Alertan de una “plaga imparable” de caracoles asiáticos en un área protegida de la Costa Argentina. Esta sobrepoblación perjudica desde 2006 la biodiversidad de las comunidades marinas y estuarinas de la región del Río de la Plata.
En las playas de Punta Rasa, en San Clemente del Tuyú, se encuentra un fenómeno ambiental singular conocido como el “Cementerio de Caracoles”. Este lugar emblemático se ha ganado su nombre debido a la impresionante abundancia de caracoles nativos que pueblan sus arenas convirtiéndolo en un punto de referencia para los amantes de la naturaleza y los estudiosos de la biodiversidad marina.
Sin embargo, este ecosistema único enfrenta una amenaza creciente: en los últimos años, la llegada de moluscos provenientes de China ha puesto en riesgo la estabilidad de este hábitat especial desafiando la supervivencia de las especies locales y alterando el equilibrio ecológico del área.
Créditos: RAMSAR
Las corrientes marinas y características geográficas de Punta Rasa donde el Río de la Plata se une con el Mar Argentino favorecen la acumulación de caracoles y otros moluscos en las playas que forman un gran colchón en las costas. Este lugar en particular es de importancia ecológica ya que se ubica en la Bahía de Samborombón, área natural rica en biodiversidad marina que comprende desde peces como la corvina rubia, corvina negra, pejerrey hasta delfines franciscanas.
Además, cada año miles de aves provenientes de distintas partes del mundo llegan a utilizar esta área para descansar en su migración. Como sitio Ramsar -red que nuclea aquellos humedales considerados de importancia internacional en el marco de la Convención sobre los Humedales-, Punta Rasa es uno de los 23 sitios en territorio argentino.
Este balneario es reconocido internacionalmente por su importancia ecológica y se compromete a ser gestionado de manera sostenible para conservar sus valores naturales. Esto implica desde proteger los hábitats críticos, monitorear las especies clave y promover prácticas que minimicen el impacto humano sobre el ecosistema, según expresó Melisa Cerles, bióloga marina.
![](https://eterdigital.com.ar/wp-content/uploads/2024/12/image-16-1024x683.png)
Esta designación destaca su significancia como un ecosistema costero vital para la conservación de aves migratorias y otros organismos acuáticos en la región, pero se ve gravemente afectado por la aparición de caracoles chinos que depredan a los moluscos autóctonos e irrumpen con el equilibrio del área.
La licenciada en Biología de la Fundación Mundo Marino, Vanesa Traverso explicó que los caracoles exóticos que aparecen se llaman “rapana venosa” y que “se cree que llegan a las costas de San Clemente del Tuyú por el agua de lastre de los barcos comerciales provenientes de Asia y que se han registrado no solo en Punta Rasa sino en otras playas de la Costa Atlántica”.
Créditos: Roberto Ubieta
“Rapana venosa” es el nombre científico de este caracol asiático que se alimenta de moluscos, en especial, mejillones, ostras y almejas -alimento de varias especies de peces de importancia comercial, entre ellos, la corvina rubia (Micropogonias furnieri), uno de los principales recursos económicos de la región-. Estos moluscos también se alimentan sobre bancos de mejillones afectando la abundancia de estos no sólo en las costas de Argentina sino también en las del Uruguay.
“Además de las posibles implicancias económicas, este caracol podría estar alterando la biodiversidad de las comunidades marinas y estuarinas de la región, lo que podría generar un cambio en las cadenas alimentarias del Río de la Plata y zonas marinas adyacentes”, agregó Cerles.
Al comienzo, esta especie se distribuía en el lecho marino y era encontrado en redes de pesca por pescadores locales; pero poco a poco, gracias a su expansión debido a que no tiene predadores naturales, llegó hasta las costas. Y, hoy en día, se los puede observar al caminar por las playas.
“Los primeros registros de este caracol los tenemos nosotros acá en 2006 en Punta Piedras. Uno de los primeros que realizó registros de esta especie fui yo, que le sacamos fotos con las viejas cámaras digitales que teníamos y las enviamos a la Dirección Provincial de Pesca y también al Instituto Nacional de Desarrollo Pesquero, en Mar del Plata”, relató Roberto Ubieta, pescador artesanal de San Clemente del Tuyú y fue contundente: “Ahora este molusco se hizo una plaga imparable”.
Créditos: Roberto Ubieta
Ubieta explicó que esta especie invasora “se alimenta” en la Bahía de Samborombón de mejillones y de una almeja autóctona que es alimento de los peces de la zona. “De esta manera se ve afectada directamente la actividad económica ya que al tener todas las condiciones para aumentar como plaga, escasea el alimento de los peces y por ende la pesca artesanal”, lamentó.
Esta reserva natural protegida por la red de Sitios Ramsar se ve comprometida entonces por un manejo descuidado de las aguas provenientes de la actividad pesquera industrial. Esto da como resultado que algo tan pequeño como un caracol exótico que puede desequilibrar un ecosistema natural en particular, pero la economía en general. Por ende, afectando directamente a la comunidad que vive de ella.
*Estudiante de la carrera de Periodismo y Producción de contenidos a distancia.
Además en ETER DIGITAL:
La contaminación del Río Areco y el silencio del Gobierno municipal avanzan a la par
Piedra Clavada: piedra milenaria de Santa Cruz
Agregar comentario