La placentofagia se dio a conocer por varias celebrities, pero hoy son muchas las embarazadas que deciden consumir placenta. ¿Qué dicen los estudios científicos acerca de esta práctica?
El 4 de marzo de 2018 en el Hospital Materno Infantil de la ciudad de Mar del Plata, nacieron los mellizos Luca y Renata. Su abuela esperaba fuera de la sala de parto con una conservadora en mano para recibir sus placentas que días después, Soledad, la madre de los bebés, tomaría cruda en forma de licuado junto con frutos rojos. Para ella, esa bebida fue “una bomba de energía”.
La “placentofagia” es la conducta de comer placenta que es el órgano que se desarrolla en el útero durante el embarazo. Su función es suministrar oxígeno y nutrientes al bebé. La placenta está conectada al bebé por medio del cordón umbilical. Esta práctica poco instaurada en la sociedad por el tabú en el que está envuelto, despierta discusiones cada vez que una personalidad reconocida realiza la misma.
La placenta cruda es ingerida por la madre y luego de su transformación ya sea en cápsulas, shampoo o cremas es consumida por toda la familia. El actor Tom Cruise fue uno de los primeros en dar a conocer esta práctica. “Me voy a comer la placenta. Pensé que sería muy nutritivo”, comentó el actor durante una entrevista con la Revista GQ en el 2006. Aunque luego de la polémica que se armó, desmintió su dicho.
Luego, siguieron la modelo y empresaria Kim Kardashian que en sus redes sociales mostró un frasquito etiqueta rosa que decía: “Kim, tu increíble placenta” y en interior se podían ver las cápsulas de su placenta. Además, realizó un video. En Argentina, la actriz Juana Repetto y la periodista Agustina Kampfer también decidieron hacer cápsulas. Los cantantes, Evaluna Montaner y Camilo Echeverry fueron los últimos famosos en contar que hicieron esta práctica. “A mi esposa le encapsularon la placenta y se la comió”, dijo Camilo durante una entrevista con el programa español “La resistencia”.
Según la Ley de parto humanizado de nuestro país promulgada el 17 de septiembre de 2004, se establece que las familias se pueden apropiar de la placenta sin contraindicación alguna al menos que deba ser sometida a un estudio de laboratorio. “Hay más familias de las que pensamos que recurren a este método”, confirmó Laura Fitch, doula que aconseja, ayuda y acompaña a las embarazadas durante los nueve meses y post parto.
Ella, que también es instrumentadora quirúrgica, contó que después del parto pierde el contacto con las madres, entonces hace cuatro años decidió ser doula para seguir acompañando a las familias. Fitch entonces, para trabajar, se basa en la tesis doctoral “Influencia en la reincorporación oral (rop) autóloga tras el parto, en la evolución bioquímica sanguínea y láctea” publicada en noviembre de 2015 por la Universidad de Las Palmas de Gran Canarias, España.
En este documento español se explica el proceso de esterilización, preservación de la placenta post parto; y también cómo deshidratarla, realiza alquimia placentaria, práctica que se encarga de preservar la placenta. No obstante, la doula explicó que cualquier persona puede llevar a cabo esta técnica. “Todavía no está regulado por ninguna entidad médica ni científica. Pero, claramente, se deben tener en cuenta cuestiones higiénicas”, expresó.
La profesional comentó que las mamás que tienen enfermedades como sífilis y sida, aunque hayan tenido tratamiento durante el embarazo no pueden utilizar la placenta porque puede ser perjudicial para la salud de la familia al momento de consumirla. Y, de la misma manera, para ella aunque utilice “delantal, barbijo y material descartable para manipularla sigue teniendo residuos nocivos”. “Aunque todo esto aún no está comprobado científicamente”, destacó.
“Cada vez que tomo una pastilla siento una inyección de energía y me siento saludable y bien”, contó Kardashian en sus redes sociales. Mientras que Repetto compartió en el programa PH por Telefe: “Nada tiene más power que la placenta porque tiene vitaminas y hierro. Además, ayuda con la depresión post parto y la lactancia”.
¿Qué se puede hacer con la placenta?
Fitch explicó cómo es el proceso hasta que la placenta llega a “su laboratorio casero” para hacer cápsulas, shampoo, cremas e impresiones para cuadros. Luego que se produce el alumbramiento -que es el tiempo que transcurre desde que nace un bebé hasta que la placenta es expulsada de la madre-, a ésta se coloca en una bolsa de anatomía patológica que prevé el sanatorio y se guarda en una conservadora de telgopor con hielo o frío pack.
“Por lo general, siempre hay un familiar esperando y ese es quién me entrega la conservadora”, compartió sobre el proceso de conservación de la materia prima. También añadió que es importante que se de el retiro dentro de las primeras tres horas para poder realizar la impresión. Esta “impresión” de la que habla la doula se basa en acomodarla “lo más linda posible” dibujando un árbol que simboliza “el árbol de vida”, sobre un papel de alto gramaje para que absorba la sangre que todavía contiene y luego se encuadra.
“La placenta se corta en pequeños pedacitos y se coloca en un deshidratador, el mismo que se utiliza para secar frutas que son de industria casera y después se mixea varias veces hasta que se convierte en polvo”, explicó la especialista en preparados de placenta en nuestro país.
Posteriormente, se procede a rellenar con ese polvo cápsulas de gelatina presentadas en frascos color ámbar y cada uno contiene alrededor de cincuenta unidades. Estas cápsulas no tiene un prospecto, sino que la paciente la ingiere cuando cree necesario ya sea para combatir la depresión post parto, mejorar la lactancia o algún tipo de dolencia como el dolor de cuerpo.
