Es un referente de la ayuda social en Temperley. Cada viernes entrega bolsones con alimentos de la Canasta Básica a familias de la zona.
21 de septiembre: día del superclásico argentino. Entre un desencuentro y otro logramos coincidir en el entretiempo del River-Boca. Este hincha es xeneize y está enojado con el resultado del partido. No obstante, cedió su tiempo para dialogar.
¿Quién lo diría? Aquel niño-adolescente que peleaba en las calles de Caleta Olivia en los años 80 se convertiría en un ícono del deporte argentino. Con 57 años, Jorge Fernando “Locomotora” Castro o más llamado “Roña”, es dueño de una trayectoria con 144 peleas de las cuales 130 fueron victorias (90 por nocaut), 11 derrotas y solo tres empates.
No obstante, el boxeador es más que los éxitos de su carrera. Hoy es un referente de la ayuda social en Temperley, hoy su ciudad de residencia. Cada viernes entrega miles de bolsones con alimentos de la canasta básica a familias carenciadas de la zona. “Muchos rostros me quedan grabados”, dijo el Roña al comentar el trabajo social que realiza.
Todo surgió en marzo de 2020 cuando instaló un gimnasio propio sin saber que al mes llegaría una pandemia que lo obligaría a cerrar las puertas, al menos para el deporte. Así es que, motivado por su espíritu solidario y por ver de cerca la necesidad, es que ese espacio lo convirtió en un comedor y merendero. “Porque yo recorro los barrios humildes, así me gusta decirle, no villas”, señaló con sincera empatía.
-Hay personalidades de la cultura como Wos, Duki, o en el deporte mismo, como es el caso de Lisandro Martínez, que se expresan que están preocupados por el país. ¿Cómo ves este presente político que atraviesa la Argentina?
-Mal, muy mal lo veo. Yo lo veo de cerca. A veces me vienen a pedir y yo no siempre les doy porque una vez me enteré de que revendían mí mercadería. Familias de clase media que se avergüenzan, pero siempre tengo guardado para entregarles en situaciones como esa.
Yo soy cara rota, busco en las fábricas. Yo sé lo que soy, hablo primero de boxeo y después les mangueo para ayudar. Yo trabajo en Desarrollo Social en provincia y con el “Cuervo” Larroque gestiono para que me dé los alimentos.
-Si hoy lo tuvieras en frente al presidente Javier Milei, ¿qué le dirías?
-Que piense en los jubilados. Ellos trabajaron toda su vida para hoy tener un buen pasar. Yo no lo conozco, pero creo que estamos mal. Debe cambiar la forma de gobernar.
En este momento trae a “Lupín”, en referencia a Néstor Kirchner, su par coprovinciano. “Él siempre me ayudó”, dice y rememora cuando en 2005 tuvo un accidente automovilístico que lo mantuvo 23 días en coma y se puso a entera disposición para ayudarlo en todo lo que necesitara. Luego, recuerda haberlo tenido a Máximo Kirchner en brazos. “Pero ahora no me quiere atender”, dice con decepción.
-Tenés un perfil muy solidario, ¿tu paso por la política tuvo que ver con eso? ¿con ayudar al otro?
-Sí, es que yo la viví, a mí no tiene que venir nadie a contármela, yo sé lo que es tener hambre; yo las pasé. Y eso no me lo olvido más. Ahora me voy a presentar como intendente para ayudar a la gente.
-Hay un dicho que dice que “nadie es profeta en su tierra”, ¿vos lo sentís así o todo lo contrario?
-Nadie es profeta en su tierra. Cuando me empezó a ir bien, primero me compré una casa, después otra y me criticaban por eso. Ahora vivo en Buenos Aires y me siento bien acá.
