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Paz Cano: “La creatividad: un juego total”


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Junto a su pareja fundaron en Mar del Plata el estudio Cano Rolón desde donde diseñan muebles que, por sus diseños, fueron galardonados en varios países y en Argentina. Su silla Rambla es su producto estrella y un homenaje a la ciudad costera.


En sus proyectos de mobiliario explota al máximo las posibilidades de los materiales trabajando cuidadosamente los detalles y la terminación logrando objetos con carácter propio que trascienden el entorno. 

La silla Rambla es una demostración de esto: fue seleccionada por el Fondo Nacional de las Artes ya que rinde homenaje a la tradicional silla Mar del Plata conjugando la relación con la ciudad y la historia familiar de la diseñadora industrial.

Los antecesores de Paz Cano llevaron adelante la legendaria y emblemática canastería “La obrera” donde producían más de 6.000 sillas Mar del Plata al año. Estas sillas se volvieron objeto de culto con fuerte raíz identitaria por ser confeccionadas por el modesto material, sostenible, maleable y natural que es el mimbre. Hoy es patrimonio histórico, simbólico, social, artístico y cultural desde el 4 de junio de 2009. 

Ella, bisnieta de aquel famoso mimbrero que pasaba horas en su taller confeccionando la silla que alcanzaría el rol de representar una ciudad de Buenos Aires, se deja llevar por la creatividad permitiéndose honrar su influencia con un nuevo diseño y con futuros proyectos que materializan ideas a través de múltiples formas y elementos. 

Paz se graduó de diseñadora industrial de la Universidad Nacional de Mar del Plata y, junto a su pareja Santiago Rolón, fundaron el estudio Cano Rolón donde realizan productos de uso diario pero con carácter propio. Sus creaciones de mueblería recorrieron las principales ferias de diseño en Milán, Londres, Nueva York, París, Roma, Guadalajara, entre otros países. 

Así mismo, sus diseños han sido galardonados con el Sello de Buen Diseño en 2018, 2019, 2020 y 2023 por el Ministerio de Producción de la Nación, el Premio MAD en 2016 por el Museo de Arte Decorativo, Premio Roma Design Lab, Premio Diseño Sustentable Feria Puro Diseño, entre otros.

-Nieta de Miguel, bisnieta de Reynaldo, ¿qué representa esta historia en la Paz de hoy? 

-¡Un montón! Cuando elegí la carrera no fui consciente de eso porque arranqué queriendo hacer diseño de indumentaria. En el primer año, que es un ciclo común, me llamó mucho la atención que chicos más avanzados estaban diseñando barcos. Sentí que era un desafío y así fui por diseño de productos.

-¿Y más atrás en el tiempo? ¿Dónde fue tu infancia?

-Muy loco… porque mi infancia fue acá en el bosque donde hoy tenemos nuestro Estudio. De hecho, mi viejo trabajó con mi abuelo en su momento y también tuvo una infancia en el bosque, que era muy distinta en su momento. El patio de la casa eran manzanas enteras. Él hoy es arquitecto pero, por ejemplo, hace tallas en madera para mi abuelo. En un momento también hizo muebles en madera. 

-¿Sentís que estar rodeada de naturaleza marcó tu camino hacia el diseño? 

-Creo que sí. Tuve una infancia muy imaginativa donde la creatividad estaba muy fuerte, muy presente y fue derivando por ahí. Con mis hermanos hacíamos desde vasijas con arcilla hasta cortinas con cocos. Estaba todo el tiempo presente esa cosa de jugar y hacer. La creatividad era muy importante.

-Y, ahora, siendo adulta, ¿cómo vivís la creatividad? ¿Qué representa para vos hoy?

-Es difícil. Hoy la creatividad está bastante más estructurada. Hay muchos proyectos que tengo pendientes que son más intuitivos y que representan una suerte de necesidad mía de exploración, pero en el Estudio no estamos teniendo tanto lugar para esos proyectos. Sé que en algún momento lo van a tener. 

-Y si pudieras elegir hacerlo, ¿qué sería la creatividad en tus proyectos?

-¿La creatividad? ¡Un juego total!

-En la actualidad como diseñadora, ¿cómo obtenés tus ideas? ¿Qué sentís que te inspira?

-Hoy nos está inspirando mucho la ciudad de Mar del Plata, haciendo foco en lo que nos rodea y es un diferencial. Sentimos que hay arte en la ciudad. Creo que te cambia vivir en una ciudad con mar. Ahora estamos trabajando con lámparas y el proyecto se llama “Acantilados”.

-Inmersa en el proceso creativo ¿cuándo cobran relevancia las formas y los materiales?

-Es como un ida y vuelta. Nosotros trabajamos mucho desde el boceto en papel y de ahí vamos después llevando a cabo el proyecto. Es ahí cuando empiezan a aparecer los materiales. Al que recurrimos más es al metal, ya que nos sentimos muy cómodos con él y lo podemos trabajar muy bien. 

-¿Lo catalogarías como un condicionante al metal? 

-No, porque tratamos de seguir exigiéndolo. Sucede que, cuando jugaste tanto con un material, podés ir corriendo los límites.

-Y, con el mimbre, ¿cómo te sentís? ¿Te conecta con algo? 

-El mimbre para mí es historia, viene con la historia de mi familia. En un momento quise aprender cestería. De hecho mi tío da clases porque sigue tejiendo. Pero soy muy ansiosa y es algo que lleva mucho proceso. Lo que más me gusta es el tejido de la textura y esto es algo que quiero abordar en algún momento. Por ahí no desde el mismo material pero tal vez desde otro lado.

