El crack que fue apartado de su familia de intercambio en su infancia es clave para los Diablos Rojos. Su vida y su carrera son la historia de alguien que, por mantenerse fiel a su pasión, fue recompensado. Hoy es uno de los mejores del mundo.
No tuvo la mejor infancia que un niño pudiera elegir. En sus principios como jugador, estuvo en las inferiores del Genk y se hospedó con una familia de intercambio que lo recibió en su casa. No todo fue color de rosas cuando era pequeño. El joven belga iba a la escuela fuera de su pueblo, entrenaba y cuando llegaba tenía que hacer tarea y estudiar para exámenes. Esto no era problema y, como era un chico responsable, se sacaba buenas notas. El problema era otro…
“Fueron los años más solitarios de mi vida”, recuerda Kevin De Bruyne, quien no disfrutó del todo sus primeros años en las categorías más bajas del club. Al finalizar el segundo año cuando estaba en la academia era hora de volver a su pueblo con su familia, pero todo se tornó más complicado. Sus padres le contaron a Kevin que su familia de intercambio no quería que él regresara debido a su personalidad retraída y tímida. Desde ese momento, la cabeza del jugador hizo un click. Tuvo que viajar por Bélgica persiguiendo sus objetivos y su sueño: ser futbolista profesional, dejando todo atrás… familia, amigos… todo. Su vida era el fútbol y eso estaba claro.
Kevin De Bruyne nació el 28 de junio de 1991 en Drongen, Gante, Bélgica. Su pasión por la redonda comenzó desde muy pequeño cuando tenía unos 6 años. En ese entonces vivía con su familia y jugaba en el patio de su casa. Frecuentemente rompía las macetas del jardín. Para evitar seguir rompiendo cosas, Kevin decidió empezar a patear con su pierna menos hábil, la izquierda. Esto traería un gran beneficio que hoy en día aún disfruta, ser ambidiestro, una gran ventaja para cualquier futbolista. Actualmente utiliza el número 17 en el Manchester City. ¿Qué número usaba cuando era pequeño? Así es: el 17.
El crack belga no tuvo el mejor inicio de su carrera. Pasó por varios equipos, en los que tuvo algunos problemas, lesiones y demasiadas adversidades para un futbolista tan joven. El 9 de mayo de 2009 debutó en la primera del Genk de Bélgica a los 17 años. Aunque su equipo perdió 3 a 0 era el comienzo de una gran historia. Unos meses después, Kevin se perdería gran parte de la temporada debido a una mononucleosis. Esto no lo detuvo y en esa temporada ayudó a su equipo a conseguir el tercer título de liga, su primer trofeo en su carrera como profesional.
Así fue como Kevin dio su primer gran salto en su carrera, el 31 de enero de 2012 el último día del mercado de transferencias, Chelsea decidió acelerar por el belga y anunció la firma junto al Genk por un contrato de 5 años y medio. No obstante, terminaría la temporada 2011/12 con el club belga a préstamo. Jugó únicamente 3 partidos y pasó totalmente desapercibido en la temporada 2012. En la temporada siguiente salió cedido al Werder Bremen, Alemania, donde jugó 34 partidos hizo 10 goles y 10 asistencias tuvo un gran nivel y salvó al equipo del descenso. Luego del préstamo, Kevin tenía que volver al club inglés donde su nuevo entrenador José Mourinho estaba esperándolo. Con su ambición, fiel a sí mismo, comprometido y autocrítico no cayó bien su personalidad y el director técnico portugués decidió apartarlo del equipo, lo calificó como “llorón” y “niño molesto” y con 23 años volvió a ser el chico que fue separado por ser como es.
El tan ansiado debut con la camiseta de su país había llegado el 11 de agosto de 2010 en un amistoso frente a Finlandia. Él tenía solo 18 años. Fue algo impensado para él y su familia: había cumplido su sueño. Kevin fue parte de la Eurocopa 2016, en Francia, su primera participación en el campeonato europeo con su selección. Compartieron el grupo con Italia, Irlanda y Suecia. En octavos golearon 4 a 0 a Hungría, pero luego perdieron con Gales 3 a 1 en cuartos de final. Kevin De Bruyne no hizo ningún gol, pero fue titular en toda la competición.
En 2021 se vivió una de las Eurocopas más extrañas por culpa de la pandemia. La UEFA decidió realizar la competencia distribuida en todo Europa. Kevin fue citado a su segunda Euro, ya con muchísima más experiencia tanto en clubes como en su selección. Bélgica se perfilaba como una de las favoritas al título. Clasificó primera, con 3 partidos jugados y 3 ganados. El crack anotó su primer gol en esta competencia. Fue en la victoria por 2 a 1 sobre Dinamarca en la segunda fecha de fase de grupos. Además, asistió en el primer gol del partido. En octavos de final el equipo no tuvo tanta suerte. Le tocó Portugal, quien venía de ser el último campeón. En un encuentro más que apretado, Bélgica consiguió el pase a la siguiente ronda luego de ganarle por 1 a 0 a la selección de Cristiano Ronaldo. Los Cuartos de final fueron frente a Italia. La selección de Kevin De Bruyne tuvo un muy mal partido y nuevamente quedaría eliminada al caer por 2-1. Es la maldición de cuartos de final que persigue a Bélgica.
Actualmente Kevin De Bruyne es campeón de absolutamente todo: Champions League, Premier, Mundial de clubes y muchos trofeos más con el Manchester City, pero le falta algo para cerrar de la mejor manera su carrera como profesional. ¿Qué le falta? Un título con su selección, y actualmente está convocado para la próxima Eurocopa en Alemania, su tercera vez en esta competencia. Llega con más experiencia, mejor físicamente y anímicamente, ¿Será que a la tercera es la vencida? Además, la Euro se disputa cada 4 años, De Bruyne ya tiene 32. ¿Es un “the last dance” o tendrá alguna oportunidad más?
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