Hace dos años, el Río Areco despertó teñido de un verde intenso pero el pueblo de la provincia de Buenos Aires tiene este y otros tipos de problemas desde hace más de tres décadas. Un río que supo ser tesoro nacional y ahora es el lugar donde desembocan desechos peligrosos. ¿Cómo llegaron a esto?
El Río Areco supo ser un tesoro natural cuyas aguas atraían a locales y turistas por igual. Esta fuente de vida y disfrute perdió su pureza y tranquilidad convirtiéndose un símbolo de la violencia ambiental que lo devastó.
Los días en que sus aguas podían descansar en calma quedaron en el tiempo ya que hace 30 años es el destino final de desechos peligrosos, vertedero silencioso de residuos. Y, lentamente, dejó de ser un recurso natural cuidado y valorado, y sucumbió ante la contaminación y el abandono.
Su agonía, ignorada durante tanto tiempo, culminó en una degradación que podría ser irreversible. La indiferencia y la falta de atención contribuyeron a su deterioro. Y un día, ¡el río se pudrió de estar podrido!
Un verde poco saludable en Areco que alertó a científicos
Tras la Navidad de 2022, el Río Areco despertó teñido de un verde intenso. Este evento impulsó el arribo de un equipo de ecotoxicología que se desempeña en el Instituto de Ingeniería Ambiental de la Universidad de San Martín (UNSAM) y en CONICET, liderado por la Dra. Carolina Aronzón quienes comenzaron a analizar la calidad del agua en 2023.
Este estudio que cuenta con cuatro etapas busca arrojar luz sobre la situación del río y guiar las acciones necesarias para su recuperación. Los resultados de la segunda etapa de estos estudios revelaron una cruda realidad: la calidad del agua es mala y marginal.
En el primer informe de las muestras del Río Areco (realizado en marzo de 2023) se detectaron 25 plaguicidas diferentes, 16 tipos presentes solo en la zona del Puente Viejo. La Asamblea Socioambiental S.A.D.A. unió fuerzas con investigadores del CONICET, UNSAM y vecinos que comenzaron a trabajar codo a codo con Aronzón recolectando muestras e intentando dar a conocer los resultados a la comunidad.
La segunda etapa del informe se realizó en noviembre de 2023 y arrojó resultados aún más graves. En total se hallaron 29 plaguicidas diferentes y la presencia de metales cuyos niveles exceden los límites permitidos en todos lo puntos analizados.
Nahuel Pallitto, investigador del CONICET explicó que algunos metales, como el cromo y el manganeso, provienen de fertilizantes y pesticidas utilizados en actividades humanas. “En toda la cuenca del río se registra una baja concentración de oxígeno, niveles insuficientes para mantener la vida acuática y humana. Está ingresando al río materia orgánica por fertilizantes, descargas industriales no tratadas y efluentes cloacales”, declaró.
Eso que la política no supo poner en agenda
Desde los 90, algunos pocos -como es el caso del ingeniero Roberto Fernández– advirtieron sobre la contaminación realizando muestreos que el Gobierno municipal desestimó. “Yo llevé las muestras al Municipio. Tenían todo, pero no le daban importancia. Hablo del año 95, por ejemplo”, dijo y subrayó: “Yo no creo que ellos (los dirigentes) tomaran agua de la canilla”.
Entonces apareció Francisco Ratto, ingeniero agrónomo y doctor en Ciencias Agropecuarias, que llegó a la intendencia de Areco en 2019 por Juntos por el Cambio y fue reelecto en 2023. A cuatro años de su asunción impulsó la continuación del Comité de Cuenca, la cual aún preside.
En abril de este año recibió de manos de la S.A.D.A. y CONICET los resultados sobre el río y se solicitó una reunión urgente. Sin embargo, fueron recibidos un mes después; y el mandatario no asistió al encuentro. Sino que fue representado por Celina Pérez Adamo y Flavia Maciel, funcionarias de Desarrollo y Producción y de Ambiente respectivamente quienes ofrecieron declaraciones con una incomodidad palpable.
