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SOCIEDAD

Violencia juvenil: la controversia sobre el papel de los videojuegos

El 50% de la población mundial es fanática de los juegos en línea, por tanto, ¿qué tan probable es que toda esta cantidad de personas se vuelva agresiva? Los expertos responsabilizan más a los padres que a los hábitos de juego.

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El 50% de la población mundial es fanática de los juegos en línea, por tanto, ¿qué tan probable es que toda esta cantidad de personas se vuelva agresiva? Los expertos responsabilizan más a los padres que a los hábitos de juego.


Lo cierto es que la idea de que los juegos vuelven a las personas agresivas es un pensamiento que lleva rondando en el imaginario colectivo desde hace varios años y, de hecho, cada vez que ocurre una tragedia en relación con infantes violentos o crímenes a gran escala realizados por chicos, la culpa tiende a recaer sobre los videojuegos.

10 de Enero del 2020, Tiroteo en el colegio Cervantes de Torreón, Coahuila, México, el Gobernador de ese entonces, Miguel Riquelme Solís, declaró que el perpetrador del suceso fue influenciado por un videojuego llamado “Natural Selection” dado a que usaba una remera de dicho juego durante el tiroteo. 

Tiroteos del Paso, Texas y Dayton, Ohio. En agosto del 2019 se registraron dos tiroteos en Estados Unidos, dos jóvenes de 21 y 24 dispararon de manera indiscriminada a civiles, uno en un Walmart en Texas y otro en una zona de bares en Ohio, respectivamente. A esto, el congresista de la Cámara de Representantes de Estados Unidos de ese entonces, Kevin McCarthy, señaló que los videojuegos eran en parte culpables de lo sucedido por “deshumanizar” a las personas.

En Abril de 1999, Dylan Klebold y Eric Harris asesinaron a 13 alumnos y maestros del Instituto Columbine, en Connecticut, Estados Unidos. Actualmente, el hecho es conocido como “La masacre de Columbine” y días después del hecho se dió a conocer por medio de reportes policiales y declaraciones de personas cercanas a los perpetradores que “los jóvenes eran fanáticos de un juego del género shooter(disparos) llamado ‘DOOM’. 

Es probable que a partir de este hecho, los anteriores y otros similares se haya implantado la idea de que “los videojuegos te hacen violento”. Si bien es cierto que creció el porcentaje de niños en los últimos años que juegan a los juegos en línea, no así creció la violencia por parte de ellos que los juegan.

Según estadísticas del 2022 recopiladas por Statista Research Company, el 43% de los niños de tres a cinco años juegan videojuegos, sólo en América Latina y en caso de menores de 18 años, el porcentaje aumenta al 71%. Y, a nivel global, 6 de cada 10 adolescentes, menores de 21 juegan videojuegos. 

Si hacemos cuentas sabemos que hay 8 mil millones de personas en el mundo y de estas 3 mil millones que juegan videojuegos, por lo que en cuestiones de estadísticas no es muy probable que casi el 50% de la población sean potenciales asesinos seriales.

¿Los juegos causan violencia o las personas violentas encuentran en los videojuegos un lugar donde desahogarse?

Para dar el hecho por zanjado, la respuesta es no, los videojuegos no causan violencia. De acuerdo a los investigadores de la Universidad de Oxford en su estudio “La participación violenta en videojuegos no está asociada con el comportamiento agresivo de los adolescentes: evidencia de un informe registrado” realizado en 2019, no existe ninguna relación entre el comportamiento agresivo de los adolescentes y el tiempo que pasan jugando videojuegos.

De hecho, el estudio realizado por el psicólogo Christopher J. Ferguson presenta un gráfico que explica que la cantidad de videojuegos, en específico violentos, sólo va creciendo a través de los años debido a la popularización del medio, entre otras cosas. Y, por otro lado, la violencia en los jóvenes sólo ha ido bajando con el pasar de los años.

Gráfico realizado por Christopher J. Ferguson, psicólogo estadounidense de la Universidad de Stetson (Florida). 

Se puede concluir entonces que los videojuegos no causan violencia porque podría ser hasta lógico en cierto modo que las personas agresivas disfruten de juegos violentos, de la misma forma que podrían disfrutar de deportes de contacto o de películas violentas.

En este sentido, Germán Beneditto, psicólogo especialista en tecnoadicciones y videojuegos, dice: “Si una persona tiene rasgos, características violentas, es más propenso a sentirse atraído a juegos violentos. No obstante, no significa que los videojuegos te vuelvan violento, eso es algo que uno ya tiene desde antes”. 

