La Directora de Acción Social en Villa Constitución, Santa Fe, habla sobre cómo es ser mujer en política y alerta: “Todavía faltan conquistar lugares para nosotras”.
“Siempre militante. Siempre, toda la vida. Por mi viejo. Por la gente que pasó por la política que me enseñó que no es el camino llegar y ocupar un cargo y olvidarse de la militancia”. Así se presenta Paola Rondán, ya que primero es militante política y social, después es especialista en campañas electorales y, por el momento, ahora trabaja como Directora de un área clave en el Municipio de Villa Constitución, Santa Fe, al sudeste de la provincia, pegada a la Provincia de Buenos Aires.
Por un lado, su pasión comenzó de muy chica ya que su papá era un “gran militante peronista”, por tanto, siguió sus pasos de grande en la política local. Pero, por otro lado, también le hizo honor a su lado materno numeroso y familiar: su mamá tiene 10 hermanos y tuvo tres hijos; y Rondán se casó con Leo y tiene a Victoria, Leonel y Benicio.
-Tenés una foto de 2015 con tu viejo, se están abrazando. Los dos se miran y están alegres, ¿qué recordás de él?
-La verdad que mi papá era una persona que creía mucho en la política y siempre nos decía que “la política utilizada bien podía resolver cualquier cosa y ayudar a mucha gente”. Entonces en varias oportunidades me expresaba que si en algún momento nosotros ocupábamos los cargos, que sea siempre para ayudar a la gente y no para un bien personal.
-En una oportunidad dijiste que “había pérdidas que te habían marcado” y que “convertiste el dolor en militancia, en solidaridad”, ¿podrías explicar esa frase?
-Sí, lo sigo sintiendo y expresando así. Tuve la pérdida de mis hermanos, mi abuela, mi tía, mi papá… personas muy importantes para mí. Desde el cielo me incentivan para poder continuar con mis sueños. Por ellos también sigo viviendo.
Creo que canalicé el dolor, este dolor que tengo, ayudando a la gente, porque entendí que encerrandome a llorar no iba a cambiar lo que me estaba pasando. Todo lo que yo sentía me tenía que servir para algo. Mis dos hermanos se fueron muy jóvenes, y ambos me acompañaron siempre, eso me marcó.
-¿Cómo conjugás la maternidad, tu familia, tus amistades, tus afectos; con tu función social?
-Trato de cumplir el rol de mamá y estar lo que más puedo con mis hijos, pero también no dejo de compartir un momento con mis amigos y mi familia y tratar de pasar el tiempo que más pueda con todos ellos. La política me dio muchos amigos.
-Expresaste públicamente que tenés un “compañero de vida que te apoya mucho”. Como mujer empoderada, que toma decisiones, que va para adelante, que va al frente, ¿cómo es esa relación?
-Sí, pobre Leo -se ríe-. Creo que no es fácil tener una persona como yo a su lado. Él es mi pilar, es la persona que está todo el tiempo acompañándome, es la persona que sufre, que ríe, que está mal junto a mí. Es la persona que me escucha, que me sostiene y que entiende mis pasiones. Porque la política para mí es una pasión, entonces no es fácil.
Él me conoció así y nunca me quiso cambiar, siempre me bancó. Está todo el tiempo atrás mío, atrás de los chicos para que no nos falte nada. Sabe que su lugar es de acompañar y por eso nos elegimos.
-Sos una gran defensora del colectivo de mujeres y las personas LGBTIQ+ en la política, ¿creés que faltan abrir caminos?
-Faltan conquistar lugares que, para nosotras, las mujeres, no son fáciles. Queda un camino muy largo por recorrer. La política es machista. Pero, hay una generación que viene con un chip, el de aceptar los nuevos tiempos. Esta nueva generación piensa distinto, de otra forma. Hay que escuchar mucho a los jóvenes.
-Tenés hijos adolescentes, ¿te dijeron a quién iban a votar? ¿Qué pensás del voto joven?
-Mis hijos se criaron con total libertad. Tienen su pensamiento propio. Jamás les voy a imponer a quien tienen que votar. Ellos han recorrido los barrios conmigo. Saben bien que yo soy peronista. No los obligo a nada.
Pienso que hay que darle un espacio a los jóvenes para que se puedan expresar, pero que también han cometido un error por no haber pasado momentos difíciles como los que sufrimos nosotros en Argentina. Votaron a alguien sin conocerlo. Mucha gente la está pasando mal.
Creo que tienen que nutrirse y aprender sobre nuestro país. Pero hay que abrir lugares para que los jóvenes puedan expresarse. Escuchar a la juventud, acompañar a los jóvenes.
-Siempre hacés mucho hincapié en que “trabajás junto a los demás”. En un momento donde hay mucho individualismo, ¿seguís apostando en los equipos de trabajo?
-Obviamente, creo mucho. Es fundamental. La única manera de proyectar y trabajar es esa. De esta manera es más fácil. Cada cual, cumpliendo un rol, confío mucho. Trabajando con mis compañeros aprendemos uno del otro.
-Estamos atravesando un momento donde se quiere hacer desaparecer al Estado en Argentina. La presencia del Estado, ¿sí o no?
-Es importante que el Estado esté presente. El Estado le cambia la realidad a mucha gente en la salud, en la educación, en la ciencia, en la cultura, ¿cómo no vamos a creer en el Estado?
Me tocó ayudar a personas en momentos difíciles. Hemos acompañado a mucha gente en momentos críticos, como cuando un vecino fallece y se lo asiste con el sepelio social o mujeres que pasan por una enfermedad grave.
–Sin embargo, estás a días de dejar tu cargo como Directora de Acción Social. ¿Qué te llevó a tomar esa decisión?
-Creo que cumplí una etapa. Vine a hacer lo que dije siempre que es dejar lugares a otros compañeros y “trabajar sobre los egos”. Un día nos tenemos que correr para que vengan otras personas. Por eso una compañera, Victoria, va a ocupar mi lugar.
Además, necesito tener más tiempo con mi familia, con mis amigos, tener tiempo para mí. Nunca voy a dejar la política. Me corre por las venas. Es descansar y seguir armando y formando cuadros políticos.
-Por tus valores y trabajo en el Municipio te ofrecieron ser candidata…
-Si pero, por lo que creo de ceder espacios, quise que asumiera mi compañero “Cacho”. Él estaba preparado para ocupar una banca en el Concejo. Entonces apostamos, caminamos, nos subimos a ese sueño de todos.
Yo estaba para armar el equipo, creo en esa idea de “cada cual en su lugar”. A mi me gusta mucho mucho más el armado de la campaña. Armamos entonces la estrategia confiando en que la gente nos iba a acompañar. Sentíamos el cariño de la gente en esa decisión y ahí nos dimos cuenta del trabajo que veníamos haciendo como militantes tenía sus frutos.
-¿Cómo te definirías? ¿Sos funcionaria o militante?
-Siempre militante. Siempre, toda la vida. Por mi viejo. Por la gente que pasó por la política que me enseñó que no es el camino llegar y ocupar un cargo y olvidarse de la militancia. Criticamos a algunos de la política porque no nos dejaban participar y nosotros cambiamos esas formas. Todo el tiempo militante.
*Estudiante de la carrera de Periodismo y Producción de contenidos a distancia.
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