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-¿Qué significa para vos la ciudad de Mar del Plata? 

-Creo que lo veré con el tiempo. Me sucede a mí y también a Santiago que seguimos eligiendo a esta ciudad para vivir. Habiendo tenido la posibilidad de viajar bastante y recorrer mucho… seguir eligiendo este lugar para vivir, ¡me encanta! 

Destaco la cantidad de kilómetros de costa que tiene y, a pesar de eso, sigue siendo una ciudad chica si la comparás con Buenos Aires.

-¿Cómo es vivir del diseño en Mar del Plata?

-Es difícil. Nosotros hicimos un cambio en la pandemia. Antes, el público marplatense no era tan receptivo al tipo de diseño que planteamos. Estábamos mirando Buenos Aires y al resto del país, pero sobre todo la city. Y, con la pandemia, quisimos empezar a mirar un poco más a la ciudad nuestra y creo que fue un cambio súper positivo. Si bien seguimos vendiendo nuestros muebles fuera de Mar del Plata, empezamos a trabajar más con arquitectos e interioristas de acá.

-Santiago y vos tienen este proyecto laboral juntos además del personal, ¿cómo hacen? 

-Es complejo pero a la vez creo que también es bastante divertido porque con los años vamos sabiendo cuál es el fuerte de cada uno. Entonces nos dividimos: por ejemplo, de clientes me encargo más yo y de proveedores se encarga más él. 

Hemos aprendido con los años que los productos que funcionan son los que están entre las ideas de los dos. Si bien tenemos cada uno distintas formas de proyectar, ese punto medio es el que sabemos que es donde el proyecto funciona. 

-Respecto de la silla Rambla, ¿en qué momento se despertó esta epifanía de reversionar la silla Mar del Plata

-En realidad, la idea fue de Santi. A nosotros nos había quedado como un pendiente. Previo a hacer estudio Cano Rolón y a desarrollar mobiliario veníamos haciendo luminarias. Trabajando con materiales reutilizados que nos daban. En ese momento, mi abuelo vivía. Y, como siguió trabajando el mimbre hasta último momento, teníamos la idea de tejer lámparas. Pero quedó trunco ese proyecto cuando él fallece. Fue así como empezamos a hacer muebles.

-¿En qué se conecta y en que no con la silla Mar del Plata

-Me parece que es una muy buena síntesis. La representa y, a su vez, se corre y no compite. De hecho, nosotros acá tenemos sillas de mimbre y es un objeto que me encanta. Nunca fue la idea competir. Me parece que quedó como un producto que representa un lindo homenaje.

-¿Contaron con apoyo en el desarrollo del proyecto? 

-Sí. Nos acompañó el Fondo Nacional de las Artes que hacen como una curaduría para proyectos. Ganamos un premio con el que nos financiaron parte de la producción de la silla. 

-¿Hubo presentación?

-Teníamos todo para lanzarla. Habíamos hablado con el Museo Mar que nos iba a ceder el espacio para que la presentación sea ahí pero cerró por la pandemia. Por lo que la presentación que íbamos a hacer ahí, que nos parecía un marco espectacular, se interrumpió.

A nosotros nos gusta, cuando hacemos un objeto, que el marco de la presentación permita que la gente pueda ir a ver el objeto, tocarlo, probarlo. Con esta silla, toda la fotografía que se ve la habíamos sacado en febrero de 2020 muy temprano para no encontrar gente pero sí contar con un clima agradable.  

Entonces, había que decidir si esperábamos o no. No sabíamos nada. Y creo que fue un acierto decidir lanzarla digitalmente. Si bien no esperábamos tan buen resultado. 

-¿Te sentís conforme con el camino recorrido por el proyecto Rambla? 

-Si, recontra. Creo que tuvo un lindo reconocimiento. Y se vio al formar parte el año pasado de la muestra del Malba donde se contaba la historia del país de manera objetual. 

Este año, con los 150 años de Mar del Plata, quedó en claro ese sentido de pertenencia. Hoy hablo con mi abuela que aún vive y sigue en esta ciudad; y todavía me sorprende ver cómo entre los de esa generación se conocen todos. Por ejemplo, tengo fotos de la canastería La Obrera con el camioncito de Cabrales porque eran amigos.

-¿Te acompañó tu abuela en el proyecto? 

-¡Un montón! Fue la primera persona a la que le mostramos la silla, incluso antes de que fuera a prototipo. Para mí, fue muy fuerte hacer este proyecto. En cierta forma tenía la responsabilidad de competir con un elemento que es un ícono a nivel local y que tiene tanta carga familiar.

El hecho de identificar a la silla Mar del Plata con el mimbre y realizar la silla Rambla en metal nos corría. En ese momento pensaba que su opinión iba a ser muy importante y cuando se la mostré, ¡le encantó! 

Tengo la suerte de tenerla y cuando uno es mayor y tiene un abuelo puede tener otro vínculo. Desde un lado diferente. Además, ella sigue de cerca nuestro camino como Estudio. 

-¿Objetivos a futuro para este producto?

-Y… la silla es un producto que va a ser difícil de superar desde el Estudio; partiendo del hecho de que hoy representa un ícono nuestro

-¿Están desarrollando otros proyectos? 

-Estamos trabajando en lámparas que tienen más tecnología y un fuerte desarrollo. Abriendo nuevos canales de comercialización. Y también apuntando a dar un salto que es la idea que tenemos siempre que sacamos un producto nuevo. Ir superándonos nosotros mismos. 


*Estudiante de la carrera de Periodismo y Producción de contenidos a distancia.

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