María Julia Vasile y Ornella Baschiera cosechan millones de seguidores y ambas realizan contenidos de interiorismo. Cómo es de exigente el trabajo que generan día a día para mantenerse fiel a sí mismas y en buena relación con su comunidad.
Una de cada tres personas admite que sigue a un influencer, según el reporte digital de Hootsuite. El promedio mundial es de un 22.6% vs 34% de Argentina, lo que muestra el potencial de estos en el mercado.
En nuestro país, las cuentas más populares de Instagram habitualmente pertenecen a futbolistas o artistas famosos, pero lo cierto es que también muchas personas de otras profesiones han sabido construir una fuerte comunidad y convertirse en instagramers de referencia, explicó Juan Marenco, CEO de la agencia Be Influencer y miembro de la Comisión Directiva de Interac.
La tendencia “Hágalo usted mismo” ha resurgido en diferentes ámbitos, pero sobre todo en el hogar y en las reparaciones. Este no solo ofrece una solución práctica, sino que también fomenta la creatividad, la autosuficiencia y el ahorro de dinero. Al embarcarse en este tipo de proyectos, las personas pueden personalizar sus espacios según sus gustos y necesidades, lo que les brinda un sentido de logro y satisfacción.
El detrás de escena promueve la autogestión diaria de contenidos para permanecer vigentes en el medio digital. “Hay contenidos que salen espontáneos, buenísimo, y la mayoría son planificados, más que nada en lo mío que tengo que grabar, comprar los materiales, tengo que diseñar; lo mío es recontra planificado y después lo edito”, comentó María Julia Vasile, diseñadora y publicista de interiores, creó @Decopordosmangos donde sube contenidos para aprender y realizar compras a bajo costo, con más de 1 millón de seguidores en línea.
“Apenas termino de grabar, lo edito en el momento. Trato de editar muy rápido porque si no me cuesta más abrir los archivos después y volver a ver qué hice”, agregó.
Los miles o incluso millones de usuarios que siguen las cuentas de estos populares influencers en Argentina son quienes aportan su granito de arena para que casi cada publicación se haga viral y tenga relevancia.
“Para mantener a sus seguidores y el interés es importante que generen valor, cumplan con el contrato implícito con sus seguidores (darles lo que vinieron a buscar, e ir evolucionando), permanecer genuinos y mantener un balance prudencial de contenido patrocinado (en el que promocionan productos o servicios)”, explicó Marenco.
Por su parte, Ornella Baschiera, arquitecta e interiorista, fundadora de @ARQ.OB que ya cuenta con más de 30.000 seguidores, expresa: “Hoy las marcas buscan el nexo perfecto, decir lo que yo quiero decir con el respaldo de una marca que encima me paga por hacer eso”. Sobre esto, enfatiza: “Instagram no te paga por tener seguidores, la marca sí”.
Expresó el CEO de la agencia Be Influencer y miembro de la Comisión Directiva de Interac, que los motivos que son más relevantes por los que las personas siguen a los influencers son:
- Contenido: porque el creador es realmente creativo en lo que hace y puede incluir el producto o servicio en una narrativa atractiva y orgánica.
- Influencia: porque más allá del contenido, el creador tiene una comunidad en la que impacta.
- Alcance: porque la plataforma del creador es masiva y con su contratación se llega a mucha cantidad de personas.
Por todo esto, la autogestión que enmarca el detrás de escena pende de un hilo fino en el que la exigencia de permanecer activo en la red es consecuente a una dependencia social. “Es una exigencia enorme sostener la aprobación y el seguimiento de personas tratando de realizar acciones que supongan que a esas personas les van a agradar”, compartió la licenciada en Psicología, Karina Artin.
A nivel del inconsciente saberse como objeto de identificación masivo implica una inmensa responsabilidad ya sea para transmitir valores que respondan a un ética del cuidado o valores que respondan a una ética del consumo, pero la responsabilidad es la misma, expresó. “Implica colocarse en un rol de liderazgo y no siempre estas personas que ocupan esos lugares de influencers tienen un sostenimiento narcisista que nazca de un recorrido o una trayectoria de vida entonces pasan por altibajos constantes dependiendo o no de la crítica de su público”, agregó.
“Hay una necesidad de estar en la red para permanecer. O sea, no hay fin de semana. En sí, obviamente, vos elegís lo que quieras o tus horas de trabajo, lo podés tener configurado, todo lo que vos digas… pero la realidad es que el algoritmo te exige cada vez más y la única manera que te vaya bien es estando en la plataforma y haciendo contenido”, comentó Vasile que tiene más de 1.700.000 seguidores.
En este sentido, la influencer de interiorismo a bajo presupuesto consideró que “por tu salud mental” está bueno a veces cortar, pero que “es importante saber que para que te vaya bien tenés que estar, no hay otra”. “Te podés relajar unos días, pero si no no hay crecimiento, perdés seguidores si no estás todo el tiempo haciendo cosas. Entonces, es bastante exigente. Nadie que está en la plataforma le va bien porque sí, hay mucho trabajo por detrás”, reflexionó.
Hay temáticas y variedad de estilos diferentes en las redes. Entender cómo se comportan los usuarios permite al influencer construir estrategias con las que la versatilidad de la exposición encuentra un ida y vuelta entre lo profesional y el acercamiento en lo real y cotidiano.
“Yo no me siento influencer, me lo hacen creer por las cosas que me dicen”, sostuvo Baschiera y agregó: “A veces me da un poco de pereza trabajar con una marca porque me están diciendo todo el tiempo lo que tengo hacer. Tengo que ceder un poquito y otro poquito y ver de qué forma le pongo mi impronta. No lo siento como una necesidad, sino como un compromiso con el seguidor”.
*Estudiante de la carrera de Periodismo y Producción de contenidos a distancia.
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