De la misma forma que personas más tranquilas encuentran su espacio en juegos más pacíficos y menos estresantes, no significa que los videojuegos creen individuos tranquilos, sino que esas personas encuentran su espacio en esos juegos.

Al respecto, el estudio “Grupos violentos en el deporte: análisis de la violencia en el deporte” de LISA Institute afirma que “a la gente violenta le gusta principalmente los deportes de contacto por encima de otros deportes” tales como el fútbol.

La entidad española de formación y certificación profesional de referencia a nivel internacional en materia de Seguridad, Inteligencia, Ciberseguridad, Relaciones Internacionales, Emergencias y Autoprotección, asegura que estos deportes “favorecen a la violencia deportiva, ya que facilita el aprendizaje de conductas violentas asociadas a éste en los espectadores” en comparación a los videojuegos. 

 Créditos: iStock.

Violencia normalizada en el mundo 

Hoy en día tenemos la violencia “muy normalizada” según datos de la UNICEF: casi el 50% de los niños justifican la violencia. Basta con encender el televisor para encontrarte con medios informativos hablando todo el día de casos violentos, asesinatos, robos, violaciones, entre otros.

Y no solo en las noticias, sino también en series, documentales y en el cine, siendo esta última la principal responsable de la normalización de la violencia. Sobre esto, Beneditto plantea: “Con la cantidad de películas de acción que hay, donde se ve algún tipo de violencia, si los videojuegos generaran violencia el cine generaría mucha más violencia percé”. Incluso en las redes sociales también, como es X (antes Twitter) que muestra todo tipo de imágenes sin filtros.

El rol de los padres 

Es por esto que, los especialistas concuerdan en que el rol de los padres quizás sea el más importante en el comportamiento de los niños frente a la sociedad. “Los padres deben saber de qué trata el juego, leer la información de la caja, las recomendaciones para las diferentes edades y añadir el conocimiento que cada quién tenga de sus hijos”, explicó Naxla Mina, líder de Marketing y Comunicación de XBOX para Latinoamérica.

En una conversación con el portal de noticias López-Dóriga Digital, Mina fue contundente y declaró que es importante que los padres acompañen. “La experiencia del juego nunca va a ser la misma los niños juegan solos, a que si juegan conectados o con su familia”, determinó.

Por su parte, Beneditto, psicólogo especialista en tecnoadicciones, alerta: “El rol de los padres sigue siendo el mismo: educar, criar, orientar, guiar a sus hijos. Los videojuegos son un medio y, por ende, los padres tienen que contemplar dentro del ámbito familiar cómo se inserta el uso de los videojuegos dentro de la vida cotidiana de sus hijos”. 

Imágen de portada de la nota “Padres: Guía para que disfruten de los videojuegos en familia y de manera segura” del portal Kaspersky.

“Su deber es no descuidar a sus hijos y el de entender un poco el cómo llevar adelante todas las actividades, incluyendo los videojuegos, para eso no significa que deban ser gamers pero sí, instruirse, orientarse o al menos preguntar en ese sentido”, opina el psicólogo.

En la misma línea, el sociólogo y escritor del libro “Los videojuegos como cultura”, Daniel Muriel, explica: “Todos tenemos una responsabilidad con estas tecnologías y con la forma en la que socializamos y enseñamos de estas”.  Los niños nacen en este contexto, en un mundo tecnificado y con gran aproximación a las herramientas virtuales como son  los smartphones, las plataformas de video y audio a demanda. 

En resumen, como reflexiona Muriel, desde muy pequeños los niños “ya están socializados con esa forma de actuar” y “lo tienen bastante asumido”. Y, por esto, los videojuegos ya son parte de la cultura, como opina Muriel.

Ilustración paródica sobre los videojuegos como arte.

Por un lado, el especialista determina que se entienden bajo el concepto de “cultura de forma restringida” como podemos entender algunos de los ámbitos de las artes (cine, teatro, música, literatura). “Realmente el videojuego quizás sea el último en llegar a este apartado, cada vez está más aceptado y menos puesto a cuestión”, amplía.

Al mismo tiempo, por otro lado, los videojuegos son cultura en un sentido antropológico, es decir, son como “todos esos elementos que influyen como sociedad y en la forma en la nos relacionamos, en la forma en la que vemos el mundo y cómo actuamos en él”. 

“En definitiva, son cultura en esa doblez de producto artístico y cultural. Creo que podemos entender al videojuego como uno de los elementos más cruciales de nuestro tiempo”, concluye Muriel.


*Estudiante de la carrera de Periodismo.

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SOCIEDAD

“La Catedral de Francisco”

Cientos de fieles dejaron sus oraciones y ofrendas en el templo que vio pasar a Jorge Bergoglio como cardenal primado de Buenos Aires. Cómo fue la despedida al “Papa de los pobres”.