Y, con esa gracia que lo caracteriza, pronuncia “¿Qué hacés?” como “¿Qué ayeees?”. “¡Mirá, parezco porteño!”, me marca divertido sobre su imitación de la típica tonada rioplatense. Roña dice que vive a gusto en Temperley, zona sur del conurbano bonaerense, lugar que eligió para vivir tras comenzar su relación con su actual pareja, Yanina Sosa. Sobre este vínculo afirma: “Ya estamos juntos hace 14 años; por ahí tenemos peleas como cualquier pareja, pero ella es mi compañera, ella tiene sus hijos, yo los míos, pero estamos bien”.
-¿Algunos de tus hijos sigue tus pasos a nivel deportivo?
–Nehuen, por ahí, pero es vago. Él es manoplero, pero de manera profesional no lo hace. Tengo buena relación con mis hijos ya están grandes, y soy abuelo también.
“Locomotora” Castro -que adquirió este sobrenombre por un periodista- de pequeño tuvo que trasladarse a Catamarca a vivir con su padre y ahí padeció, además de hambre, el maltrato de su abuelo paterno que lo llevó a regresar a su ciudad natal con su madre, Mirta, quién hace solo unos meses falleció. Con sentidas palabras la recordó y aseguró que “fue un pilar” en su vida.
-No hace mucho tiempo que despediste a tu madre…
-Sí, mi vieja fue mi pilar. Hace poco la despedí, pero la recuerdo, ella siempre se preocupaba por mí. Me llamaba y me preguntaba cómo estaba. Porque tengo diabetes, aunque estoy flaco y me siento bien. Ella se preocupaba como toda madre. (Al decir esto, el boxeador se pausa y denota una sentida emoción).
En su adolescencia, el Roña fue lustrabotas y canillita, entre otros; pero fue en esa etapa cuando comenzó a boxear. Digno de una memoria admirable, recordó a sus primeros contrincantes que, en ese entonces, lo superaban aunque aseguró que “rápidamente los sobrepasó”.
-Si bien tus estadísticas son brillantes, hay un hito en tu carrera que fue la defensa del Título Mundial AMB en 1994 frente a John David Jackson. Venías muy golpeado, pero esa zurda repentina fue aniquiladora…
-Sí… el negro me estaba cagando a palos, pero me dieron un round más. En ese momento, me voy para atrás, tomo fuerza y con la zurda le doy en la mandíbula.
Si bien tuvo varios cruces importantes, esta hazaña quedó en el inconsciente colectivo de los argentinos. Sin dudas, es la victoria más recordada. Ese mismo año fue elegida como la pelea del año 1994 por la Revista “The Ring Magazine”.
Ese 10 de diciembre en tierra mexicana, tras 8 rounds de haber sido superado por el norteamericano y su rostro cubierto de sangre, a Castro sacó la “Mano de Dios” al estilo maradoniano y logró su revertirla por nocaut, una remontada que lo consagró y llevó a los más alto de su carrera profesional.
-Se habla de tu zurda como la zurda de Diego Armando Maradona, tu ídolo, ¿cómo viviste su muerte?
-Mal, muy mal, como todos los argentinos. Decidí no ir al velorio. Él siempre me decía que yo era el ídolo de doña Tota. Nos vimos en Italia también, compartimos lindos momentos.
-En tu carrera también estuviste ligado al espectáculo, te invitan a programas; de hecho, fuiste participante de realities y tenés un costado histriónico, ¿te divierte la televisión?
–Sí, yo estuve en muchos programas hasta fui a la cama con Moria (en referencia al programa que Moria Casán condujo a principios de los 90). Siempre me llaman para participar. Aunque, una vez dejé plantada a Mirtha Legrand.
En este momento recuerda su paso por el mundo del espectáculo con una sonrisa. 35 minutos de entrevista y en cada pregunta, una respuesta sincera. La simpleza de esta charla refleja su perfil espontáneo mientras habla.
-Mirando hacia atrás en tu carrera y tu vida, ¿quisieras cambiar algo?
-Lo único que quiero cambiar es que el negro (David Jackson) no me haya pegado tanto. (Y acompañó esta respuesta con una risa alegre).
*Estudiante de la carrera de Periodismo y Producción de contenidos a distancia.
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