La distribución de noticias por redes sociales puso en crisis la identidad de los medios tradicionales y, en consecuencia, su capacidad de supervivencia. En el marco de la asignatura Cultura digital, de la carrera de Periodismo en ETER -Escuela de Comunicación- nos propusimos analizar las prácticas en torno a los nuevos modos en el consumo de noticias. ¿A través de qué medios se informan las distintas generaciones en la actualidad? ¿Qué impactos tiene? Los soportes cambiaron, ¿las prácticas son las mismas? ¿Qué tiempos ‘solitarios o compartidos’ le destinan a estas prácticas? En épocas de consumo ubicuo de información a través de dispositivos, ¿la noticia se busca o se encuentra por casualidad?
Para responder estos interrogantes dialogamos con usuarios de distintas generaciones, como Silvia (64) que contó que “cuando surgió la (radio) portátil yo escuchaba la música debajo de la almohada, ¡qué lindo, porque además elegías qué música escuchar!” También Mirta, de 72 años, se define como una `fanática´ de la radio aunque ahora ya no escucha por medio del histórico aparato: “No tengo la radio que nos acompañaba siempre, ahora la tengo en el celular. Escucho radio porque quiero honestidad brutal para que me digan qué saben, qué piensan.” Con algunas décadas menos, Lucía (40) sí se informa por la radio a través de un aparato tradicional, aunque también lo hace por Instagram: “No lo digo con orgullo pero es la red social que uso, escucho una noticia en la radio y voy a chequear a las páginas que tienen una línea con la que me siento identificada: revistas como Anfibia y Sudestada”. La radio, entonces, aún con la transformación hacia el streaming, conserva una audiencia fiel al medio: según la encuesta Nacional de Consumos Culturales realizada en 2023 por el Ministerio de Cultura, el 67% de la población escucha radio; los programas musicales, informativos y deportivos son los más elegidos.
Para el especialista en medios Carlos Scolari, el concepto de ecosistema mediático es una metáfora para comprender mejor el conjunto de interrelaciones sociales, tecnológicas, culturales y económicas a través de dispositivos técnicos.
Mientras que en su ensayo sobre “La cultura digital en la sociedad moderna” Riverón Rodríguez plantea que “la cultura digital es consumida y, en consecuencia, reproducida, reinterpretada repetidamente en el uso que los adolescentes y jóvenes realizan de las nuevas tecnologías”, Tiago (17) reconoce que no elige escuchar radio, sino que “la escucho en el auto, cuando voy a la escuela con mi mamá. Ahí me entero un par de cosas. Después me informo por Instagram, pero no me suelo quedar con lo primero que veo, entonces me pongo a buscar en Internet”.
En la actualidad, el celular es el dispositivo más usado; allí se escucha la radio, se miran canales de televisión digital, se envían mensajes, se publica y se chequean las redes sociales, se toman fotografías, videos y la lista puede seguir. Son tantas las prácticas que se realizan que es impensado vivir sin estar atado a la pantalla. Así lo siente Mirtha (72): “Tengo redes sociales, pero ahora estoy muy renegada, yo amé Twitter -ahora X- pero no tengo más y me di cuenta que me estaba informando en un microclima”. En este sentido, Pablo Boczkowski (2022) plantea la necesidad de generar “santuarios”, espacios y períodos de tiempo en el que puedan estar fuera de línea, lejos de las pantallas. Sin embargo, todos parecen estar de acuerdo en la dificultad para transitar esos momentos detox.
El ensayo “El medio ya no es medio ni mensaje” sostiene que la sociedad ya no busca noticias sino que son las redes sociales las que nos presenta lo más viral del momento pero de forma corta y sin contexto: “Esta incidentalización del consumo de noticias genera una pérdida de contexto y jerarquía del contenido periodístico en la experiencia del público”, señalan sus autores, Eugenia Mitchelstein y Pablo Boczkowski.
Una práctica que comparten los entrevistados de las cuatro generaciones, personas de clase media que viven en la ciudad de Buenos Aires, es indagar sobre las fuentes de información que reciben. Por ejemplo, Tiago (17) cuenta: “Suelo consultar mucho el diario El País, de España, que tiene mucha información sobre Argentina también. Y si los artículos no tienen mucha información, suelo ver en Wikipedia que, por lo general, suelen tener indexadas referencias.”
Los distintos autores que componen la bibliografía de la materia señalan que las prácticas mediáticas, condicionadas y mediadas por las tecnologías, impactan en la vida cotidiana y producen nuevas prácticas que varían de acuerdo a la edad de los usuarios. Una de las últimas encuestas realizada por la consultora Taquion así lo determina:
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