Fitch, además de preparados para ingesta, hace jabones que se utilizan para el cuerpo y las manos. En su laboratorio que tiene en su casa mezcla glicerina hipoalergénica con el polvo de la placenta y le da forma de “piecitos”. Este producto de uso diario lo entrega con fragancias a lavanda y bambú. El mismo procedimiento llevan las cremas de vitamina E y shampoo neutro que sirve para la caída del cabello.
Paralelamente, se utiliza la membrana que recubre la placenta también disecada para realizar parches de amnio que cumple la misma función que una “curita “. En este caso, se humedece la materia prima con agua, se coloca en la herida y finalmente se descarta. “Una mamá sufrió una quemadura, usó el parche y no le quedó cicatriz”, comentó Fitch.
Lucia Dusio, una paciente de Laura, afirmó que “gracias a los jabones mejoró la dermatitis de su hija”. Mientras que otra paciente, Natalia Zurita, confirmó que las cápsulas “le dieron energía y la ayudaron en la etapa del puerperio”. En contraposición, la investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas (CONICET) Alicia Damiano sostiene que la placentofagia es “potencialmente dañina, principalmente por los virus y bacterias que no se eliminan correctamente durante el procesamiento de la placenta”.
¿Consumo de placenta si o no?
El artículo “Placentofagia entre las mujeres que planean partos en comunidad en los Estados Unidos: frecuencia, justificación y resultados neonatales asociados” publicado por la revista Birth issues in perinatal care en diciembre de 2018 comparó los resultados neonatales (hospitalización, ingreso en la unidad intensiva neonatal o muerte neonatal en las primeras seis semanas) entre los consumidores y no consumidores de placenta. También se comparó los resultados de los participantes que consumieron placenta cruda frente a los que consumieron placenta cocida.
Asimismo, los investigadores quisieron saber si la condición de la placenta cambiaba en algún resultado beneficiario diferente para la salud, pero llegaron a la conclusión que “cruda o cocinada no tiene resultados neonatales adversos, pero aún no hay certeza que el consumo de la misma en cualquiera de sus variantes garantice alguna posibilidad de prevenir la depresión post parto”. Del estudio se supo que el 73,1% de las mujeres consumió placenta para prevenir la depresión post parto.
Por otro lado, existe la investigación Efectos de la placentofagia materna humana en el estado de hierro posparto materno: un estudio piloto aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo publicada por la revista Journal of Midwifery & Women’s Health, del Colegio Americano de Enfermeras-Parteras en febrero de 2017 en el que se compararon las concentraciones de hierro en mujeres sanas que tuvieron embarazos sin complicaciones y consumieron la placenta encapsulada y en quienes consumieron placebo de carne vacuno.
Se evaluó el estado de hierro a través de muestras sanguíneas extraídas en cuatro momentos: la semana 36 de embarazo, dentro de las 96 horas luego del parto, entre los días cinco y siete de posparto y durante la semana tres de posparto. Los resultados arrojaron que las mujeres que tomaron las cápsulas de placenta tuvieron una concentración de hierro de 0,664, mientras que las que consumieron el placebo de carne de res obtuvieron una concentración de 0,93.
Según la conclusión de los investigadores, la suplementación con placenta encapsulada “no mejora significativamente ni perjudica el estado de hierro materno en la dieta durante el embarazo y la lactancia, en comparación con un placebo de carne de res”. Pero afirman estas investigaciones que el consumo de placenta no hace daño a la salud.
Por otro lado, la tesis “Influencia en la reincorporación oral (rop) autóloga tras el parto, en la evolución bioquímica sanguínea y láctea” de 2015 encuestó a 512 personas -el 85,40% mujeres y el 14,60% hombres- para preguntarles por sus experiencia al consumir placenta. 70 Mujeres afirmaron que consumieron su propia placenta en el parto y 57 respondieron sobre el sabor de la placenta:
- El 43,86% refirió percibir un sabor neutro.
- El 28,07% un sabor agradable.
- El 21,05% no supo definir el sabor.
- El 10% coincidió que la placenta tiene sabor salado.
- El 8,77% sabor dulce.
- El 5,26% noto sabor desagradable.
- El 1,75% como amargo.
- El 1,75% dijo que tiene gusto ácido.
En febrero de este año, el CONICET propuso ampliar el uso terapéutico de la membrana amniótica -que es el tejido que cubre la cara fetal de la placenta- para heridas complejas, procesos inflamatorios y problemas cardíacos. Están investigando los efectos cicatrizantes y antiinflamatorios de este tejido a partir de su aplicación en casos clínicos concretos.
“Nuestra investigación apunta a simplificar la aplicación de la membrana de la placenta para evitar procesos complejos como la cadena de frío y el ingreso al quirófano para la colocación y de esta manera crear otros formatos como apósitos, parches e insertos”, expresó Griselda Moreno, investigadora del CONICET en el Instituto de Estudios Inmunológicos y Fisiopatológicos.
La mayoría de los casos que llevan tratados lo realizaron con parches, apósitos e insertos de membrana amniótica a personas con patologías oculares o pie diabético, aunque también hay otras con quemaduras, úlceras por presión o escaras, y lastimaduras.
Por su parte, Alejandro Berra, investigador del CONICET en el Centro de Medicina Traslacional (CEMET, HEC), y director de Investigación, Desarrollo e Innovación del Centro de Membrana Amniótica (AMNIOSBMA), concluye: “Observamos resultados exitosos en los pacientes, teniendo en cuenta que en general son heridas que tenían indicación de amputación por no responder a los tratamientos convencionales, y que, de este modo, pudieron salvarse”.
*Estudiante de la carrera de Periodismo.
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