La organización de París 2024 ha estado en el ojo de la tormenta desde el primer día de la competición y los motivos han sido varios: la contaminación del Río Sena, el estado de la Villa Olímpica, la falta y calidad de los alimentos e incluso el material de las medallas, que han despertado las críticas tanto de los atletas como de los espectadores.
Luego de un siglo la Ciudad de la Luz volvía a albergar unos Juegos Olímpicos y se convertía junto con Londres en la capital que más veces los organizó siendo sede en 1920, 1924 y 2024, por lo que la expectativa para París era muy grande, pero a medida que corría la competencia se empezaron a despertar una serie de críticas que apuntaban a la organización.
El Río Sena
El primer motivo y probablemente el que más polémica dejó fue el estado del Río Sena, donde se practicaron todas las pruebas acuáticas. La Ciudad había invertido 1.400 millones de euros previo a los JJ.OO. para purificar el agua del río, que como dato no menor tenía prohibido su uso para sumergirse desde hace un siglo. Desde el comienzo de los Juegos el agua ya se encontraba en mal estado, pero según la organización, se debía a las lluvias que afectaron a la localidad. Esto hizo que se postergaran las pruebas de triatlón masculino e incluso muchos deportistas contaron que vomitaron luego de realizar sus pruebas. Más allá de su deplorable estado, las diferentes disciplinas realizaron las pruebas en esas aguas, afectando la salud de los deportistas y sin importar las consecuencias.
Villa Olímpica e higiene
Otra de las polémicas giró en torno al estado de la Villa Olímpica y las condiciones de higiene que tenían las habitaciones donde se hospedaban los atletas. La nadadora australiana Ariarne Titmus, ganadora del oro en relevos 4×100 metros expresó su descontento con la falta de higiene y de suministros básicos: “Vivíamos en la inmundicia. Nuestras sábanas se cambiaron solo la primera noche y no se volvieron a cambiar durante el resto de nuestra estadía”. Además, reveló que tuvieron que mentir para recibir papel higiénico, ya que el suministro era de un rollo cada cuatro días. Tras este reclamo varios deportistas se sumaron a las quejas. El italiano Thomas Ceccon, a quien se lo había visto durmiendo en las plazas de París también mostró su descontento luego de no haber clasificado a la final de 200 metros espalda. “No hay aire acondicionado, hace calor, la comida es mala”. Santiago Gómez Cora, entrenador de Los Pumas 7s, no quedó exento de las críticas: “El edificio argentino no tuvo agua durante todo un día. Las chicas del hockey se tuvieron que mudar a otro edificio porque desbordaba el inodoro de caca. Teníamos que ir al baño del comedor. No son excusas, pero sorprende que la organización del deporte de alto rendimiento tenga estos estándares”. También agregó: “Hacía 40 grados y no había aires acondicionados. Los chicos no durmieron las dos primeras noches”.
Alimentación
Las críticas no fueron solo de los deportistas y sobre el espacio de la Villa Olímpica, sino que también se sumó la alimentación. El jefe de la Asociación Olímpica Británica, Andy Anson, declaró sobre el estado de los alimentos que recibían los atletas: “No hay suficiente de ciertos alimentos: huevos, pollo, ciertos carbohidratos, y luego está la calidad de la comida, con carne cruda siendo servida a los atletas”. Además, un diario deportivo francés llamó a una compañía de catering que afirmó la insuficiencia de proteínas para los atletas, por lo que la empresa que estaba a cargo de los alimentos debió aumentar las cantidades.
Calidad de las medallas
Un nuevo reclamo se sumó a la lista de desprolijidades para coronar el fin de ¿los peores Juegos Olímpicos de la historia?: la calidad de las medallas. El estadounidense Nyjah Huston, medallista de bronce en Skateboarding Street, mostró en sus redes sociales imágenes del pésimo estado de la medalla que había recibido hacía 10 días en París. “Estas medallas olímpicas se ven geniales cuando son nuevas, pero después de dejarlas en mi piel con un poco de sudor por un rato y luego dejar que mis amigos la usaran durante el fin de semana, aparentemente no son tan de alta calidad como uno pensaría. Parece como si hubiera ido a la guerra y vuelto”, explicó y agregó: “Se ve mal. Incluso el frente está comenzando a descascararse un poco. Así que, no lo sé, medallas olímpicas. Tal vez deben mejorar un poco la calidad”. Otra que se sumó a la queja fue Lynn Williams, la futbolista de Estados Unidos que ganó el oro tras vencer a Brasil, habló sobre el material de las medallas luego de que se le cayera al suelo mientras festejaba y se le rompiera: “Deberían haberlas hecho mejor, más resistentes, y honestamente no se me puede culpar por eso. Así que no sé si la voy a arreglar”.
En conclusión, París 2024 ha sido un retroceso para los Juegos Olímpicos y una falta de respeto hacia los atletas que tanto sacrificio hicieron y cosas dejaron para llegar hasta lo más alto del deporte. Si bien nos ha dejado hitos deportivos y muy buenos resultados, la organización dejó mucho que desear y la elección de París como sede no fue un acierto. La alimentación, las condiciones en las que se hospedaron, la higiene que se les brindó y el Río Sena como lugar para realizar las pruebas no han sido buenas ni permiten el mejor desempeño para ningún deportista. De alguna manera, la sede les jugó en contra a varios que no pudieron dar lo mejor de sí mismos.
Ahora la pregunta es, ¿por qué el Comité Olímpico Internacional decidió actuar tan con lo justo con un evento de tal magnitud sabiendo todas las contras que tenía desde un principio? Ahora queda esperar lo mejor para Los Angeles 2028 y que verdaderamente se tomen las cosas en serio para que esté a la altura de este evento histórico.
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