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A esa hora en la que Plaza de Mayo se deja ganar por la noche y los autos iluminan junto al alumbrado público, las escalinatas de la Catedral Metropolitana se convirtieron en un altar urbano. Velas encendidas, otras ya derretidas; ramos de flores frescas apoyados sobre las columnas que tienen pegadas banderas argentinas y papales, rosarios, estampitas, camisetas de San Lorenzo y cartas escritos a mano. Sobre Rivadavia, un retrato en tiza del Papa decora el asfalto como si su figura emergiera desde ese suelo que alguna vez lo vio caminar.

Detrás de las cámaras de TV de los medios nacionales e internacionales, y de los vendedores de recuerdos sobre las escalinatas, hay un murmullo bajo que envuelve. Gente que reza, que conversa en voz baja o que simplemente está. Turistas, creyentes, algunos que no se identifican con ninguna fe. Todos llegaron allí por alguna razón. Edgardo y Jazmín, una pareja peruana que observa en la entrada de la Catedral, comenta que estaban de visita cuando sucedió la muerte del sumo pontífice. “Era muy humilde, incluso ahora, en su despedida. Esperamos que el próximo Papa siga su legado, pero sabemos que en nuestra vida no veremos otro latino”, dice ella.

Unos pasos adentro del templo, un perro callejero duerme justo debajo de la cartelera que anuncia las misas y ceremonias especiales a la ocasión. No estorba el paso. La gente lo rodea, lo mira e incluso le toman fotos como si también él formara parte de esta escena serena y devota.

Adentro, el ambiente se vuelve más íntimo. Los pisos de mármol y las paredes macizas contienen la emoción de quienes ingresan. Aquí ya no hay medios de comunicación ni vendedores ni ruidos molestos. Solo pasos lentos y un murmullo que acoge.

Al final del pasillo de la nave principal, a pocos metros del altar donde Bergogliocelebraba misas, un escritorio exhibe un libro abierto. La gente se acerca a firmarlo, a dejar un mensaje, una oración. Al lado hay un cartel escrito con letras simples: “Francisco. Recibir la vida como viene. Detrás, custodiado por cadetes de la Policía Federal vestidas de gala, un cuadro del Papa con su tradicional túnica blanca y su cruz plateada. Al costado, la mitra y el báculo que él utilizó cuando era cardenal primado de Buenos Aires. Todorodeado de coronas de flores blancas sobreel piso.

Frente a ese altar se detiene Daniel, un joven brasileño que también reflexionó con ETER Digital sobre los desafíos del porvenir: “Francisco fue un hombre del futuro que luchó por los que no tienen voz. No creo que haya otro como él. Quien lo suceda tiene una tarea inmensa: sostener un legado difícil de olvidar”.

Sentada sobre los viejos bancos de madera, una mujer llora hasta con el cuerpo. Se tapa la cara mientras a su lado un hombre la abraza y un niño mira sin entender demasiado. La imagen se repite varias vecesen otros bancos: la del duelo compartido en familia y entre generaciones.

A pocos metros, tres hombres se detienen frente al mausoleo de José de San Martín, que esta vez tiene menos protagonismo que de costumbre. Hoy todos los ojos y gestos parecen estar dirigidos a Francisco.

El reloj se acerca a las 20 cuando los policías que rondaban por los pasillos anuncian el cierre de la Catedral. Pero afuera el recuerdo sigue. Una señora mayor, de pelo corto rojizo y mirada vivaz, camina con paso seguro hacia un móvil de televisión: es conocida como “La Señora de los Velorios”. Pero esta vez no vino exclusivamente por eso. “Yo vine hoy por él. Era una persona muy humilde. En las misas de San Cayetano saludaba uno por uno sin importar la cantidad” de gente que hubiera, recuerda. Orgullosa de que haya sido argentino, Mari reivindica la relación del Papa con su Patria: “No me molestó que no volviera a Argentina. Su misión acá ya estaba cumplida”.

La Catedral Metropolitana, la Catedral del Papa, no parece estar triste sino más bien emocionada, como si supiera que Francisco no se irá del todo. Que lo que deja no cabe en una tumba sino en los gestos, palabras, luchas y convicciones que muchos fielestomarán como bandera. 

Desde la vereda hasta el altar, este lugar que alguna vez fue la casa de Bergoglio hoy vuelve a serlo. Por una noche al menos. O al menos por esta despedida, por la historia que empezó en estas baldosas donde ahora se vuelve a rezar por él.

