Desde el bloque Unión por la Patria cumple su segundo mandato como Concejala en Vicente López. “Se incorporaron expresiones más reaccionarias, llevando el debate a discusiones en algún punto violentas”, comparte desde su posición en el municipio y frente al cambio de Gobierno.
Es licenciada en Ciencias Políticas, futura abogada y fue Directora Nacional de Juventud (DINAJU) durante el mandato de Cristina Fernández de Kirchner y estuvo a cargo del Parque Sanitario de Tecnópolis durante la pandemia por COVID-19. Además, es militante del espacio Ateneo Néstor Kirchner Vicente López.
“Se incorporaron expresiones más reaccionarias, llevando el debate a discusiones en algún punto violentas”, cuenta Laura Braiza en esta entrevista. Ella ocupa un lugar importante en cuestiones del desarrollo para mejorar la calidad de vida del municipio de Vicente López. Braiza lamenta que “el 90% de los expedientes” que presentan desde Unión por la Patria no se tratan porque en el Concejo se debaten por “quién es más mileísta”.
-¿Cómo viene actualmente el debate en el Concejo?
-Viene muy complejo, estamos en un momento en que desde el Presidente de la Nación se debate el sistema democrático, intentando romper la lógica de representación del pueblo, despreciando al Congreso de la Nación y eso impacta en los ámbitos locales de representación atravesando el contenido que se logra debatir en los Concejos Deliberantes.
-¿Cómo se debate con la derecha libertaria?
-Se incorporaron expresiones más reaccionarias, llevando el debate a discusiones en algún punto violentas. Tenemos el Concejo dividido en tres bloques: Unión por la Patria, Juntos por el Cambio (que tiene mayoría y decide los términos) y La Libertad Avanza. Entre ellos, pelean por quién es “más mileísta”. El 90% de los expedientes los presentamos desde Unión por la Patria y no se tratan, sin importar el tema.
-¿Qué sucede con el avance de la construcción sobre el río de Vicente López?
-Estiran las estructuras legales desde el Ejecutivo sin pasar por el Concejo Deliberante, modificando así la dinámica urbana del río. Reclamamos continuamente, pero está muy condicionado por las cuestiones que habilita la Municipalidad y las ordenanzas que se incumplen.
Lo empiezan a evaluar un poco más recién cuando la comunidad se involucra, hay vecinos muy comprometidos en la defensa del ambiente pero hay una gran apatía política. Inclusive, en el último tiempo nos hemos enterado de numerosos eventos privados realizados allí, poniendo en alquiler nuestra costa pública.
-¿De qué manera se puede lograr un acercamiento con la comunidad?
-Venimos debatiendo de qué manera involucrar a nuestra comunidad en los debates que nos atraviesan. Vicente López está al límite de Capital y los vecinos están más informados sobre lo que pasa en la Ciudad que en el Municipio. No hay medios locales, la información está intermediada y no tenemos el financiamiento que tiene Juntos por el Cambio. Ponemos un cartel en la calle y nos lo tapan. Pero esto no nos detiene, y construimos formas de contar la ciudad en la que queremos vivir.
Tenemos dos sedes de FinEs para que adultos terminen el secundario de manera gratuita y algunos están de acuerdo con la privatización de la Universidad. Con los docentes pensamos siempre en cómo generar más espacios de reflexión, hacer aulas abiertas en la calle para poder dar el debate. Buscar nuevas formas… la política debe ayudar a ordenar la vida.
-¿Cómo considerás que se encuentran actualmente las escuelas del Municipio?
-La infraestructura comunitaria la dejó “el Japonés” García. En los 12 años de Juntos por el Cambio sólo se abrió una escuela primaria en una zona de poder adquisitivo alto y rodeada de escuelas privadas. Fue en el marco de una excepción inmobiliaria por una cuestión legal: era condición construir una escuela para avanzar con las torres. La institución es de lujo, pero no responde a la demanda en esa zona.
Hay escuelas muy buenas pero sólo son para algunos, porque es casi imposible ingresar a las vacantes. Tenemos 64 escuelas provinciales y 29 municipales, y contamos con un fondo que paga la provincia destinado a ambas. Pero, el 86% del fondo se usa en las municipales y sólo el 14% en las provinciales.
