a tener mi oportunidad.
—Al ser profesional ¿la Selección tendrá otra mirada?
El hecho de que esté presente la televisión, los sponsors y la importancia que ya estamos teniendo de pasar más tiempo con los jugadores, de ir a sacarnos fotos, de ser reconocidas por la gente, creo que le da otra mirada a la Selección y más responsabilidad para nosotras y representar a nuestro país.
—Hablando de televisión y la visibilidad que les dan los medios ¿cómo ha sido ese trato entre la cámara y ustedes?
Tuve que ir a Telefe y lo hice porque mi entrenadora dice que no me tiembla la pera (ríe). Antes no lo hacía, no por miedo sino porque el trato era distinto. En Boca me cuidaban más, no me dejaban hablar mucho, pero creo que también era porque es un equipo más grande. Acá me dan más libertad.
—¿En algún momento piensas volver a Boca?
Está difícil. Siempre digo que no voy a volver, pero es algo mío, una decisión personal, es un ciclo ya cerrado. Pero sigo siendo hincha de Boca y amo a Boca. Sigo alegrándome cada vez que mis excompañeras logran ganar un partido.
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