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SOCIEDAD

Sabe la Tierra: comunidad, sostenibilidad y compromiso 

La feria que tiene como objetivo cuidar la tierra y generar un vínculo entre los pequeños productores y los consumidores “rescatando la relación humana más allá de la compra-venta” está por cumplir 15 años. Conocé cómo se originó el proyecto que tiene en la actualidad mercados semanales en la Ciudad, Vicente López y Necochea.

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La feria que tiene como objetivo cuidar la tierra y generar un vínculo entre los pequeños productores y los consumidores “rescatando la relación humana más allá de la compra-venta” está por cumplir 15 años. Conocé cómo se originó el proyecto que tiene en la actualidad mercados semanales en la Ciudad, Vicente López y Necochea.


Va cayendo el sol en el Parque Las Heras y la primavera se hace notar con su típica brisa de la última hora de la tarde. La esquina de French y Coronel Díaz es una postal de domingo: en el frente se alzan los puestos de la feria de consumo consciente más famosa de Buenos Aires, con sus toldos blancos y sus características mesas forradas de arpillera en las que se lee su emblema: “Sabe la Tierra”. 

De fondo, el atardecer. La calesita que completa el cuadro da sus vueltas finales despidiendo a los niños que ríen y juegan hasta el último minuto antes del cierre. Los feriantes siguen vendiendo. El ambiente huele a fruta, a inciensos, a la vainilla de los postres caseros que ofrece uno de los puestos. Cada sección tiene sus olores, sus colores y sus sabores, según los productos que ofrecen, y son tan intensos que parecen elaborados para que los consumidores puedan llevarse un pedacito de naturaleza a sus hogares citadinos.

Créditos: Gobierno de la Ciudad.

Seguramente cuando Angie Ferrazzini pensó este espacio que uniría a pequeños productores, emprendedores y artesanos para conectarlos con el público, no se imaginó que terminaría gestando toda una propuesta cultural que ofrecería desde mercados itinerantes que recorren la ciudad hasta talleres de cocina y horticultura. 

Hoy, quince años después, la creadora de esta organización cuenta que Sabe la Tierra recibe cada mes alrededor de cincuenta mil personas en los más de cincuenta mercados y festivales que se presentan en diferentes barrios y ciudades. “Somos un equipo de 30 personas que creemos en otra forma de producir y de consumir”, contaba en la Charla TED que presentó en Necochea en 2023.

Y agregó en esa presentación: “Se me ocurrió crear un mercado de productores donde se pudieran encontrar los productores con los consumidores, promover el bien común y generar lazos de confianza. Esta fue la idea inicial para el proyecto hace 20 años”.

Como suele suceder con los grandes soñadores que cambian realidades, Angie comenzó a vivir su sueño en su propio jardín: no contaba con el capital necesario para sostener una gran exposición en un centro de convenciones como habría querido por ese entonces, pero eso no la detuvo. Con el propósito firme y la visión clara, esta exponente de la cultura naturista convirtió su casa en el espacio que sostendría el puente entre las dos puntas del mercado sustentable: productores y consumidores. Hoy, ese mismo puente se extiende a lo largo de trece locaciones distribuidas por todo el país.

“Venimos porque nos gusta comprar productos orgánicos y porque nos encanta el ambiente de la feria”, dice Candela, una joven que pasea con su familia y se detiene en cada stand observando con atención los productos exhibidos. Como ella, muchos de los clientes que visitan el lugar son fieles a la filosofía de la organización, que tiene seguidores desde sus inicios, cuando solo podía encontrarse en su primera locación formal: la estación San Fernando del Tren de La Costa. Desde allí fue expandiéndose como lo hacen los fenómenos culturales cuando saben atender necesidades sociales.

Más de mil puestos de trabajo generados demuestran que Sabe la Tierra no es solo un modelo de consumo responsable, sino también de economía sustentable. Este mercado consciente abre sus puertas para que cualquier emprendedor pueda desarrollarse y ofrecer productos de calidad. Tal es el caso de Luisa, el talento detrás de los mejores tequeños de la zona, que cautivan paladares de todas las edades en la carpa de comida venezolana.

Créditos: Sabe la Tierra

Luisa recibe a las personas que se detienen en su mesa con una amabilidad especial, invitándolos a degustar un bocadito de empanadas típicas de su país. Con una sonrisa amplia acompaña el son caribeño que lleva en el habla. Cuenta que vive en Argentina hace cinco años y que forma parte de la feria hace tres; y que gracias a este espacio es capaz de mantener a su familia y que incluso pudo pagar un viaje de visita a su entrañable Caracas

“La feria nos cambió la vida. Estamos agradecidos por esta fuente de trabajo que nos permitió lograr la anhelada estabilidad económica”, afirma emocionada. Esta emprendedora, que supo sobreponerse a los embates de la expatriación e insertarse en el mercado laboral de nuestro país a través de su vocación en la cocina, es un ejemplo del impacto que tiene en los trabajadores este espacio de comercio justo y consciencia. Para esta comunidad, los valores agroecológicos y el compromiso fueron la clave del crecimiento.