Hay mucha desigualdad y somos un municipio con un presupuesto exorbitante. Si crece la demanda de jardines maternales, hay que hacer más.
-¿Cómo es tu relación con el Gobernador Axel Kicillof?
-En la pandemia tuve cercanía con Axel, él vino a recorrer el Parque Sanitario de Tecnópolis, dónde yo estaba a cargo. Tiene una cantidad de información impresionante en su cabeza. La capacidad de gestión que tiene el Gobernador ha sido reconocida por los bonaerenses eligiendolo nuevamente, en un momento de crisis y con los recortes que le hace el Gobierno Nacional a la Provincia de Buenos Aires, él los viene amortiguando.
El Gobierno Nacional suspendió el FONID (Fondo Nacional de Incentivo Docente) y la quinta hora de clase. La intendenta dijo que se iba a hacer cargo de los pagos porque Kicillof lo suspendió, mientras que fue Milei. Hay mucha confusión.
Las obras están frenadas desde la Nación, y el Gobernador sigue buscando alternativas para poder resolverlo. Esa es la mayor característica de Axel: no se queda con el “no se puede”.
-¿Qué balance haces de las distintas gestiones en tu carrera?
-En la gestión desde el Estado se deja mucho pero se disfruta porque se pueden modificar las cosas. Se toman decisiones y podés cambiar la vida de la gente. Sin el Ministerio hubiera sido imposible. Alicia Kirchner dice que “la política social se hace desde el territorio y no desde el escritorio”. Acompañamos la construcción de casas en el Impenetrable Chaqueño, y eso fue un aprendizaje enorme. En la pandemia lo mismo, armar equipo en el marco del miedo, gente que venía caminando para aislarse y cuidar a otros. Mucho compromiso de los equipos y de la gente.
El legislativo es un poco más traumático porque uno intenta avanzar con propuestas que no logran llevarse adelante, pero uno busca la manera. La política es transformar la realidad, el “no” no es una categoría aceptada por los militantes.
-¿Recordás tu primer acercamiento a la militancia?
-Empecé mi militancia en la iglesia a los 13 años generando comunidad y acción para con otros. Mis viejos son militantes de los años 70, vengo de una casa politizada. Luego estudié Ciencias Políticas.
-¿Cómo llegás a Néstor Kirchner y Cristina? ¿Por qué ellos?
-Primero, me convocó Cristina desde lo intelectual. Cuando Néstor hizo el acto de la ESMA, mi papá no me dejó ir pero él fue y al volver me dijo que “tenía que escucharlo”. Néstor decía cosas que no decían otros políticos.
En ese entonces era la primera vez que votaba. Empecé a participar de convocatorias y fui a ayudar a la inundación de Tucumán. Mi compañero, Martín, también es militante y viene de la Patagonia. Me empezó a sumar y no me fui más.
Entendí que para cambiarle la vida a la gente es con el Estado. Encontré mi lugar en Desarrollo Social. Néstor vino a romper el status quo y nos invitó a soñar, desde ese lugar de incomodidad. Acompañado por Cristina.
-¿Llegaste a conocerlos?
-Sí, y me quedé sin palabras. Néstor era muy cariñoso con los pibes y las pibas. Y Cristina con una fuerza inquebrantable, es imponente. Alicia, también, muy trabajadora. Son esos equipos que armaron entre todos con mucha claridad de hacia dónde ir.
-¿Un mensaje para el pueblo argentino?
-Vengo pensando en la tristeza generalizada que produce el Gobierno de Milei intencionalmente. (Arturo) Jauretche decía que “los pueblos tristes no vencen” y yo creo que tenemos que volver a construir nuestra propia alegría y esa alegría es con otros y con otras. No hay forma de salir de la angustia a la que nos quieren llevar si no es de manera colectiva. Ya sabemos que funciona y que se puede vivir mejor. Nos tenemos que hacer cargo y volver a construir, ladrillo a ladrillo, el país que alguna vez vivimos y el que todavía nos falta.
*Estudiante de la carrera de Periodismo y Producción de contenidos a distancia.
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