Declarada de Interés Cultural el año pasado por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, la biblioteca ambulante se realiza los 2° y 4° sábados de cada mes en el puente peatonal del ferrocarril Sarmiento de la calle Ambrosetti.
Comuna 6 de la Ciudad de Buenos Aires, 15 horas. En el puente ubicado entre las calles Ambrosetti y Yerbal del barrio de Caballito comienzan a escucharse risas, diferentes sonidos de instrumentos musicales y la lectura de los muchos chicos que eligen compartir sus tardes junto a sus vecinos en la “Biblioteca del Puente”, una biblioteca ambulante que promueve la cultura y el encuentro de los vecinos dos sábados al mes.
La calidez humana acompañada del ofrecimiento de un mate nos hace entrar en clima y nos ayuda a entender que, al menos por un rato, la única consigna a cumplir tendrá que ver con disfrutar acompañado de quienes viven este barrio porteño.
Esta iniciativa que comenzó hace más de tres años surgió a partir del “amor por los libros de distintas docentes y escritoras” que, si bien tuvieron como idea original crear una biblioteca al paso, también creyeron que era una buena oportunidad para que lograr el encuentro de los distintos vecinos y vecinas del barrio de Caballito.
Por un momento, el silencio parece haberse adueñado de la Biblioteca. Todos los niños se encuentran callados mientras escuchan la lectura de uno de sus compañeros. De golpe, la bocina del ferrocarril Sarmiento advierte su inminente llegada y los niños con una contagiosa sonrisa y gritos se dirigen corriendo a ver detrás de la reja el paso del tren.
La biblioteca ambulante cuenta con la ventaja de que el puente siempre ha sido un atractivo para los más chicos, por lo que muchos de ellos disfrutan de las actividades, mientras esperan la llegada del ferrocarril.
“Éste me gusta, mami”, dice una de las niñas a su madre mientras mira con intriga y los ojos bien abiertos uno de los libros ofrecidos por la Biblioteca. “Bueno, ¿lo podremos traer el sábado que viene?”, consulta la madre al dueño del libro. “¡Ningún problema!”, responde éste. Esto que parece no corresponder a los tiempos actuales es muy común en la Biblioteca.
Cuando las docentes y escritoras comenzaron con la actividad en el puente, decidieron que el método para reservar y/o pedir prestados los libros sería a través de la palabra. De esta forma, si uno de los tantos libros ofrecidos por la Biblioteca nos llama la atención, todo lo que hay que hacer es acordar con su dueño cuándo podemos devolverlo.
Además, para aquellos que les interese, la Biblioteca ofrece la posibilidad de anotarse para que los días miércoles se les pueda enviar cuentos y poesías. Estos cuentos y poesías, son enviadas también a distintas escuelas del país que se encuentran en Chaco y Formosa, entre otras provincias.
El año pasado, la Legislatura porteña declaró de Interés Cultural a la Biblioteca, argumentando que la “Biblioteca del Puente es un espacio cultural organizado por la comunidad que convoca a la circulación de libros, promueve la lectura compartida, la recomendación, la charla social, la divulgación de escritores y escritoras y actividades que acercan a vecinos y vecinas a la lectura y al arte”.
“Intentamos que todos los sábados sea algo diferente”, cuenta Ana Casale, una de las organizadoras de la biblioteca y agrega: “Nos pareció importante estar en este lugar porque Caballito es un barrio muy poblado donde la gente cada vez es más anónima. Justamente lo que intentamos hacer en la biblioteca es fomentar el encuentro, la participación y el pertenecer”.
La organizadora y también administradora del grupo de Facebook donde se realizan anuncios sobre la Biblioteca del Puente, comparte que la iniciativa no tiene financiamiento de ningún tipo y “tampoco lo buscan”. “Los libros que se ofrecen desde la Biblioteca pertenecen a las docentes que formamos parte de la organización. Para nosotras, el poder ofrecerles a los chicos libros que los entusiasmen con la lectura es la mayor de las victorias”, afirma.
La biblioteca ambulante tuvo recientemente la participación de estudiantes del secundario de la Escuela Pio IX. Los chicos participaron con distintos talleres y ayudaron a darle difusión.
Cuando se hacen las 18 horas, las organizadoras comienzan a guardar el material para llevar y guardar hasta el próximo encuentro. Algunos chicos continúan esperando con sus dedos pegados a la reja una nueva llegada del tren. Otros, se van a sus casas mientras observan con asombro el libro que se llevaron para leer.
El silencio vuelve a adueñarse del puente de Ambrosetti pero solo será hasta que el siguiente sábado la Biblioteca vuelva a decir presente y permita el reencuentro entre los vecinos de Caballito.
*Estudiante de la carrera de Periodismo y Producción de contenidos a distancia.
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