*Estudiante de la carrera de Periodismo y Producción de contenidos a distancia.

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Cómo fue la toma de estudiantes en defensa de la UNTREF

En octubre del año pasado, luego de una resolución del Centro de Estudiantes de la universidad pública, se decidió hacer un plan de lucha en contra del hostigamiento a la comunidad universitaria y las políticas de desfinanciamiento del actual Gobierno.   

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En octubre del año pasado, luego de una resolución del Centro de Estudiantes de la universidad pública, se decidió hacer un plan de lucha en contra del hostigamiento a la comunidad universitaria y las políticas de desfinanciamiento del actual Gobierno.   


“Universidad tomada” advierte una bandera en la puerta de la Sede Lynch de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF). Son las ocho de la noche de un miércoles de octubre  en el barrio de Sáenz Peña y la vereda de la sede abunda de información. 

Una clase abierta donde los alumnos sentados en ronda en pupitres azules escuchan atentamente al docente. A metros, estudiantes se reúnen distendidamente algunos de ellos con sus mochilas, mientras otros cargan bolsas con acolchados y sábanas para pasar la noche en su casa de estudios. 

La UNTREF se encuentra tomada con vigilia hace exactamente siete días luego de la Resolución Interclaustro -realizada el 10 de octubre de 2024- donde participaron docentes, no docentes, estudiantes y graduados

La decisión fue una toma organizada que garantice la continuidad de las clases y que incluya un plan de lucha para visibilizar el reclamo presupuestario por las universidades nacionales. “Estuvimos todo el fin de semana organizando el cronograma, nos acostamos a las 4 de la madrugada para levantarnos a las 7”, comenta Lucho Borzatto, estudiante de la Licenciatura en Logística e integrante del centro de estudiantes. 

A lo lejos se escuchan los murmullos de otra clase abierta que sucede en el sum del edificio, donde se encuentran el buffet y la fotocopiadora. Las luces son tenues porque el docente proyecta diapositivas para el desarrollo de la clase. En simultáneo, alumnos salen de sus aulas, algunos vuelven a sus hogares, otros se reúnen en allí o en la vereda para pasar parte a sus compañeros sobre su desempeño en los parciales. Las paredes del establecimiento aún conservan afiches pegados de otras cátedras y no faltan los carteles con consignas como “No caímos en la universidad pública, la elegimos”

“La gente camina como un caballo por acá, no habitamos la universidad, muchos venimos a cumplir, siento que eso está cambiando”, comenta Lena Blanco, estudiante de la Licenciatura en Gestión del Arte y la Cultura mientras toma el último sorbo de mate. Está sentada delante de la bandera de su carrera que pintaron para la Marcha Federal Universitaria de abril. Además, expresa su sorpresa al ver la cantidad de carteles pegados en las paredes: “Antes no se podía poner nada, no encontrabas ninguna expresión más que las típicas que hay en los baños”. 

Alrededor de 200 alumnos de la UNTREF se organizaron y formaron comandos divididos en distintas áreas. “Tomar la universidad no es joda”, indica Lucho y agrega: “Requiere de mucho trabajo y sacrificio”. Y así es, los comandos se dividen por área: prevención y logística, agenda cultural, documentación audiovisual, comidas y alimentos, higiene, prensa y comunicación, entre muchas más. De esta forma, se suman a los cientos de miles de estudiantes involucrados en el plan de lucha a lo largo y ancho de todo el país.

A partir del veto del Presidente Javier Milei a la Ley de Financiamiento Universitario, las tomas en las facultades brotaron como pasto después de la lluvia. Un relevamiento de la FUA (Federación Universitaria Argentina) indicaba en ese entonces que ya eran más de 30 edificios tomados, mientras que asociaciones civiles como Argentinos por la Educación afirmaban más de 80. 

Incluso fue un momento donde algunas universidades fueron tomadas por primera vez, como fue el caso de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). La amenaza por el desmantelamiento de las universidades nacionales puso en alerta a todos los estudiantes en cada rincón del país y los convocó a organizarse para defender su futuro. 


*Estudiante de la carrera de Periodismo y Producción de contenidos a distancia.

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Marcha universitaria: una multitud contra el veto de Milei

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