Peréz Adamo reconoció la gravedad de la contaminación del río deslizando que “se está cerca a un punto de no retorno en cuanto a su salud ambiental”. Pero hizo hincapié en la dificultad de intervenir, argumentando que “imponer cambios a los productores no es una opción viable”. “Si no se hace algo río arriba, el problema lo tenemos igual porque lo que tiren allá viaja por el río hasta nuestro pueblo”, añadió la funcionaria.
Desde la Asamblea se planteó la necesidad de trabajar en áreas suburbanas susceptibles de fumigación y proponer a los productores un área mayor de distancia en cuanto a la producción convencional y con propuestas de cultivo agroecológico. “No hay empleados que estén dispuestas a trabajar en esto”, opinó Pérez Adamo. Además, se adelantó a las funcionarias que los informes del agua se harán públicos.
“Maciel sugirió que se realice de modo gráfico, que no se ahonde mucho en datos específicos por la posible repercusión de los datos en la población”, aseguró Ernestina Peralta, miembro del grupo ambientalista y enfatizó que “se notó cierta reticencia a asociar los datos de contaminación con el área de la salud, como si solo se tratara de una problemática productiva y económica”. “Se llegó a insinuar una cierta visión idealista por parte de la asamblea”, agregó. Finalmente, después de la insistencia de la comunidad, se solicitó al Gobierno provincial reanudar obras hídricas cruciales.
¿Cuál es la conclusión tras la reunión con la Asamblea Socioambiental y CONICET para buscar soluciones concretas ante la contaminación del río?
-Maciel: Nos comentaron la preocupación de las consecuencias sociales y ambientales de las prácticas productivas que se realizan en nuestro territorio. Yo estaba al tanto de los informes que realizan.
-Pérez Adamo: Esos informes no sirven como testimonio, los defino como “una foto”. No tienen el peso de estudio sostenido.
¿Da la impresión de que el Municipio se siente impotente, como si las soluciones estuvieran fuera de su alcance?
-Pérez Adamo: La Asamblea dio ejemplos de cómo desde otros Municipios los Poderes Ejecutivos realizan un montón de acciones, algunas muy sencillas y con bajos costos como la Guía de Agroecología para Municipios y Renama. En Vagues hubo un intento de hacer una huerta con la Cooperativa 27 de Octubre pero no funcionó. Los empleados municipales no quieren trabajar en eso.
El día que el Río tapó medio pueblo y destapó una cruda realidad
En marzo de este año, San Antonio de Areco quedó otra vez bajo el agua. Los barrios más afectados fueron Amespil, Canuglio, Los Horneros, Don Pancho y zona de la ribera. El agua llegó hasta el Hospital Zerboni. Allí una mujer dio a luz dentro de su auto porque no pudieron ingresarla de manera segura.
Algunas familias soportaron hasta 50 centímetros de agua dentro de sus casas. Se tuvo acceso a duros testimonios de personas que no tuvieron otra forma de salir de su vivienda más que metiéndose al río. “Me picaron las piernas por días, tengo todavía unas marcas que no sé que son. Vas al médico y no te dicen nada o lo hacen en voz baja como el caso de un nene de 9 años que se resbaló, tragó agua y lo internaron con suero por una gastroenteritis pero a la madre le dijeron la posta en el oído. El nene estaba intoxicado con agua de río”, contó una vecina del barrio Amespil.
“Hace 40 años que me inundo. ¿Vos creés que algún día vamos a tener las Retenciones Río Arriba que necesitamos? No, yo creo que no. Porque acá maneja todo la plata y los chacareros poderosos. A mí, la verdad, me ganaron”, comentó indignado Jorge Sánchez, vecino inundado y activista ambiental.
En esta misma línea, Pallitto que también reside en Areco, es biólogo, tiene un doctorado en Filosofía y en CONICET trabaja como investigador en Filosofía de Biología remató: “No somos los hippies verdes que queremos joder, este sistema de producción no da para más”.
*Estudiante de la carrera de Periodismo y Producción de contenidos a distancia.
Además en ETER DIGITAL:
La inauguración del Centro Cultural “Viviana Vigil” mantiene viva la cultura arequera
Piedra Clavada: piedra milenaria de Santa Cruz
Agregar comentario